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Quién sabe. Hace días que me lo ofreciste. y nada. Ya verás. mí me traen los chiquitos cuando los pido. cada rato bajan al mundo montones. a mí me pidieron también?
También llegaste chiquitita.
Entonces équién es ini mamá. Pues yo. Yo porque te pedí, porque te quiero mucho y te cuido.
La madre besó su tierno retoño y se retiró dejándolo pensativo cerca de ventana que daba al jardín y que parecía un balcón de pájaros. En la cabecita de bucles negros y cortos de aquella pequeñuela bullían las ideas más extravagantes: y se preguntaba mentalmente.
por qué no le daba ella un chiquitin como las amigas de su mamá.
y una casa propia para vivir con si por caso su mamá de veras le regalaba el que le había ofrecido, dónde se lo llevaba? Creía que tal vez yéndose la calle y andando encontraria al fin una casa completamente deshabitada en donde poder instalarse. Después vendría incnudo a visitar su mamá quien por su parte le pagaría con usura las visitas. seguía persativa la niña mirando al jardín en el cual algunas nariposas, como almitas de colores, se necían suavemente sobre las rosas: y los pájaros se disparaban como Hechas a los pitiminies á las tupidas enramadas.
Días después, una hermosa mañana despertó la morenita de cutis aterciopelado y bucles rebeldes, muy revoltosa y más rebelde aún que su negro cabello. Un diablillo loco suelto, no hubiera alborotado tanto.
Su mua má habría disimulado esa fogosidad en cualquiera otra ocasión, pero los quehaceres la tenían de mal amor aquel día, y como la inorenita no obedeciera las indicaciones maternales fué castigada: a pesar de sus criores y lágrimas encerráronla en el cuarto Oscuro que tanto pavor la infundía. Cuando la sacaron del encierro su carita vestía la amargura. los ojos estaban encarnados de Horar. y los labios, como cosidos, no pronunciaron una sola palabra. De esta guisa llegó la hora del almuerzo y la muchachuela no quiso probar bocado. Sólo las repetidas instancias de su mamá, porque comiera, díjole hondamente resentida: Si: Ud. me tiene aborrecida. Ud. no es mi mamá: yo me voy por eso de aquí.
Bueno, váyase, ver que le pasa. Si no come. póngase leer coja la agnja. Con Ud. lo que se debe hacer es mandarla la escuela porque se está haciendo inuy grande y muy mal portada.
La niña fué esconderse. Al rato se asomó por allí. y suponiendo que nadie la rería púsose el sombrero, cogió su sombrillita de zaraza y arrumbó sigilosamente la calle, decidida a buscar otra morada, pues en la suya la castigaba una persona que no debía ser su madre porque pedía los chiquitos y ella había sido pedida quién sabe de dónde.
La pequeña echó andar Sijandose en todas las casas. poco vió una puerta cura hoja entrecerraba apenas no aseado corredor. y resolvió meterse alli poniendo antes oído atento alinterior por si estaba alguien La tarde se echo encima con el correr veloz del tiempo, y la madre, que hacía a su hija jugando con sus nuñecas durmiendo, tuvo la innensa pena de no encontraria. La señora se puso como loca. Vil ideas terribles cruzaron cual látigos candentes por su frente, torturándola: va creía que se había caído en el pozo, ya que se la habían robado, ya que se había muerto. La servidumbre corría por un lado, los Vecinos compadecidos de la señora, por o en la angustia, con el pañolóu mal colo calles preguntando de puerta en puerta da morenita. Cuántas cosas podían pa esas calles!
De boca en boca corría la nueva provocando tamana noticia los aspavient inadre guiada en sus pesquisas por su in casa donde había entrado su hija.
La inorenita. cuando se cercioró nadie empujó una puerta medio entorna gante dormitorio. Todavía aplicó la ors direcciones, pero no se oia el más leve ru y tanto buscarla. Bobita había sido el resolución que tan feliz la estaba hacier gante cama, cuadros, alfombras, piso rel tocador de hermosísima luna venecian que yo deseaba. pensó y colocó sui som!
para revisarlo todo minuciosamente. cedora y estuvo balancéandose. Descas guida arrimo frente al espejo una silla 116 y con gran coquetería comenzó a des para empolvarse, perfumarse y peinarse, rea femenina. Tancabargada estaba hizo la perilla cuando abrió la puerta de nía acompañada de un caballero: una pa hacía algunos años. La sorpresa de los tuvieron en silencio a observar. La chi al espejo y se contemplaba un rato: se li pareja en vez de disgustarse por el atrev cla para ellos, quedó llechizada con las it y haciédole mil bullas le preguntaroa: Hijita. qué está haciendo? la niña, en lugar de asustarse por los visitantes. contestó con mucha se Me estos arreglando. Pero quién la trajo aquí?
Yo solita, que andaba buscando mi mamá no me quiere, me fuí.
Después llovieron las preguntas cayó la chiquilla, que resolvieron los est hasta que enviaraná buscarla.
Horas después entro de exabrupt saludar siquiera. se echo sobre su hiji.
dola. Concluidas las explicaciones nec quilizo, la madre con sil niña en los ciones. Qué horror, qué susto ne pada mala facha vecino de casa se la había ro su chiqnita, agregó. Qué hubiera hecho yo sin mi hi No maná, contestó muy fresca para ti el chiquito que me ibas dar.

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