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72 JUEGOS FLORALES PÁGINAS ILUSTRL para Adela.
sus a un una en La cena fué bulliciosa y cordial; sin estaba enfermo. Qué hacer? Los neembargo, una leve nubecilla, que no gocios no admiten demora No pudo pasar inadvertida para la ena. había motivo para afligirse tanto.
morada esposa, parecía sombrear la nas cuantas Semanas pasan tan frente del viajero.
pronto. Tontucla: La separaRetiráronse todos los convidados, ción es nuevo incentivo para el amor, menos Ernesto, que permaneció aún y además, qué inefable placer el del largo rato conversando con su amigo regreso!
en un extremo del corredor. Aquella amaneció por fin el día fatal: ella, noche, cuando Federico y su hijo se ahogada en llanto, no pudo articuhubieron dormido, la pobre Adela lar palabra; y él, al tratar de consoocultó el rostro entre las almohadas larla, lloraba también como un niño.
para ahogar un sollozo.
Mas ay! al volver, en aquella melancólica tarde de Octubre, sólo ella yerció lágrimas de gozo.
Federico Alvares había recibido de Con esa perspicacia natural de las sus padres esmerada educación y de mujeres en achaques del corazón, aguza la por la idolatra devoción que la la naturaleza una aptitud no común para las bellas artes; desgraciadamencostarricense procesa su marido, te era este su único patrimonio, y para comprendió Adela que Federico no atender sus necesidades materiales era ya el mismo. La encontraría se vió obligado a dedicarse los nefea y cursi, él, que se había codeado gocios, instado y ayudado por Ernes.
allá con tantas damas bellas y elegantes?
to Jiménez, antiguo condiscípulo suyo, hijo de uno de los más acaudalacios Era preciso luchar todo trance comerciantes de Costa Rica.
con los recuerdos del distraído esposo, Era ya socio de la casa Jiménez hacer que la imagen de su inujercita Cía, cuando conoció Adela Martí volviera ocupar el santuario que la nez, adorable criatura quien asediahabían usurpado aquellas parisienses ba un ejército de pretendientes. Más embadurnadas de colorete.
afortunado Federico, logró rendir Cómo se cuidó en adelante de los aquel corazón inaccesible, y pocos detalles del peinado, del corte irremeses más tarde la bendición nupcial prochable del vestido, de los secretos consagraba la unión de los dos seres del adorno puesto con estudiada comás enamorados y felices de la tierra. quetería. Con cuánta habilidad fué Durante dos años su existencia fue sonsacando su marido las cosas que un verdadero paraíso; pues no con.
más le habían agradado, los platos tenta la fortuna con haber derramado más sabrosos, el arreglo de los muesobre ellos salud, bienestar y amor, bles, los refinamientos de la vida paricolmó sus dones con un precioso chi siense! Cómo se coloreaban de plaquitín cuyos bracitos formaron nueva cer sus mejillas cuando él consagraba cadena de flores entre aquellas dos un cumplido la elegancia de su traalmas.
je al arte exquisito con que disponía La primera nube que empañó el la mesa!
cielo de su ventura fué el inesperado mediados de diciembre anunció viaje de Federico. Uno de los socios Federico Adela un nuevo inespe debía ir a Europa hacer las compras rado viaje: la casa iba entablar dedirectamente en las fábricas, Ernesto manda contra una compañía francesa y era preciso que uno de los socios di lo ca rigiera en París el litigio, pues no era agras cosa de perder así no más cien mil po a francos. Tampoco esta vez podía Er form nesto encargarse de la comisión, pues ment su padre estaba gravemente enfermo. indef La noticia fué una cruel puñalada gua a De manera que toda su As paciente labor de reconquista iba resnltar estéril. Volver Federico París cuando aún no se habían borrament do de su memoria aquellos malditos recuerdos ni de su frente aquella nu llo, becilla que desesperaba a su afectuosa tu compañera!
Un ominoso presenti EI miento la decía que esta vez iban la ma robárselo para siempre aquellas aborrecidas mujerzuelas. Pero ¿cómo impedir el fatal viaje?
mi Quedaba un recurso: ir ella y llevar (P también Luisito.
había So, jainás se atrevería propovérselo a su esposo: no eran ricos, y un Mara viaje de algunos meses cuesta mucho Se dinero. Además, la estación no era París la más propicia para ir a Europa, y la ticia crudeza del invierno sería talvez morprim tal para el niño.
anun la pobre desde entonces vertió Erns amargo llanto, y sólo tuvo un momento de consuelo cuando vió que su ma Mart rido partía conmovido y lloroso. Benpero ditas lágrimas, que fueron para ella La un rayo de esperanza. Sus teanim mores eran, pues, absurdos. El la clisip amaba todavía cuan pués TER: Xevaba. Los carruajes que de do so sembocaban sin ruido en la calle de mier Richer se detenían en el círculo. le er minoso que proyectaban los faroles sobre de FOLIES BERGERES, para vaciar baLuf jo la marquesina del teatro su carga dias mento de mujeres alegres.
to de De un cupé descendió una pareja más que atrajo las miradas de todos los yon curiosos. Ella era alta, blanca, de pe Por

    France
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