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bales Las dos lágrimas que pendían de las pestañas del pintor, cayeron se deslizaron a lo largo de su pincel, que acariciaba en ese momento los ojos del retrato. Aquel llanto les dio vida: se movían, miraban algo que sin duda estaba tras el artista. El palideció, sus nervios temblaron como las cuerdas de un barpa. y produjeron una estridente nota: el miedo.
El retrato vivía: animaba sus labios, una sonrisa dulce y amorosa.
sus ojos llenos de fuego lablaban en silencio con alguna sombri. su espalda vió el pintor su rival: retorcía cou su mano blanca velluda sa odioso bigote. Una corriente se había establecido entre los ojos de la pintura los de aquel dernonio.
JO 1113 Años, erheentía mari9. COza bagris ntarEl artista salto de su silla y se a balanzó al espectro, tocó la pared y quebró contra ella el tiento y los pinceles. Sus ojos, al mirar de nuevo el lienzo. cliocaron con los de sti rival, estampado en la tela. el cual reía con la boca tan abieria, que era más una caricatura que tu retrato.
En aquella boca, roja y húmeda como una enorme cereza partida en dos, entró la nerviosa inao del pintor. La tela se risgó. retrato de mujer dilató su boca, un agujero del lienzo por entre el cual vio el exalta lo marido la silueta de su esposa Ella venía, llamada por el ex trajno rumor de golpes que ovó. Al ver a su compañero, pálido y cubierto de sudor, pensó friamente. Se la vuelto loco.
El. Horó mucho entro de mero en su concha de paciencia, nientras que su vida. vacía y monótona, levaba lentamente di un limai su extraña novela.
5111a utras este asialos.
cono Hacer cariSerione Hanc Palorio El clamor de la humanidad a del en el on, ando liaba quiehasle su dan a tenia ea de a auPara Paginas Ilustradas Qué profusión de males y dolores llace terrible del mortal la vía!
El labio numerarlos no sabría Ni describir sus inúltiples horrores: Víctimas dondequiera ti opresores!
Por todas partes. voces de agonia!
No hay átomo del cuerpo donde, impía.
No cebe una dolencia sus furores!
Dc orbe todo, sube al firmamento Este clamor de insólita amargura.
Más triste que del piélago el laiento. No es el hombre. Señor. 105 excelsa nechura. Por qué le hunillas con miserias ciento? or que le impones tanta desventura?
Emilio Blanchei Matarzas (Cuba. el rede la no la roz.
Suave 10)

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