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Dos Senderos BALADA Para Paginas atrodas Entornad, hijas mías, la ventana: que el vivo resplandor que alegra y purifica la mañana.
sumenta mi dolor.
Venid más junto a mi y oid juiciosas: que pronto a morir voy.
Grabad en vuestras almas, mis hermosas, el consejo que os doy.
Nunch anheléis cloro, que el dinero.
callsa es de perdición: y al que dicha placer brinda primero.
dá luego lumillació.
Vivid en el trabajo: virtuosas, sed de piedad modelo: así seréis queridas dichosas. Vo os teré del cielo.
Inclinó la cabeza sobre el pecho: sus hijas uiro: pero al inicarlas, en abrazo estrecho.
sunriéndose espiró.
Es preciso partir! Despierta, hermana: Tras descansado ya.
De la ermita la luz brilla cercana el sol se oculto ya.
Has descansado ya. Canala a londra.
ineciéndose en su nido: y de aquel lago de azuladas ondas.
se escucha e manso ruido.
Has descunsado y. Despierta lermana.
en la ermita recemos: y allá en la gran ciudad Dios nos permita que trabajo encontremos. Marta. la mujer, que era morena, de frescos labios rojos.
de cariñosa voz. negra mejena.
y de rasgados ojos: con Dalia, la menor, candida y pura.
de frente nacarada, claras pupilas llenas de dulzura, cabellera dorada.
llegaron a la ermita. y la puerta Suareinente llamaron: empujaronla al ver que estaba abierta.
y dentro penetraron.

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