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PÁGINAS ILUSTRADAS 11 mi regre.
recupere la olver Juan mi adorada staba deso.
un rayo de To cielo de que escribi bia grabado Te esperaL.
non, inquiri, todos mis al fin uno leado en la dijo. Hace e embarco el vapor recuerdo rdinaria be.
llamaba Le mo que la la llamó asi cia. Pero.
1e el Alerlegó a New pone que se iente.
cidas, los ojos pardos y fascinadores de la misteriosa niña brillaban siempre delante de mi con la fijeza de las estrellas. ahora prosiguió Raúl, encen.
diendo la pipa y bajando la voz. lle.
go a la parte de mi narración que si nadie más que a ti me atrevería a refe rir, temeroso de que me tomasen por un alucinado o un embustero, y bien sabes que no merezco aquel calificati vo ni toleraria este insulto. Juzga tú misno.
El mes pasado, al regresar de la mi sión diplomitica que me llevó Gua.
temala. me embarque en el Nreport, lado en el puerto San Tose. IL barco debiu zarpar a las 10 de la noche, a las estaba yo recostado en la borda contemplando las lejanas luces del muelle. cuando stibitamente experimenté una sensación extrin, como si una fuerza magnética me mo.
viera contra mi voluntad. Volvi la beza y. Cielo santo. Siempre me he vanagloriado de ser dueño de mis nervios y los he puesto a prueba en varias ocasiones: pero en aquella, fran.
camente lo confieso, tuve miedo y me juzgué victima de una alucinación. dos pasos de mí, iluminada por el farol Una ilustración de La Czarina de lo: Balkancs.
de proa, una joven enlutada me miraba (De lecture pour tous. fijamente. Era ella, era Lelia, tal como la conoci veinticinco años antes!
tindome las sienes con las manos para que 110 se Su rostro virginal tenia la misma expresión me escapara la razón. Sabes lo que lei Ter etere:1, de infinita melancolia. me hablo. si, vara siempre. cra la misma voz dulce y penetrante, el mismo Permanecí trastornado largo rato; apenas pude idioma extraño y musical que no se parecia coordinar las ideas, recorri todos los pasillos en ninguna lengua humana y que, sin embargo, yo busca de las dos enlutadas. El barco empezaba entendia perfectamente. Eran palabras de amor, va di andar, y estribor el segundo oficial vigilade un amor inmutable, más poderoso que la ba la operación de izar y aseguraba la escala. Le muerte. Qué importaba la separación: Pronto pregunté en inglés. Sabe Ud. en qué camarote nos uniriamos para siempre. No sé lo que dije, están dos señoras cnlutadas que llegaron esta si es que realmente dije algo; oprimi una de sus noche: manos, y me pareció fria como una tumba. Poco. No son pasajeras, me contestó: vinieron de después se desasio suavemente, y con una aguja paseo y hace media hora regresaron al puerto de oro que arranco de su peinado escribió algo en la borda; luego me miró con los ojos llenos de lágrimas y fué reunirse con una dama enlu tada que la aguardaba a cierta distancia. Lleno de Callo Raúl y cerró los ojos. Yo no me atrevia curiosidad encendi un fósforo para leer lo que interrumpir su profunda meditación y me puse ella había escrito: el fósforo se me escapó de los cavilar sobre la extraña historia que acababa de dedos y me senté en un banco para no caer, apre. oir. No habia perecido la misteriosa niña en el Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica do muchos dia espan recibituin mitad del azahares han lleva tra allí, co hierba con as olas: he Striunfos amarguras 1, he viaja. Pero en aplausos de los paalcobas cor is calles de extranjeras, imenso, en oblados de descono
Este documento no posee notas.