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Ba d notte e tu non sai, tu che dormi da me cosi lontano, ch io, bianca in volto e con la mano in croce, chiedo il tuo bacio in vano!
Sin cicatrizar las heridas del amor, que aún manan sangre, tiene su corazón lágrimas de piedad y compasión para las flores de nieve perdidas entre las zarzas de la vida; para los seres desgraciados que sin techo ni pan, desprecia la inbumana humanidad para los niños que sin caricias de madre, sólo sienten el azote del infor: tunio. Alma humilde y noble! que alienta la indómita llama de su fuerza. Ella lo dice: lo non ho nome. Io son la rozza figlia dell unida stamberga: Plebe triste e dannata mia famiglia, ma un indomita fiamma in me alberga. Ah! Hay tales reflejos de mi vida en los versos de Ada Negri, que me hacen daño! Reviven en mi pecho tantos recuerdos que sepultó el olvido! Pero yo los busco, los amo, como amo el dolor cristalizado en las lágrimas del sentimiento.
a 11 tu a Daniel Dreña a Junio de 1908.
Fatalidad (Traducción de Blanco Belmonte)
Envuelta en sombra y misterio ilegó hasta mí en la alta noche: eran sus pupilas rayos, llevaba un puñal enorme: lentamente se detuvo de mi lecho junto al borde: sentí miedo, mucho miedo, cuando pronunció mi nombre diciendo. Soy la desgracia, me conoces. Quiero vivir a tu lado y gozar todas tus flores de ensueños y de esperanzas, de dichas y de ilusiones: seré sombra de tu cuerpo, compañera de tus noches, vigilante de tus días.
sudario de tus amores, y te seguiré la tumba cuando el descanso ambiciones, yo exclamé sollozando. No me acoses!
Firme, severa, impasible, de mi lecho junto al borde, así murmuro. Está escrito!
Has nacido lumilde y pobre, cual jaramago de fosa, como edelweis sin colores, como flor del sacrificio, como rosa de pasiones, Está escrito. No protestes ni solloces.
Delirante, enronquecida, grité. No quiero. Soy joven!
La esperanza me sonrie con sublimes horizontes; quiero amar, que amor es dicha; vivir, que la vida es goce; luchar, que el triunfo es la gloria; y en la lucha líonrada y noble quiero sentir en mi frente del Genio los resplandores. Vete de aquí! Mi martirio no ambiciones.
Con sonrisas de amargura clamó la desgracia entonces. Sólo para los que sufren y truecan su sangre en flores, fulgura el sol de la gloria en inmortales regiones; para esculpir las ideas no hay cincel cual los doiores, porque el Genio es una chispa que arranca el dolor golpes. yo exclamé suplicante: Desgracia. No me abandones!
Ada Negri Fot.
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