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Un recuerdo de La Granja EL CANTANTI Corría el mes de agosto de 1737 y Indias, concentrábase en el palacio de San mente con el nombre de La Granja, donde víctima de un agudísimo ataque de inelancol guía aliviar, teniéndose que fuese preciso monarca y noinbrar una regència que go monarquia.
Por un capricho del soberano, la vida en noche y la noche en día. obiigando a todo todos los preceptos de la etiqueta dispuesta El siguiente día, durante las festividades del matrimonio, mientras la muchachas jugaban al bato. en cuyo juego nadie tenía la destreza de Mountain Pride. los hombres belían con exceso. El jefe brindó ante los convidados con una copa de licor ferientado y después se retiró. En seguida se escucharon gritos de angustia venidos de su casa y las mujeres se dispararon por el campo gritando que el jefe había muerto, Nadie sospechaba que la muerte fué debida una copa envenenada que le dio el villano sacerdote. la mañana siguiente, el cuerpo fué embalsamado y llevado una fosa en la montaña, con todos sus tesoros; y conforme con la costumbre de los indios, el Oráculo fué consultado para saber cuál de sus viudas sería enterrada con él. El Oráculo decretó que Mountain Pride le aconpañara en su viaje al otro mundo.
Fué conducida la casa del gran sacerdote y puesta en una camilla de juncos para que aguardase la procesión fúnebre. Observando el ídolo pensó que él la había sentenciado muerte, pues no era ella víctima voluntaria, en un momento de arrebato lo tomó y lo arrojó de su altar; y para sorpresa suya, vió un conducto que de su boca iba hasta un cuarto contiguo.
He aquí el secreto del Oráculo. El perverso gran sacerdote hablaba trarés del tubo, aunque las palabras parecían salir de la boca del idolo.
Ella echó huir; pero en el mismo momento entraba el sacerdote y al y contemplar el idolo roto en el suelo, reunió un consejo para matar Mountain Pride. quien ligera de pies como era, evadió el golpe, lanzándose por la puerta abierta y llegando rápidamente hasta la garganta del río.
El sacerdote cundió la alarma de que la urna del altar había sido difamada y de que la muchacha fugitiva buscaba escapar del honor de seguir su marido al bajo mundo. Pronto se aglomero gran gentío y comenzó la ardorosa persecución. La muchacha ganó primero la orilla del precipicio, pero al ver la multitud con amenazadoras lanzas tras ella, tuvo una repentina decisión: Mejor aquí la muerte que con ustedes. y saitó la otra parte del borde.
Cuando los caribes alcanzaron la orilla, vieron bajo las límpidas aguas todavía la figura de la incomparable Mountain Pride.
Pocos meses más tarde, creció al lado del precipicio un árbol bello y primoroso como la virgen india, cubierto de verdes hojas y recamado por un coronal de flores carmesí purpúreas; y cuando los indios lo contemplan, exclaman; Aquí reposa seguramente nuestra hermana Mountain Pride.
San José, Costa Rica. Vista Fot. Am. Céspedes En su delirio, creía el Rey estar ya mu moviesen, conservando camisa y sábanas has una noche, los cortesanos estupefactos pres gran fiesta y el ir y venir de criados y azafa realización de algún acontecimiento extraord Hacia la una de la madrugada encontra en uno de los mayores salones del palacio, y lemnemente, mientras dos palmadas y una vo res, la Reina. Inmediatamente aparecía la figura en Isabel, seguida de los principes infantes, sin do de viruelas, ni en su orgullosa actitud, qu
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