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poco ningún oficinista chiquilicuatro porque tome crédito lo que el buen parecer le exige que tome porque, después de todo, quién sino él sabe lo que debe a la reputación mundial de sus hijas? Sobre que todo se arregla con no pagar. Para qué se el tupé, si no?
Sobrarán, pues, hermosos atavíos interin haya almacenes y crédito.
No si no, echaos la ventura por esas calles y veréis hormiguear en ellas, dando él :quién vive! los desprevenidos transeúntes, un sinnúmero de garbosas josefinas, siempre trajeadas con los mejores pingos de sus roperos.
Lucen en la cabeza un penacho de plumas, merced las cuales adquieren cierto aire muy espiritual de pajarracos exóticos, y gastan unos tacones sutiles, que las hacen caminar como de puntillas, poco menos que en vilo; pero si esto os parece extravagante incómodo, sabed, estúpi.
dos, que en ello está el quid de la suprema elegancia.
quiere jor, con Diversiones No poco me preocu llega el Dr. Jack, médico de tomo y paba también el temor Jomo, exsecretario de la delegación de no hallar diversiones en San José. yanqui en el Brasil, hombre de mun.
Pero. qué disparate. Cómo pude yo do, millonario, y, mayor abundadiscurrir que faltaran entretenimien miento, favorecido graciosamente tos en una ciudad cuyos moradores por la Naturaleza con un don de gennunca les ha dado el naipe por el tes que todo lo avasalla y que, asi coascetismo? Fácil cosa le sería cual mo así, es el lujo más superfluo en quier Victor Hugo de por acá eseri un millonario. Miel sobre hojuelas!
birse un drama, una comedia, me Jack! Hasta este nombre de perro este título: San José predisponía en favor suyo, asociando amuse. su persona la nobleza extrahumana Si, San José se divierte. Todo lo propia de este animal.
más que para ello importa es tener Pues, como decía, hace su aparición buena disposición de ánimo, lo que el Dr. Jack en el gran mundo josefino es muy difícil cuando Schopen no, y el gran mundo josefino, que hauer, o cualquier otro alemán llori tiene narices muy finas, cae deslumcón, no nos ha aguado la fiesta con brado los pies nada pequeños de sus amargas y crueles filosofías. este sér original y bonachón, que se Sin contar, pues, con el circo trae los bolsillos repletos de oro para de Tatalí, en donde una troupe de gastárselo aquí tan campechanamensaltimbanquis nipones se lleva la te con sus conmilitones de los clubs y atención de los josefinos con un cú de la banca.
mulo de suertes tan arriesgadas como El Dr. Jack es el hombre del día.
inverosimiles, danse on frecuencia Santo. dónde te pongo? El Dr. Jack espectáculos que sobre no causar obsequia sus amigos; el Dr. Jack erogación alguna al buen público, entretienen en sumo grado.
Jack pide por visita los able si Panos; el Dr.
sus automóviles; Por ejemplo: los políticos, que sien el Dr. Jack. negocia letras de ten como nadie la necesidad de hacer cambio. Qué gran señor! Pero feliz a la patria, andan bonitamente un buen día revienta por ahi la bomá la greña por apencar con una pre ba de que al Dr. Jack le ha echado benda de diputado, lo que, como es el guante la policía. Por qué. Dios consiguiente, ha dado lugar lances de Israel! Un hombre tan distinguimuy chuscos, de que si nosotros nos do! Pues sencillamente porque el poreímos, no es sino, valga la explica deroso y honorable turista ha resulción, con todo el miramiento que mere lado un timador de lo más fino! Si cen los presuntos padres de la patria. parece mentira! El gran mundo no Pero he aquí que, para hacernos acaba de hacerse cruces. y de olvidar la chapadanza legislativa, reirse, aunque con risa de conejo.
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