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Libros Pintores de Costa Rica POR ALFONSO CHASE autor, como mayor interés y con la presencia de un método crítico, pero que en su estado actual cumple con la misión de informar al estudiante, mediante pinceladas, por así decirlo, sobre los nombres en la pintura nacional. De ellos quedan autores, entre los contempor Ricardo Ulloa Barrenechea poráneo tan valiosos como vigentes: Lola Fernández, nuestra mejor pintor, Rafael Fernández, antes que se dedica24 páginas, 21 cm. 27cm, cubierta ra a pintar gatos, Dinorah Bolandi, seen color, de cartulina conacote de 105 ria e inmutable, Carlos Barboza, Gegramos, C75. 00, 3000 ejemplares rardo González, Cristian Fournier, impresos, óleo de la portada: Manuel Gonzalo Morales Fabio Herrera, de la Cruz González, edición del Banco Carlos Salazar. Por ello, y por los Anglo Costarricense. Editorial Costa ausentes antes citados, quizás no se Rica. 1978.
pierda el futuro de la pintura costarricense. Hacer pintura no es sólo embarrar un lienzo sino también aprehenafirma que deliberadamente trata de der el mundo, darle forma nueva a la hacer poca crítica, por no decir que forma antigua, transformar la naturaninguna: Dice cosas tan graciosas co leza y hacerla viva para los ojos del mo ésta: Nuestro crecimiento artístico se ha visto amortiguado por la ausencia de vitaminas esenciales. junto a otras perlas de la retórica más encubridora y superficial para encarar con seriedad el hecho artístico. partir de la Ricardo Ulloa Barrenechea Muy bien hace Ricardo Ulloa Barrenechea en llamar a su libro sobre la pintura, costarricense PINTORES DE COSTA RICA. porque a la larga lo que sucede con el texto es que nos presenta un adecuado catálogo de pintores, grupos, academias, escuelas, pero sin profundizar en el génesis y desarrollo de la pintura costarricense. Desde esta perspectiva, didáctica, el libro cumple con la misión de informar a manera de ficha bio bibliográfica, pictórica y algunos otros detalles del quehacer de los pintores.
Los intereses del autor se enfocan hacia los estudiantes y el público en general, sin intentar un estudio metódico del desarrollo de la pintura costarricense, sus relaciones con el medio social y aquellas tendencias predominantes dentro de un esquema posible de la historia y desenvolvimiento de la pintura nacional.
El libro se inicia con el análisis de algunos de los grupos más importantes, contemporáneos, que han contribuido a la afirmación y experimentación de la pintura también, pero vistos estos de una manera bastante frágil en los enfoques. No se trata de juicios valorativos sino más informativos, tratando de partir de los contemporáneo hacia el pasado, es una extravagante manera de intentar analizar hechos que tienen raíces históricas, y no meros caprichos de método. partir del capítulo los demás nos van ubicando en los géneros, más bien los temas, en los cuales ha sido abundante el quehacer del pintor nacional siendo el retrato y el paisaje los más importantes. Los problemas que plantea el libro, conforme sigue avanzando en la lectura el estudioso, se refieren más que todo al método seguido y a las variantes, a menudo arbitrarias, que van describiendo la pintura nacional. partir del capítulo IV eso se hace más evidente al convertirse el libro en un abigarrado catálogo de nombres en la pintura costarricense, con esporádicos análisis de ciertos personajes, que van configurando el todo de la obra.
Como catálogo de nombres es un libro completo. Están todos los que son. y hasta los que no debieran estar, quizás por la generosidad del autor o porque en el campo específico de la pintura nacional no se ha logrado establecer, con cierto rigor, una limitación acertada entre pintores, movi.
mientos, tendencias o generaciones, que establezcan valores de relación, de calidades, de expresiones. El autor lo reconoce, muy honestamente, cuando Junio 4, 1979 PINTORES DE COSTA RICA EDITORIAL COSTA RICA página 209 el resto del libro es una ampliación hecha especialmente para la segunda edición, en donde encontramos agrupados a nuevos nombres del arte nacional, pero con las consabidas excepciones de Fernando Carballo, Fernando Castro, Fabio Cerdas, Pedro Arreita, Raquel Villareal, jóvenes que dentro del desarrollo de la pintura de los últimos años han dado interesantes aportes.
Revisando la totalidad de la obra, como conjunto de datos, de fichas biográficas, entendemos que Pintores de Costa Rica« es sólo el eslabón de una obra que bien puede continuar el Reflexión: Felo Garcia hombre, desde una perspectiva artística. Del gran catálogo que es este libro no nos queda el establecimiento de valores, de individualidades, de verdaderos artistas. Como signo de la época es sólo un inmenso diccionario en donde conviven los mejores junto a los peores, en maridaje que bien puede espantar a algún espíritu sensible, pero que refleja acertadamente el sentido de nuestra época: la confusión, la banalidad y el agrupamiento inconsciente como normas de conducta humana.
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