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tanto: debe estar alegre y era una madre la que me lo decía. Pero la tonta soy yo. yo!
Después de estar absorta un momente, se dirige la parert y descuelga el retrato de su hija, quien mira fijamente. Cómo recuerdo, Lina, la gracia con que me decías: mamita. besándome fuerte! cuando yo te enseñaba a decir papá. tú me mirabas fijamente como para decir no está. No, tú no has visto tu padre, angelito mío; él nos ha dejado solas, desamparadas, en la desgracia.
y tal vez habrá sido mejor. Se pasa una mano por la cara como para alejar el pensamiento del padre de su niña y sigue. Era el día de Finados: una tosecita ronca te dió, y mientras yo rogaba Dios por ti. El te llamaba, dándome el dolor que desde un año me agobia. Con los ojos fijos sobre el retrato y delirando ¿Pero, cómo? Este retrato se agranda. me da miedo. parece que se arranca del cartón y que quiere decir algo. No, no; es una ilusión que crea mi fantasía cansada. Larga pausa. Pobre chiquita. Yo le cantaba mientras se dormía, una canción monótona: nin, nan. no despiertes lasta mañana. nin, nan. Se oven las campanas que tocan muerto. La actriz escucha, y luego como asustada. No, no. No toqueis más. campanas. Aquella noche las oílo mismo, y Lira, toda negra, aún la veo allí. Dejad, dejad estos quejidos, que os lo ruega, os lo pide una madre. Las campanas cesan de tocar)
Ahora se han callado. Me dieron tanto miedo esos toques. largos. largos. de los muertos. Eran un tormento para mi corazón.
Ahora se han callado. Mirando al rededor de ella. Cómo se ha puesto de oscuro. El día se ha ido, y llega la noche.
la noche que nunca se quiere ir. Siempre estoy sola y siento tales miedos. veces, no se por qué, pensando en mi desgracia, me asustan hasta los latidos de mi corazón. Se arrodilla y repite 32769 Si tú, desde la Gloria, joh, angelito mío, ves esta pobre alma que Ja no tiene nada en el mundo, dile la Virgen que no puedo sufrir más, dile, ángel mío, que me lleve allá, contigo. Cae el telón)
Ing. Mateo Albertazzi Italiano San José, de noviembre de 1907.
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