iteadores os climas, variedad, fugaces y Bas por el lidad y el riunfal es lorables todos los lleza, CoSe se fija, apenas, el todavia como a xagerada la música endo cons cuerpos citro, tastle: das cadey el refle. 111 11 LIAS hombres áfagas ise ata de paonulgara1, el kesto etaby pillos cuales 17. 15:1el lirico ible solax te los ojos cuidar por distintos Ervin las doce de la noche, el advenimiento del año nuevo: minuta de oro en el cual los impulsos de la bondad laserergias del bien inundan el ilma y por un instante la apartan del egoismo. de la tristeza innata, de hipócrita convencionalista, en que todas las fisonomías se bailan con un tinte de fraternidad sincera, ante la perspectiva de una nueva etapa de la existencia, sobre cuyas lineas imaginarias el espiritu diseña panoramas desconocidos, así como de los pálidos toques de un esboza el pintor entreSaca escetias, paisajes, figuras raras y fantasias baile fué, en consecuencia, suspendido, y los concurrentes se entregaron, en medio del ambiente de placer, las felicitaciones rituales del caso. La voz de feliz año nuevo circulaba por palcos, corredores y scones, entre el happy new year! de ingleses y vanguis el tremendo presit nejar de los jovialisimos alemanes presurábanse las novios ir dei brazo de la gentil compañera, en busca de la futura familia politica: 10 amigos se estrechaban la mano etusivamente: cruja la seda oprimicia por los fuertes abrazos: se canjeaban los saludos por todas partes: las risas y las bromas abandabaza: la charla se hizo general y expansiva; y las mujeres y los matrimonios se besaban con sievie de paz. con beso ardiente de amor infinito.
Cuadro bellisimo hasta para las almas escépticas, que se sentían contaminadas de aquelli fiebre sentimental y abandonaban por momentos su triste severidad; hora sagrada, cuyo régimen precatio incueia a la benevolencia am a los espíritus perversos que practicant el odio por sistema y que a fuerza de envidia oculta y tenaz har secilo, talvez para siempre, las fuentes de su slegria. Que sea por muchos años, amigos mios. td mailos mes, señora, como se dice en la consagración de los altos diguatarios de la Iglesia La pareja a quien iba dirigida esta frase se detuvo al pie de la soberbia escala de mármol. Ambos agradecieron el voto del peripuesto mozo y ella dijo. Sentimos muchísima no verlo en nuestra boda y le baseábamos desde hace rato. Venga cenar con nosotros: allí arreglaremos cuentas.
Con el mayor gusto, setora: los encontrare en seguida, porque debo liquidar antes un cierto compromiso pasajero.
La ola bumana se agrandaba y los dos jóvenes recien causados se sintieron arrastrados por aquella, asta llegar a la cantina, en donde tenían mesa de reserva.
Iban y venían los criados con las bandejas llenas de fibres y de bebidas: en los mostradores se apilaban grupos de hombres que consumían licores de diversi ciase en medio de brindis y carcajadas; el ruido de las copas, de los platos y de los cubiertos, se reforzaba de chando en cuando con la sorda detonación de las botellas de champaña: se hablaba en voz alta de uu extrem otro de las estancias y de minuto a minuto la concurrencia crecit.
Aquel conjunto era en realidad interesante porque la esperanza y la ilusión, esas deidades intangibles y eternus, le daban animación y movimiento. Veian los padres sus hijos con mayor ternura y los hijos miraban a las madres con amable Tristeza como temerosos de percerias et ese año, como pensando quiza el que ellas no debieran morir nueca. por compasión de los cielos. Los novios entablaron alll sus diálogos secretos, con esas frases triviales que nada dicen y que, sin embargw lo diceti todo; palabras comunes, pero sentidas, pues son a modo de umas que guardar los tesoros del amor: modismos conservados por el unor que en el proceso pasional han llegado a convertirse en fórmulas sacramentales, mas a menos romanticas, pero itzperecederas.
Por todas partes se ofrecian rostros sonrientes y labios femeniles incitadores del beso. El champana burbujeaba en las flebiles copas y chispeaba después en las pupilas con luces de diamante. El vino hervia dentro de los cristales blancos azules.
rojos y verdes dentro de la fatiyada cabeza de los tombres más luctuaces por ese motivo, más presos la galanteria, empeñado en disimular a turbación bajo una risible máscara de seriedad y de circumspecto buen tons. Bu el fondo, unos cuantos mozalbetes y boheinis apuraban copx tras copa en intimo polique.
mientras la alevosa embriagucz les atrapabu cui sigilo, hasta infiltrarles en los tiervios el tóxico de su locura, quelanxa la imaginación a un éter de impetus diabolicos y perturba el alma con mil sensaciones extras.
En una mesita coquetamente ornada de claveles y banderolas, ta lex pareja de recién casados decíase incontables terezas, en plática tranquilar casi misterioSa. Ella resplandecia de hermosura y gracia, con sus veinte años triunfales. su cabeaa perfecta y distinguida, su perfil de estaria griega, sus ojos grandes negros y limpidos, se frente serena. su cuello sonrosado, su boca breve y carminca su busto imperial, su sonrisa luminosa y su mirada pura, llena de bondad y de inocencia: el. lado, tenía el orgullo viril y plácidu del tombre fuerte, Honorable y satisfecho de la vida, en quien corren parejas la bizarra del cuerpo y la belleza del alma y en cuyo semblante se trasluce, con firmes rasgos, la distinción natural, la energia del espiritu, el sentimiento profondo del deber y el borror instintivo hacia ayores, a terian baigrupo en os todavia todos sus mas despes роr сuаr.
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