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e su oide ujer eniba, mos elle de Ese ие ede nto Ter iel, ila enha105 Llo as, io do COoneryor contrara en su vida. La influencia tiránica ejercida por Rimbaud en aquel temperamento de bohemio, de carácter incierto y débil, fueron causa de que Verlaine arrastrara una vida de vagabunderia incertidumbre. Un día, de repente, salieron para Londres, viaje que provocó una acción de separación en que se acusaba de inmoralidad al poeta.
En Londres la vida fué una vida de miseria, de libertinaje, etc. de la que quedan apenas los extraordinarios Croquis Londoniens que publica LeUn día después de mil vueltas y revueltas la tiranía de Rimbaud se hizo insoportable Verlaine. Estaban en Bruselas, hab. an bebido, Verlaine portaba revólver en su bolsillo. Rimbaud se muestra más despótico insoportable que nunca; Verlaine tira sobre él, le hiere en el puño y es condenado a dos años de prisión que descontó en Mons de 1873 1875.
Allí comenzó escribir Mis Prisiones; y al mismo tiempo Mr. Lepe.
lletier editaba en Seus los Romances sans paroles. No se sabe si la prisión el estado de alma influyó en algo, pero lo cierto es que un acceso de fervor religioso, una vuelta las crencias espirituales, probablemente provocadas también por la noticia de una separación completa de su esposa, invadió el alma de Verlaine, y es a esa triste situación, ese reflejo mistico que alumbró su inteligencia que debemos Sagesse, ese himno aparecido en 1881.
Como si París fuera culpable de sus penas, al salir de la prisión huyó de Paris, de aquel baul mitch en donde una ocasión habia escrito al pie de un dibujo que le presentó un artista de sus amigos, representándole attablé enfrente de une verte. un ajenjo. Je bois pas pour boire, mais pour le plaisir de me saúler. quién va divinar lo profundo de la frase, el misterio que encierra ese placer de enbriagarse, que no es más que un placer apreciable, porque es un delirio inconsciente, un momento de ausencia de la personalidad, una perturbación de la inteligencia, la caída en un caos provocado por el abuso del alcohol y por trastorno que produce en las funciones cerebrales.
Lo cierto es que huyendo de Paris, Verlaine volvió a Inglaterra, Bournemouth, donde se ocupó de dar lecciones. Pero la nostalgia del país natal le hizo de nuevo abandonar la Inglaterra para volver Rethel donde se consagró la enseñanza en el colegio de Notre Dame dirigido por clérigos.
De repente, el amor a la tierra se posesionó de su espíritu inquieto y se dedicó la agricultura; pero desgraciadamente cayó entre las manos de un labriego martagón y sus ensayos agrícolas no fueron más que una verdadera ruina.
La necesidad le hizo volver París, donde colaboró en el Reveil para volver después Vouzieres, donde un día, bajo el imperio del alcohol, llegó hasta amenazar a su madre que adoraba, lo que le costó un mes de prisión.
El alcohol, la nefasta amistad de Rimbaud, una vida de desorden, las penas morales, en fin todas esas causas habian concluído de tal manera con el organismo de Verlaine que al salir de la prisión. esta última vez no quedaban ya ni trazas de lo que fué el poeta. Respecto del fin de su vida, todo el mundo sabe de sus continuas estaciones en los hospitales, su cohabitación con más une fille de joie; lamentable odisea la de esa vida que se extinguió el de enero de 1896, a los 52 años, en un triste y miserable réduit de la calle Descartes.
2Sviue su le La indiferencia del poeta, su existencia desordenada, toda una serie de desastres morales habían creado en derredor suyo una especie de leyenda, que su amigo Lepelletier trata de disipar en el bro que le consagra.
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