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José María Fernández En su muerte)
Harto duro es concebir ideas de suyo irreverentes a la más majestuosa y terrible me tamorfosis del humbre la Muerte y más difícil aún acutarlas en presencia misma de la realidad, cuando, como en la ocasión presente, Ella, con su siniestra y espantosa carcajada, nos ha obligado concurrir de nuevo consternados de pesar y anotada dos por lágrimas de intimo dolor la mansión sombría y eterna en donde duermen olvidades tantas generaciones. despedir ya para siempre a un compañero distinguido, un amigo estimable, con quien nos vincularon lazos de la más ingenta amistad y del más cordial cariño.
Los antiguos filósofos habían resumido el problema de la vida futura en éstas o parecidas melancólicas palabras: La dicha mayor del hombre es no haber nacido. decían si ha nacido, morir joven. Pero estos términos fatales, posibles acaso en tonces en aquella etapa contemplativa de la enjuta escolástica. no se amoldan hoy con nuestros tiempos de positiva lucha, de perenne acción, en que cada individuo que constituye un conjunto social es un factor indispensable de la gran avanzada que fija sus anhelos en el progreso de la humanidad. Cada hombre sensato y laborioso y en particular el joven hidalgo que muere, es un legionario que pierden esas lides que afanosas y pujantes se esfuerzan por el efectivo adelanto y bienestar. Serán, en consecuencia, lícitas esas inorbosas frases que proclaman la ventura en la muerte haciendo desaparecer toda noción de a necesidad imperiosa de la existencia del ser y que sustentan así la fe icidad en el no ser? De ningún modo. No es la dicha mayor morir joven, en los albores de la vida, cuando nuestro corazón es un generador de esperanzas y nuestra mente un manantial de ilusiones y cuando apenas se esfuman los primeros trabajos en la obra que como miembros de esa sociedad correspon.
den. De ahí que en estos momentos sea doble nuestro sentimiento y más intensa la pena que nos ahoga, porque con la ausencia infinita de ſosé MARÍA, no tan sólo han perdido sus contritos padres un excelente hijo y sus amigos un compañero estimado, sino la sociedad en general un individuo de quien había mucho que esperar.
En tanto que su cuerpo querido ya inerte ha bajado al reposo solitario y eterno del seno apacible de la madre tierra donde vuelve por fuerza ineludible del prosaico materialism. su nombre quedará grabado para siempre mientras el hálito de la vida nos anime y mantenga en la lápida sombría de nuestro hoy luctuoso y abati.
do pensamiento!
Toaquin 17 de marzo de 1908.
Mentiras En asuntos de amor, todo se ignora; hay mentira y verdad en el cariño: veces uno ríe cuando llora, que el amor liora y ríe como un niño. Qué importa una ventura más, perdida, que al engaño locos adoremos!
Se vive la mentira de la vida: la gran mentira que verdad creemos!
Daniel Creña 3210

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