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mo en que renovó Quintana el canto casílabo en que apostrofo Gallego aqueardiente de Tirteo, y reprodujo el ritmo lla «lóbrega noche que cayó sobre Es.
con que navega la tierra «por el piélago paña el tremendo «dos de mayo. el mis vacío. dijo la majestad con que se mo que Espronceda hizo vibrar en las empina Copérnico hasta el cielo para trompas de oro que alentó su excelso contemplar el reposo del astro rutilante numen en el nunca igualado «Diablo que magnifica con su luz el universo, y Mundo. y el propio en que Zorrilla pinla rapidez con que el genio poderoso de to en el Paraninfo de la Real Academia Newton se lanza en seguimiento de los Española, la actual decadencia del arte astros y regula «el formidable impulso poético: que los mueve. Ese el soberbio ende«El verso que anda pie, que coge barro, fuma, se embriaga y rifie en la plazuela, no es el hijo de Apolo y de las musas, en un rufián de raza gitanesca: y llamar al lenguage tabernario de sus ramplonas coplas chacharreras y obcenos chascarrillos poesía y sus engendros barbaros, Poemas, és poner manto real al barrerdero, al mochuelo tomar por oropéndola, tomar por tulipán la atnapola, y los huesos de dátiles por perlas: es su real cuadriga enganchar asnos para acarrear a los establos hierba, en su concha poner huevos de rana y sus alas de cisne la corneja.
Porque, por la mayor parte. Los versos de esta década han sufrido tal envilecimiento y decadencia, que al caer de la cumbre del Parnaso se han ido encanallar en la taberna, y han provocado el café flamenco una vil poesía callejera: toda está en verso ya; desde el anuncio del sermón, al cartel del saca muelas. Que me vais decir. Que esto es sin duda grande verdad, pero que nada prueba. Que los versos no son la poesia?
10: pero son su vestidura regia; son de su gerarquía el atributo, la pedrería son de su diadema, de su manto real son los armiños: la poesía por el verso es Reina.
La verificación es la cuadriga de corzas blancas con que va a las fiestas, la góndola de nácar en que vaga, y las alas de cisne con que vuela.
bi verso es noble y de divino origen, de los Dioses no más habla la lengua, bebe con ellos néctar y ambrosia, calza coturio y desparrama esencias. Por qué, entonces, robarle su natu que salen de intelecto sin ideal y de liras ral y primorosa indumentaria?
por fuera doradas y por dentro rotas. Por qué descoyuntarlo y desposeerlo En suma. Por qué llevar deliberadade su ingénita cadencia musical mente a las letras amenas lo que llaman ¿Por qué finalmente, olvidar los viejos problemas filosóficos, sociales, fisiológiy siempre admirables ritmos castella cos y hasta jurídicos, que están en la nos para encariñarse con el monótono escena y en la novela fuera de su lugar alejandrino de hemistiquios insonoros, y mucho más fuera de lugar en la Divio introducir combinaciones métricas que na Poesía. De quién la culpa?
así carecen de belleza en la forma como Del escritor que ha olvidado el secreto de sentido poético en el fondo, y que de lo que embelesa, enardece o delei.
bien se ve que no son parte espontáne ta, de la sociedad que apenas sabe ya del ingenio, ni brote del grazón, sino soñar, sentir ni entusiasmarse. La 3283

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