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Rica, escocherar, romper, estropear un mueble, desvencijar. en Guatemala, boleco (que se achispa menudo; cp. bolo, que ahi mismo vale ebrio. fotoreco (desmanado, zopo; que en Honduras suena también tutureco y significa gibado, cojo, contrahecho; ep.
tuturuto, en Costa Rica calamocano, en Colombia turulato. en Honduras, sapaneco (rechoncho, del nahuatle sapı, enano, según mi sabio amigo el Dr. Membreño. tuntuneco (tonto y feo. son zoneco (muy zonzo. y acaso también cheuveca (corcova. en Costa Rica, cacreco (desvencijado, cascado por la edad: lo mismo en Nicaragua; de. chapanceo (rechoncho; cp. achaparrado. dundece (de dundo, tonto, simple. Sabido es que en todos los países de América se han conservado voces indígenas que denotan vicios de fectos corporales; no es mucho, pues, que este sufijo indígena sea específicamente despectivo. Otra cosa singular es que, la sombra de este formativo exótico, parece haber cobrado alguna vida enco, tan poco fecundo en castellano (azul enco, bermej, cella zop. sull. en Costa Rica, flaquenco (flacucho. tulenco (pateta; ep. patuleco en Cuba, Colombia y Venezuela. corenco (zopenco, zonzo, zopo; en Guatemala lo mismo, y además azorencado, el cual parece tener conexión con asurumbado, que en este país vale atontado, turulato; en Colombia surumbático. en Honduras, mudenco (tartamudo. que también dicen enco, cholenco (matalote. en Nicaragua enclenque se vuelve inclenco.
Fuera de la morfologia, manifiestase también la acción analógica alterando la forma material de vocablos individuales, algunas veces su significado, y con frecuencia la propiedad de las construcciones. Para que todo esto se verifique es menester que exista conexión estrecha entre cada par grupo de voces y construcciones, lo que quiere decir que una de ellas por lo menos ha de ser de uso frecuente entre las personas de una misma comunidad, y que por los conceptos que expresan, por su forma, el uno evoque el recuerdo del otro. La psicología experimental ha demostrado que cuanto mayor es la rapidez con que un concepto trae la mente el recuerdo de otro, tanto más fácilmente el vocabló que expresa el uno puede influir en la forma material del otro (19. Ni se crea que esto es cosa rara y que sólo acaece de cuando en cuando: observadores sagaces y entendidos han comprobado que los yerros y trastrueques que cometemos cuando hablamos, leemos o escribimos con atención floja, son exactamente de la misma naturaleza que las figuras y fenómenos de que aquí se trata, sin más diferencia que la de que unos pasan de ordinario sin dejar rastro y los otros se extienden y perpetúan (20. diferencia que es de suponer estriba únicamente en las circunstancias, según que la asociación existe con igual intimidad en mayor o menor número de personas o que la forma resultante es más o menos extraña. Vese esto claro en voces correlativas: conforme a las leyes fonéticas que han regulado el paso del latín al castellano, socrus y nurus (dejada aparte la adaptación genérica de terminación 110 pudieron dar sino suegra y hora, pero la influencia del primero igualó la vocal del segundo; dexter y sinister debian corresponder diestro y senestro (no siniestro. lo mismo en voces sinónimas allegadas por el sentido, como descabellado, que pasó descabeñado, influencia de desgreñado, guviota paviota por la de pavo, y aun en aque.
llas que sólo están asociadas por la semejanza material, como cefiro, que para muchos ha convertido zafiro en sáfiro. Es obvio que la asociación que puede existir entre dos conceptos, digamos entre dos palabras, en cierto lugar y en cierta época puede faltar en otros diferentes, y que un concepto puede asociarse en una parte y en un tiempo de una manera y en otros de otra, produciéndose resultados diversos. En Méjico han sido coetáneos hacina (conjunto de haces colocados ordenada y apretadamente unos sobre otros) y barcina (carga haz grande de paja. lo que explica muy bien que el primero haya tomado lar del segundo: harcina o arsina; cosa que sería imposible en Colombia, por ejemplo, donde hacina no es conocido sino de los literatos, y barcina es del todo inusitado. Encantusar es, lo que entiendo, la forma primitiva de que por disimilación salió encatusar, y de ahí por influencia de gato, engatusar (21. en Costa Rica dicen enguatusar, recordando el animal que ahí llaman gruatusa: la primera alteración pudo verificarse en cualquiera de los pueblos que hablan castellano, no así la segunda. Continuar (19) Thumb y Marbe, Experimentelle Untersuchungen über die psychologischen Grundlagen der sprachlichen Analogiebildung, 80 (Leipzig. 1901. 20) Véase Meringer y Mayer, Vresprechen und Verlesen. Eine psychologisch linguistische Studie (Stuttgart, 1895. En un pueblo de mi país, estando comiendo una familia, uno de los comensales dijo bolleton en vez de botellón, no sé si por habersele ocurrido al mismo tiempo el sinónimo limeta (limeton) por estar pensando en borbotón, bofetón algo asi; naturalmente se hizo chacota, pero fuerza de repetir la chanza, sin pensarlo pararon todos en decir lo mismo. Bastó un corto olvido para que las cosas volvieran su ser, en fuerza de la co.
nexión obvia del derivado con el primitivo botella. 21. Encantusar sale de encantar (op. el francés antiguo chantuser. y es sin duda la forma más antigua (Silva. Segunda Celestina (1534. 19: Madrid; d, 1874; Quevedo, fortuna con seso, XV: Tirso, Bibl. de Rivad. pp. 998. 369b. 464c. encatusar no fue registrado en el Diccionario de la Academia hasta la edición de 1791; Covarrubias trae «engalar, engañar con arrumacos, como hace el gato con su dueño, pero si se descuida, llévale la carne del plato; verbo que se usa en portugués con el sentido propio de asir prender con ganchos de hierro Cratos. enganchar, unir, y metafóricamente amancebarse; es como si dijéramos echar el gancho, enganchar; pero el gato de carne y hueso es más conocido y familiar que el de hierro, y ha señoreado la metáfora.

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