El lance tal vez no sea muy divertido para los que aflojaron la mosca; pero esto precisamente hace que él sea en extremo di ertido para todos los demás. Sin embargo, como quiera que en este mundo para todo hay composición, si no es para la muerte, los estafados pueden decir también por vía de consuelo: Pues, señor, nos hemos divertido. Vaya si se han divertido!
La señorita La sociedad ha encanto de su persona, la bondad de Atilia Madriz contemplado con su corazón y el brillo de su inteligen zozobra íntima la cia.
Todo sonreía infantilmente en terrible lucha en las interioridades torno de esta joven dulce y amable del hogar últimamente librada entre que no conocía las amarguras acres la señorita Madriz y la Muerte, de la existencia.
El hogar cariñoso quien en ocasiones vemos hacer gala en donde con su mirada esparcia de su poderío incontrastable obteesos fulgores tibios que parecen coniendo triunfos ruidosos sobre la ju mo envolver los padres en un manventud y la hermosura, sin conseto del cielo, está hoy y para siempre guir, sin embargo, otra cosa que co colgado con un jirón del velo som.
meter una horrible injusticia inte brio que la muerte echó de pronto rrumpir bruscamente el desarrollo sobre ella.
natural de una existencia en la más Pero. Cómo. Hay más todafloreciente de sus etapas, haciendo vía? Si: la muerte, al esgrimir su odioso por ese motivo el ministerio vieja incansable guadaña sobre la augusto que la Providencia le ha en frente marmorea de la señorita Ma.
comendado, para promover las mis driz, ha aventado también el nido riteriosas evoluciones de la materia, sueño que había formado el amor en cuando la materia ha cumplido en un el umbral de su casa. La señorita todo con el objeto de su creación. Madriz, en efecto, estaba próxima Por el vigor de su juventud, que unir su suerte con el señor don Alflorec a en medio de hermosa y loza fredo de León, un colombiano na primavera, la señorita Madriz pa muy distinguido, inteligente y cabarecia destinada a recorrer triunfal lleroso que en Limón representa a su mente todo el camino de flores que pais con el carácter de consul. El la existencia abría a su paso, y por señor de León ha visto, pues, destroel que iba esparciendo, con la natu zado también por esa ráfaga de muerralidad dulce inconsciente con que te el jardín bien cuidado y ameno una rosa esparce para todos y sin donde el cultivaba sus ilusiones más egoísmo el perfume que guarda, el queridas y más hermosas.
Gastón de Silva 3254