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1XXIS TEL RSS aun digerir diariamente el duro pan del periodismo, que le sirven los modernos condimentadores de tales platos, por no decir emplastos, bien puede aceptar como pasable este mío de aprendiz bien intencionado, cso si, y por lo tisnio incapaz del abuso en lo que se refiere a condimentos pesados, pues que Se sabe de memoria aqucho de que bue110 és culantro.
Como licver buena intención, sí que la llevo. muy buena, vive Dios. 11gur:ios que yo ambiciono vivamente 001vertirme en el pregonero de las bellezas de aquel puerto, y mover de ese modo el entusiasmo de las gentes para que busquen hacia alla, en pos de las brisas marinas y traigan repletos de salud sus pobres organismos causados por la lucha, y acribillados por los multiples enemigos del alina y del cuerpo. No es ya mi buen propósito parte justificar esios borrones?
Pues cos permiso: Salimos de San José una fresca mañana. De que dia? Ni el dia, ni la hora, vi el nes viene al caso, Puesto que todos los meses y todos los dias en las nananas pud. hacerse lo mismo Nuestro equipaje. Mas, antes de seguir, os voy a dar un consejo: no lleveis mucho equipaje; que él represente pocos kilos, y sea apenas lo necesario. Nada de perendengues. No se frata de seguir siendo los majos du la capital. Subsanad de antemano la cnbarazosu impedimenta del equipaje.
Nuestro equipaje, digo, quedó en su correspon.
Jienie lugar, y en nuestro bolsillo la guia del caso. partió el tren Impre.
iones, las acostumbradas.
Tras largas dos horas y media de dues tirade, tos somagos principiaron tocar a rancho. Dichosamente legi.
bamos a la estación de Rio Grande Pie a tierra. Mi compañero pregunto por el mejor hoiel. Bueno está us.
ted, repúsele: como no se apresure servirse con sus propias manos, de lo que estas acicaladas campecinitas le ofrecen, buena hambre le espera, 00171.
padre. tras un gesto de extrañeza, otro de conformidad, a ongullir fri.
Turas y macerarse los dedos con el gratisimo balsamo que trasudaba un medio pollo, ostentando sobre el pcdestul de a enorme y blanca tortilla.
Su apetitosa pechuga cumantecalda. Luugo, leche y café. Por último, el pitazo de la locomotora llamando a los niansos y pacientes huéspedes, para continuar la dura marcha, bajo un calor de esos que obligan pensar en las zonas climatericas de los mismos infiernos. Orotina! Pero, señores, aliasta cuando dejará de ser éste el punto terminai de nuestro Ferrocarril at Pacífico? De solo pensar en Ororina viene vértigos y furiosos deseos de u zambullón en agua helada; y sobre todo de olvidar para siempre a Puntarenas.
De sólo pensar en Orotna:que si fuesca referirme a la impresión exacta y 10inadi del natural, apaga y Viimnonos.
Si, vámonos pronto: eso es lo único que se ocurre al infeliz viajero cuando se Tecnvuelto en la nube roja y fastidiante de aquel polvo arcilloso, bajo el azote agresivo de un sol de fuego. que al caer perpendicular sobre el rostro, hace Que las gotas tibias del sis.
dor vayan abriendo surcos sobre la amarillosa epidermis, lasta transformar en 113scara horrible el seu blante puiza Convertido co ha portat virtuosi labidad del bartero, en linda

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