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2 ACTUALIDADES LA VIDA PINTORESCA Jorge Volio La Cuquita no sabe quién soy yo que le ya no ha de quererme. Ni se peinará Medio jorobado, prodigando siempre una hago cariño y le pido un poco también. para mí. Ni me regalará flores del jardín sonrisa que es un pedazo de pan caliente, desMaruja sí que es mi amiga y me regala del abuelo.
armados los ademanes, va este sacerdote sin flores.
Santicos.
sotana por nuestras calles, entre los saludos Pero yo las quiero a las dos por parejo, de las viejas que recibieron consejos de sus esperando, eso sí, que ha de perdonar la ¿Qué ha sido de aquella elegancia de infidelidad.
segunda mano, de aquellos aires de conquislabios y las muchachas que recuerdan con mal humor haber confesado pecadillos cerca la Cuquita empecé a cobrarle simpatia tador, de aquel ojal oculto tras la espléndida fragancia de una rosa recién cortada?
de una oreja que se ha convertido en munpor un detalle que para mí tiene mucha imdana.
portancia si bien es baladi: la primera vez ¡Pobre Santicos Limpia ventanas! Está hePorque a pesar del aire pudoroso que se que hube de verla, en un pasillo del teatro, cho una ruina. Ha quedado ciego. ahora apodera de su rostro en presencia de unas con las cejas pobladas, los ojos prematurava a tientas, al acaso, a donde lo lleve la faldas de esas que permiten entreveer dismente profundos, el talante un si es no es punta de un palo de escoba, único compacretamente un listón intimo, este muchacho despectivo, toda ella leve, menudita, de ñero que le queda en la vida, después de porvigoroso, creyente y altivo, no puede recelana, recordé una muñeca de terracota que tanto boato, de tanto esplendor joh mundo sistir la tentación de tender un piropo, como me regalo mi amigo Mariano Miguel del Val, veleidoso! No ve. Ya las mujeres, que lo de. una capa andaluza, para recoger las huellas muerto hace poco tiempo en silencio, lo missazonaron, le son indiferentes. Qué bien lo recuerdo! Era un resumen de de un par de piecesillos menudos, ligeros, y mo que vivió.
silenciosos cual un soplo.
Me acerqué a ella para acariciarla, pero la elegancia nacional. Concluía de gastar los Alma atormentada que habría destacado me resultó esquivamente refunfuñona.
sacos de Arturito Fernández; los pantalones en la defensa de los fueros del Rey don CarEntonces me alejé, acaso algo tristón, de don Juan Rafael Mata le quedaban como confeccionados a la medida; y ¿qué decir de los con más audacia y sencillez que Santa pensando en la muñeca de Mariano Miguel las botas charoladas de don Rafael Alvarado, Cruz el pecoso rubicundo, pero sin la ferodel Val aquel artista excelso que no consintió el popular Chotarra? Así, convertido en una cidad de aquel gerifalte de pico corvo y gaen que yo pasara por el mundo sin catar lo hoja de perejil, con los harapos de todas las rras cobrizas que en arrebatos místicos pedía que es el amor de un padre.
Luego, andando el tiempo, he logrado la solapa, un bastón en la diestra que giraba.
casas, se lanzabaa sus conquistas, una rosa en al Todopoderoso fuerzas, intrepidez y vida para colgar de un álamo hasta último heque me tolere la Cuquita, sonrisa que vaga Era un feliz; casi un feliz, reje que blasfemara en español.
por las calles, y me cuenta que va a la esLas chicas de entonces, que hoy son daEn las noches, de hinojos, amontonado cuela, y que la sacaron en un cuadro plástico mas respetables vestida de violeta y que ya tiene una sobriniigual a un traje en el suelo, auséntase de algunas, madres de seis sí mismo en revuelo espiritual hacia las ta de «este tamañito» pero muy tonta porque hombrotes, otras, recibidoras de los bailes se complacían en hacerle creer que estaban enaalturas donde vemos las estrellas y él enno habla.
moradas de sus prendas y de las que le cuentra al Creador. Pero bajo los ardores La Cuquita picaruela. tuvo un novio.
solares es un guerrillero impacible y liberal como los novios no son para verlos, lo regalaban en punto de envenenarse. él no lo dudaba.
besaba. Refieren que don Leonidas entonces, que reparte absoluciones entre el fragor de las ametralladoras y los gritos de odio que para quitarle la costumbre qué cosas tiene Era tanta su elegancia, y tanto su desenfado en lances del corazón.
desfiguran los rostros de la soldadesca. Cuendon Leonidas le dijo: Allí por donde pasaba había de quedar tan que en un encuentro allá en La Paz. las niñas que besan al novio, se les pueblo resplandeciente y polvoso, abrumado hace un agujero en la cara por cada beso.
rendida una mujer que sacrificaba por él posición, bienestar, honor.
de las chicharras, dejó tendidos por tierra a la perversa mocosuela, levantando las Poca diferencia había, por cierto, entre este casi todos los hombres a su mando pero el manos al cielo respondió: fué el primero en caer con el pecho agujereado. Hijo de Dios. Cómo se le va a poner apuesto conquistador y aquellos que todos conocemos.
