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PÁGINAS ILUSTRADAS 3869 El Sarao en la Legación de Panamá 22 de Mayo de 1909 itu pio en Sus arFelices instantes los que proporcionan esas fiestas de sociedad en que todos, olvidando las mezquindades de la vida, nos esforzamos por estar complacidos y agradar a los demás. Alli dejamos de ser el lobo del hombre. La crítica mundana misma en tales momentos se espiritualiza y se vuelve inofensiva: no trata de herir, apenas produce cosquilleos. Las mujeres se muestran bellas, discretas y amables y los hombres hacemos todo lo posible por parecer inteligentes, cultos y buenos.
Las asperezas se suavizan, los rencores se olvidan, las tristezas se disipan y de los corazones surge una fuerte y sana alegría.
Espléndido estuvo el baile con que el 22 de este mes agasajó el señor Ministro de Panamá la sociedad Josefina. Si esta clase de reuniones nos sugieren bondadosa filosofia cuando se verifican entre nosotros, con mayor razón en este caso cuando quien la ofrece es el muy distinguido y simpático representante de una nación hermana y amiga Que los paises latino americanos resuelvan sus cuestiones con entereza hidalguía, que traten sus asuntos con digno y elevado criterio; pero en buena forma, con fraternal y delicada cortesia, como cabe hacerlo entre hijos de la misma madre, entre compañeros del mismo destino.
Tenemos que fijar límites con los panameños, discutámoslos en buena hora, hagamos todo esfuerzo porque sean justos, sin que ni en un ápice se aminoren nuestras buenas relaciones, sin que nada amengüe la tradicional amistad que nos une con la tierra que luce nuestro lado las dos estrellas que van a servir de faro en los dos océanos al comercio del mundo Dijimos que había estado espléndido el baile del señor Porras, y en verdad que es justo el adjetivo: espléndido por la concurrencia, por la manera con que se la obsequio, por la preciosa música, por la artistica profusión de flores y de luces, por todos los detalles en fin.
Después de oir con cariño y respeto los himnos de Costa Rica y Panamá, comenzó el desfile los acordes de una hermosa obertura: señor Presidente de la República y doña Clotilde Uribe, Dr. Porras y doña Adela González Viquez, señor Ministro de Relaciones y señorita Benigna Uribe, don Luis Anderson y señorita Claudia Piza, señor Ministro de México y señora de Volio, señor Magistrado del Salvador y señorita Maria ndo tor da, al.
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