Crónicas internacionales sentarse se ellas Faridad.
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Estoy hecho una feria: digo, una fiera.
Habíame propuesto colarme, de cualquier manera, entre el séquito la servidumbre del Presidente Fallieres para ir a tomar cl fresco los mares del Norte y curiosear lo que ocurriera en Reval; pero u amigo que me había prometi to complacerme ha faltado traidoramente su palabra y he tenido que que.
darme en París, sucursal del Infierno en estos días y teatro probable de escenas sada agradables si se repiten por aquí las que ha habido en Dravail entre huelguistas y soldados. Pero como la cosa no tiene remedio y el que yo me desespere o halé darme fresco, sino todo lo contrario, echo mano la résignación y me consuelo con las noticias de Turquía que si son frescas y por demás sugestivas.
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Por cierto que eso de la constitución en Turquía me hace la mar de gracia y no puedo menos de ponerle algunos comentarios parecidos los de cierto petidio boulevardier.
En Turquia, hasta ahora, nadie ha sabido quién gobernaba. Tan pronto cra el jefe de los eunucos. Valiente gobernador. como un oficial de la Guardia albanesa que momentáneamente gozase del favor del Sultán, como un gran visir que ocho días después había de ponerse en salvo toda prisa, como un proveedor de palacio. El Suitán recela hasta de su sombra, no se fia ni de sus mismas favoritas (caramba, caramba. no se deja ver de sus hermanos, teme hijos, desconfia de sus generales, de sus ministros y hasta de las moscas. este miedo ha hecho que no otorgase su favor nadie. Cuando un hombre ha creitto ganar su confianza porque obtiene alguna concesión, puede estar seguro de que ya le espían por orden superior y que ese espionaje ha de redundar en se deplo aun cuando no cometa ningún abuso de poder. Pero los espías son espiadas a su vez y así sucesivamente de todo lo cual resulta qne nadie está contento, que todos temen y. así sucesivamente. De donde se deriva la consecuencia natural de que los turcos no pueden ver los gobernantes. aparentes Supuestos, pero que se resignaa y callan, o mejor dicho, que se resignaban y calaban. Pero no hay que achacar al pueblo turco la revolución que ha estallado y triunfado. Los militares, ininistros y empleados, despojados de sus posiciones sfortunas son los que se han sublevado. Al pueblo le importa un bledo un comino un ardite la constitución que ni sabe con que se come: y si se ha mostado favorable al movimiento ha sido porque imagina que algo fri ganando es el cambio.
Ei Sultán promete no sólo el restablecimiento de la Constitución sino la convocatoria para sustituir el Parlamento.
Pero que puede hacer un parlamento en Turquía?
Mucho me temo que Abdul Hamid haga lo que Nicolás II ha hecho con la Duma: y no sé por qué me parece que la victoria de los jóvenes turcos va a estar muy distante de suponer la regeneración del Imperio otomano. Ninguna tiranía acaba pacificamente.
Mas por de pronto algo hemos ganado si lo que acabo de leer es cierto, Agarrarse. Lo primero que va a hacer el amigo Abdul es rebajar el personal del Harem, con ese motivo se anuncia una subasta de odaliscas en buen uso y otra de encos sin usar. el colmo: Las mujeres se presentan en la calle sin velo, en la cara.
por supuesto y ayer misino una de ellas conversaba isip relo: con Said Pacha.
Nada menos que con Said Pachá. 3005 nodo proolarnente comisario sión para to deber,