Mas la verdadera vida agitada de este anla cara a nuestra vecina!
Pues si en verdad el amor es un engaño, tiguo tonsurado no es la que pasa ante nuesA Maruja la encontré en la redacción de un plácido engaño, un engaño piadoso, poco tros ojos. Es la que bulle en silencio cuando Guillermo Vargas, su padre, una tarde de queda frente a frente de sí mismo. Fervoroso lluvia. Díme a hacerle burla porque iba desda que nos lo concedan por burla o de buena fe. El mismo placer ancho, quieto, intimo, y clemente, encontró un día, porque así le greñada y no tenía rizos para regalar. Pero obtenía ese mísero sentimental de quien reían vino en gana pensarlo, que no era bastante ella, con el orgullo despuntante de la mujer las bocas que le juraban amor y besaban a digno para servir un sacerdocio y colgó los que se reconoce bonita, se fingió indiferente, hábitos sin haber renunciado a su credo, a levantando los hombros. Días después la vi otros que estos otros que al cabo habían de terminar por sorprender un bostezo. El juzfuer de leal con el Señor: bello ejemplo que en el parque, donde me atajó: no imitarán los cobardes. Ayer me hice crespos y lo anduve busgaba que le amaban y se entretenia en cometer inocentes infidelidades, más o menos lo ahora está allí, enseñando la historia y cando para que me viera.
la gramática en un colegio; peor para él y Poca lacha, coqueta y ¡cómo goza cuando que imaginamos hacer todos, quizá en el le advertimos que hemos notado que va enmismo grado de ridículo, con toda seguridad mejor para los muchachos.
comprometiendo los mismos sentimientos. menudo lo encontramos muy peinado, domingada y le piropiamos el lunar de la Santicos Limpia. ventanas era un sentimuy oloroso a lociones, debajo de un bombin mejilla!
mental inofensivo, bueno con las mujeres a que algún parentezco tiene con la cúpula de Tuvo un tiempo en que me mandaba flola parroquia de Alajuela, detrás de unas corres. Luego perdió la costumbre. Una mañana quienes entregaba sus sueños rosados sin exibatas que dan miedo en fuerza de chillonas, le reclamé tan visible desamor: girles nada más allá de una frase llena de ironía.
Pero a él le bastaba, como basta a otros cuestión de gusto únicamente. Ahora voy a traer para mandarle. Voy una sonrisa benevolo un beso.
Lo malo es que como están las cosas, y lo al jardín de abuelito.
mucho que ha subido el precio de los pantaY al rato se presentó en el parque: Al cabo todo es lo mismo.
La cuestión es creer que lones, cualquier día lo casan. Aquí llevo esta camelia para mandárnos aman y mejor.
sela. Pero si quiere se la doy ya.
amar para no recibir más de lo que damos, Pues este antiguo padre de la iglesia, reLa camelia se ha ennegrecido. Cuando me que eso sí es algo doloroso.
sultaría un magnífico padre de familia.
la dió se parecía a ella. Ahora se parece a mí.
Por eso, Santicos es un espetáculo triste, hoy ¡Ah, chiquilla del diablo! Con su gesto de que ha renunciado a su elegancia regalada y Dos solteronas candor logró lo que no han conseguido de va con los ojos vacíos puestos hacia el cielo mí ni los acreedores: me entristeció.
sin poder recibir las miradas de las mujeres Muy de mañana, a la hora en que se cami Me entristeció, pues yo sé que el cariño que le regalaban botones de rosa para la na velozmente, con las manos entre los bol que me tiene esta chicuela coquetilla, ingé. solapa de un saco que perteneció a Arturito sillos, suelo encontrarme en el parque dos Fernández, como los inmensos zapatos chauua y sonrosada, es porque me cree bueno rolados habían sido de Chotarra.
solteronas de pelo suelto y mejillas abrileñas: como ella, lo mismo.
El era feliz cuando podía asomarse Pacheco botoncico florecido en la Cuqui a la ¡Qué horror!
tronco musgoso, y Marisocorro Vargas, que Mañana, cuando sea mujer y aprenda a vida por las dos ventanas de aquellos pitatiene un lunar hacia la boca y es hija de un ñosos ojos de la cara, por lo mismo que no conocer a los hombres, sabrá que soy malo tenía los del alma.
artista galano.
como todos.
FRANCISCO SOLER Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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