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sencilla. No descubrimiento, se leían con júbilo los pobres enfermos. El desengaño fue amargo. La mayor parte de los que se sometieron al tratamiento, no retiraron ningún beneficio, muchos sucumbieron y otros fueron singularmente agravados.
Koch y su linfa cayeron en su más completo descrédito y habrían sido pronto olvidados, si aquel no fuera uno de los más grandes trabajadores de Alemania y esta no tuviera una propiedad interesantísima, por la cual la recordamos aquí.
Pero, que es la tuberculina? Un líquido parecido sirope negruzco, formado por microbios de la tisis que se han desarrollado en caldo de carne con glicerina, el cual ha sufrido una ebullición prolongada.
En Europa los laboratorios la suministran al público, muchos de ellos, gratuitamente, diluida con agua y en tubos cerrados en la lámpara. En Suiza la hemos visto emplear, no solo los veterinarios sino los agricultores y peones de las haciendas. La manera de servirse de este precioso reactivo, es muy se necesita más que de una jeringuilla hipodérmica, provista de agua fuerte, un pedazo de jabón y un termómetro. Hiérvase la jeringuilla con su agua en un poco de agua durante un cuarto de hora. Aspírese con ella el líquido de una ampolla de tuberculina, teniendo cuidado de no tocar el agua. Se lava bien un pedazo de la piel del animal, en el cuarto delantero, por ejemplo, se le hace un pliegue y se le inyecta el contenido de la jeringa.
Doce quince horas más tarde, tomamos la temperatura del animal, poniéndole el termómetro en el recto y constatamos una de estas tres cosas: Una elevación de temperatura, igual mayor de un grado y medio.
En tal caso, podemos asegurar que el animal está tuberculoso. No hay elevación de temperatura luego el animal no está tuberculoso. Ha habido una elevación de temperatura, pero esta no llega un grado y medio. el animal es sospechoso.
Antes de hacer la inyección debe tomarse la temperatura del animal para saber sino tiene calentura, pues en este caso la reacción no tendría valor. La temperatura normal en los bovideos es de 37. La duración intensidad de la fiebre provocada por la tuberculina, no está relación con el número y la gravedad de las lesiones; más aún, parece que la reacción sea más notable en los casos en que siendo muy limitado el daño, el animal ha conservado las apariencias de la salud. En los que están profundamente tísicos, la reacción térmica puede ser poco acentuada y atin nula. Pero son precisamente estos casos en que la enfermedad está, digámoslo así, a la vista, en los cuales no necesitamos de la tuberculina para descubrirla, Si la linfa de Koch fracasó como agente curativo, constituye, como acabamos de verlo, un medio de diagnóstico, simple, inofensivo, que permite a los agricultores separar los animales enfermos de los sanos para evitar el contagio y las pérdidas consiguientes. Con ella se sabe de antemano qué animales podrán ser engordados y cuales no obtendrán ningún beneficio en los repastos.
Otra ventaja: se libra del contagio al ternero de una vaca reconocida como tuberculosa, aislándolo de la madre desde su nacimiento y haciéndolo criar por una vaca sana.
Ultimamente se ha preconizado un merlio todavía más sencillo para servirse de la tuberculina. Póngase una gota de una solución de tuberculina al por too en un ojo del animal: unas seis horas después si el animal está tuberculoso el ojo se pondrá rojo, inflamado, la reacción no se produce si el animal está sano; la pequeña inflamación desaparece por si sola los pocos días sin causar ningún perjuicio.
La tuberculina ha dado pruebas tan numerosas de su alto valor como medio de diagnóstico, que no nos explicamos cómo su uso no se ha generalizado todavía en Costa Rica.
Entre las varias estadísticas que demuestran el papel tan importante que desempeña este procedimiento para luchar con éxito en diferentes países contra la tuberculosis de los bovideos, citaré la de Bang, de Copenhague, que cemprende las observaciones hechas en más de 45, 000 cabezas de ganado: sus conclusio3157

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