Meteoro mi ama ondularſa constantemente dando paso a las oleadas internas de sangre vigorosa.
Deberia estar muy sofocada el día de la batalla y llevaría los ja bios entreabiertos para poder dar los pulmones todo el aire que le pe dian: correria de un lado a otro dando agua a los heridos: rezaria en voz alta: lloraría ratos y al fin caería en una clarca tibia, mordiendo ansiosamente los guijarros del suelo que la iba poseer. Después, por la tarde. cesados los iltimos disparos, el campo lleno de una tristeza infinita como si el mudo fuera a entrar en la noche postrera: las rojas fulguraciones del crepúsculo corriendo horizontales sobre la llanura empapada en el licor derramado por muchas arterias rotas, bañando los relieves de las cosas con una tonalidad sanguinolenta. y acurrucado junto un cuerpo sin vida, un soldado libertino recogiendo de un coagulo frío las cuentas del collar de vidrio que habían de compartir un lugar en el cofre lujoso, junto al abanico de nácar y la liga perfomada.
Ya no me parecia un sátiro brutal atrofiado.
esa tarde po ni u mensa ni un acento con las aura con las aura La ciudad cor! sudario se mostraba al través de Luis Fablanca Ocaña. 1905 No te quie te lia olvidac sombras vag que llegaron Medalla Para Primas estradas Tengo sed y no camas mis antojosi Estoy cansado y lucho sin embargo: Dame ver la fontana de tus ojos sácame, por Dios, de este letargo.
Las bombi me miraron de las virgen de las vírgen En mis alcores cumplire de hinojos Tus mandatos, sultana de mi amargo Padecer, y faré artísticos manojos Con tu cabello perfumado y largo. Qué amar del que pasa, oculta do su: con irónica si mientras hur Sus arpones Te llevaré mis überes montañas Donde salta la fuente entre espadañas, entona sus preludios balagueños El mirio parlanchin, y en uni ufaneza, Acuñaré el perfil de tu cabeza En la medalla auzul de mis ensueños.
Costa Rica. 1907.
Suundo Velásques Ocaña. Colombia 1007 2416