PÁGINAS ILUSTRADAS 3945 LLANTO RISA 29 de Julio de 1909 p.
Siempre que recojo de la casilla de correos el rollito que contiene un ejemplar de El Figaro, de la Habana el cual viene marcado con la indeleble silueta del famoso pseudónimo del inmortal Mariano de Larra, siento que mis pupilas juguetean emocionadas y salgo con cierta precipitació: hacia el rinconcillo que el Ateneo le ha destinado a esta pobre mendiga llamada PÁGINAS ILUSTRADAS, que tan mal vista fué por alguien en el recinto del Congreso Nacional, y la que, merced sus esfuerzos, llevand til cabo dentro de pocos días, con ocasión del aniversario de nuestra independencia, un torneo, mensajero de ideales nobles y desinteresados: la celebración por primera vez en Costa Rica de los Juegos Florales.
Pues bien, esta noche, al abrir el númerto 29 de El Figaro, me sorprende un foto grabado acompañado de esta inscripción al pié: Ultimo retrato del poeta Julio Flórez, hecho en la Habana en grupo con Pichardo.
Como es natural, y dadas circunstancias especiales, mi sorpresa fué grande y senti en mi sér una impresión traducida en algo asi como una mezcla de risa y llanto.
Al consabido fotograbado acompaña un articulo medio necrológico, suscrito por el brillante intelectual Max. Henriquez Ureña, del cual articulo, y para mayor extrañeza de mis lectores, copio los siguientes párrafos que al poeta se refieren. Sus ideas, un eco del pesimismo de Becquer y. nás aún, del de Bartrina, con algumos toques de la melancolia que caracterizaba José Asunción Silva, aun en sus manifestaciones optimistas. El concepto que Julio Flórez tenía de la vida y de la muerte se resume en esta imprecación final de su composición Ley Implacable. Honibre! Eres pasto de un rencor violento; al mal te empujan invisibles manos: vives, y te devora el sufrimiento!
mueres, y te devoran los gusanos!
Henriquez Creña agrega. Hoy, cuando de Colombia. su patria. nos llega un gran clamor de duelo en torno de esa tumba prematuramente abierta, debemos inclinarnos con admiración y respeto ante el recuerdo amable de Julio Flórez, el último becqueriano!
Repuesto del asombro, me puse reflexionar sobre quién fué el que quiso tomar.
le el pelo al joven escritor dominicano, y, luego, salí precipitadamente, con dirección al cuarto número 19 de la sucursal del Imperial Hotel, comunicar su prematuro fallecimiento al querido poeta Flórez, quien en estos momentos se encuentra lleno de vida, preparando nuevas joyas poéticas que han de sorprender agradablemente al erudito Max. Henríquez Ureña.
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