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PÁGINAS ILUSTRADAS 3837 ion 21Ta on ba filisaudo go on La noche anterior, al abrir mi caja de hierro, había visto el estuche de felpa en que estaba colocado el anillo, y movido por el deseo de contemplar el bello brillante, la abri. Allí estaba en su negra montadura lanzando rayos de luz, comparables solamente a los del planeta Marte. Largo tiempo estuve contemplandolo, y por fin cerré de golpe el estuche, que produjo un clic metálico, extrañamente metálico.
Cerré cuidadosamente la caja de hierro, me desvesti y después de leer algún tiempo, apagué la luz y me dormi.
Al día siguiente, antes de salir, abri nuevamente la caja para sacar dinero, y quise comparar el brillo del brillante la luz del dia con el que tenía la luz de la lámpara eléctrica.
Tomé el estuche y noté que se abría con dificultad; tuve que hacer un verdadero esfuerzo sobre la piececita de metal que sobresalia del estuche y cuando se abrió. jestaba vacío!
Juzguese de mi sorpresa. La caja tenia la combinación en buen estado, la puerta y las ventanas de mi cuarto estaban perfectamente atrancadas; en la caja, que vacié enteramente y que registré pulgada por pulgada, no había nada; en el suelo de mi cuarto tampoco pude encontrar el anillo.
Olvidé la hora que era, y las doce del día todavía registraba yo por todas partes: en mis ropas, de nuevo en la caja, por el suelo, en las gavetas, por todas partes, y siempre nada, nada!
Por fin, me decidi salir. Cerré cuidadosamente la puerta de mi cuarto y di orden de que nadie entrase en él hasta mi regreso. Qué hacer? No se me ocurria nada. Estaba atontado, cansado, entorpecido Me dirigía hacia el Juzgado del Crimen, con intención de comunicar lo ocurrido al Juez, cuando tropecé con el principe de Liccio.
Hola. exclamó al verme. Qué tal. Cómo va?
Mal, muy mal, principe.
Está Ud. enfermo?
No; no es eso, es algo más grave.
Qué ocurre. Puedo servirle en alguna cosa?
No sé. Lo que me pasa es tan raro, tan anormal, que no sé. Pero, en fin, puedo saber de lo que se trata?
Conté detalladamente al principe lo que ya he relatado y el me oyó con calma. Puedo ver su cuarto. preguntó. Por supuesto, principe. Vamos allá.
Deshice el camino en compañía de Liccio y llegamos a mi aposento.
Soy un aficionado a las investigaciones policiacas, dijo éste al entrar. Dicen que soy bastante hábil y creo que en vez de nacer principe, debi haber nacido policial secreto.
Repita lo que me refirió. dijo.
ció ieOS or me an OS Id.
mi da.
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