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Un retrato El recuerdo que me das, es el recuerdo más grato.
cuatro palabras, no más: que munca me olvidarás, y tu precioso retrato, Cuando tu oferta leí mis labios te bendijeron: mas, cuando tu imagen ví.
dos lágrimas tradujeron lo que en el alma sentí.
De placer mi alma enajena ver tu frente que de evojos y dolor se ostenta ajena: ver esa lumbre serena en que me miran tus ojos.
Mas un soplo repentino viene extinguir mi ilusión: que bien pronto peregrino hollará mi pie el camino de otra apartada región. Después. Ay! el porvenir es misterioso secreto. qué mortal podrá inquirir lo que acertara escribir Dios en su oculto decreto?
Ojalá de la existencia disfrutes tú en dulce calina, con la virtud por herencia.
rica la mente de ciencia, libre de duelos el alma.
Victor Sánchez Ocaña Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica 2015

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