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Lunes, o RIMAVIMUI, PAGINA EL IMPARCIAL LOS LUNES DE EL IMPARCIAL HAGAMOS MAS AMABLE LA VIDA El manantial de Rodas he Matinal la Cariñosamente para doña Lucina Páez de Robert.
Para Evangelina Quesada MI BUEN AMIGO ARTURO AGUILAR, CON AFECTO SINCERO Cuánta majestad viste la naturaleza en los cementerios. Aquella bella mañana inundada de luz En mi constante preocupación por escrutar la vida, de ja; comprendemos que la vida no es únicamente manan y saturada de perfumes que lleseosa siempre de encontrar soluciones favorables a tial de placeres y alegrías, sino más bien de pesares naban el alma de alegría, adquinuestra convivencia social, alentada por sentimieny dolores; ella gravita sobre nuestro ser con peso duría, al llegar a la morada de los muertos, ese aire de solemne quíe.
tos dulces que bullen expontáneamente en mi cora ro, y como decía el filósofo poeta hay que levantarla tud que invita a detenerse en cada zón, sin temer los obstáculos, porque estoy segura de túmulo, a filosofar sobre el mistea veces con alas, aunque estas alas sean de mariposa; rio inconocible de la muerte, que que ellos caen desplomados ante la voluntad y la hay que ayudarla a pasar con más rapidez y más a unos aterra y a otros alegra, que energia, he venido a convencerme al fin de que son agradablemente desde la aurora hasta la puesta del es para unos el término de la vi.
da y para otros es nacer. Qué solipócos, muy pocos los caminos que nosotros podemos sol.
tario estaba el cementerio. Eli lo transitar para hacer más amable la vida. Es doloroso En fuestras sociedades mucho elemento sano se mantiene alto de una escalera, un hombre decir que día por día se complica más el estudio del trabajaba decorando un mausoleo.
en pie, a pesar del fuerte viento de discordia que que levantaba su severa y lujosa corazón humano, porque el ambiente que nos rodea sopla en torno nuestro; las bases sociales están en tunlitectura, entre las humides se condensa de complicaciones nuevas, hasta hacerse esparcidas en rededor. De verdad amenazadas, pero no están aún carcomidas; cuando en cuando, levantaba la difícil ya el comercio sincero de los corazones en soel sexo femenino, desde el fondo oscuro a que se le ha vista para posarla sobre el lugar ciedades que se infestan del contagio del mal, y que relegado durante muchos años, vela constantemente donde vacían los despojos de su propenden a dar calor y robustez en su seno a la diMaría Fernández de Tinoco hijo, recién muerto, el único sér por el pronto resurgimiento de una humanidad nueva que compartía su existencia con APAIKAN sociadora pasión de la discordia. Triste es decirlo, impidiendo así que la actual se hunda en el piélago cariño, y que había sido su ángel bueno.
pero tal es el aspecto que contemplan mis ojos cuande miserias infinitas que la atrae con fuerza poderoEn los abruptos peñones de la tranquila contrastaba con el asdo fijo la mirada en la corriente social, por desgracia Cuántas veces se había deteniantigua Helosponto, el retumbar pecto de los trabajdores. La loza do a la puerta de la taberna, a pesa. En el corazón de la mujer superior, de la mujer del de la mortífera artillería resuena fria de un presagio, como el augu sar de que tanto le agradaba el asiempre espumosa y revuelta.
mañana, existe un mundo de tesoros desconocidos; come eco desolado y fatal. Esce rio de muerte que tantas veces guardiente, por respeto a su caba¿Por qué no buscamos al amparo de nobles sentimientos con el esplendor de ellos iluminará el espíritu y el nas pavorosas se suceden unas a sentían alla, en las trincheras mo ilerito de nueve años! Cuánto le es a las otras tan fugaces como el re mentos antes de un desastre, se timulaba en el trabajo el peusa yo sé que no están apagados en nosotros un sendero corazón de las sociedades, haciéndoles brotar chispas lámpago, y el pobre soldado que cernia en sus frentes como una miento de que mientras más dine tranquilo y armonioso que nos lleve a las puertas del divinas como la lámpara mágica de Aladino, de modo sobrevive apenas si se da cuentavaga sombra de duelo. Sobre sus teniplo de la fraternidad y del cariño. Por qué si que alumbren el sendero de la bienandanza a que de de que existe, en aquel caos de cabezas, al poner pie en tierra, ha ro ganara, mejor estaría el commuerte.
bian divisado revoloteando la si: pañero de su corazón! Pero mierto él, para que trabajar, por qué la vida es tan amarga de por sí, tan llena de contrabemos conducir nuestros pasos, sin desviarnos hacia veces, después de largas y falueta oscura de máquina alaabstenerse del licor. Al volver a su tiempos y de congojas, no la sembramos de y de tigosas jornades de tudo pelear, da.
la oscuridad y exponernos a caer, jugando en retozos cuarto, ya no lo recibía con besos, hay una tregua que debe aprove. De pronto, al sumergir las no se sentaba sobre sus rodillas, amor que es la esencia pura de la caridad? Para qui de locura, en el espantoso abismo que se abre para charse sin demora. Los que están vasijas en la fuente, se escucha un ni le torcía los bigotes mientras tar a las contrariedades del tiempo todas las heces a salvo recuperan las fuerzas per sordo retumbo, después, un esta le contaba cuentos. Pero no, trarecibir a los que no han sabido orientar su conducta didas y descansan; pero en vez llido formidable; y en aquella con bajaría aún, para hacerle un maude amargura que enturbian las fuentes de nuestro conforme a las reglas morales de la vida.
de lechio caen sobre el fangoso te fusión, destrozados por horrenda soleo, con un angle de mármol que bienestar en la tierra, nos bastaria con tener volunrraplén de la trinchera y se ali granada desaparecen los soldados, para siempre cobijara con sus aEl hombre habrá de ser bueno cuando la mujer se despoje mentan con la helada y añeja ra y el valeroso militar que dirigía las el tesoro de su amor.
tad para luelar contra nuestras propias pasiones, y de ese manto de egoísmo y quiera comprenderlo; ción de conservas, rociada acaso ia maniobra desde el rosal, cae Así pensaba el pobre hombre, de pequeños de espíritu que somos, convertirnos en cuando vuelva hacia él, no sus iras y reproches para por un sorbo de mal café. Les fal sobre tan espinoso lecho, ignoran. cuando una hilera de chiquillos grandes, capaces de abrillantar para la felicidad ta el agua, el agua bienhechora te de lo que acontece y cuando se detuvo ante la puerta. Un sencastigar sus locuras y sus extravíos, sino sus ojos de par refrescar su sed atrasada; y vuelve en sí y mira la escena, un timiento egoísta, hijo de su dolor, nuestro destino. Mas aquella voluntad, que es base cariñosa compasión, reveladores de una alta nobleza no hay un arroyo siquiera que lu gesto de terror descompone su asomó a su pensamiento: Por qué de virtudes redentoras para el ser humano, nos falta medezca estas caldeadas regiones semblante: él está salvo, pero no habría muerto cualquiera de de carácter; cuando su boca deje caer como perlas del Asia Menor.
sangre de sus sacrificados compa éstos, y no el mío. con sobrada frecuencia, y en vez de ayudarnos mupalabras de consejo y de aliento; cuando sea ella la orden muchos se aprestan. ñeros le empapa el pecho, ha te tuamente, de tender la mano amiga al que nos hiere, cae en suerte surgir de entre a nido la fuente y mancha el rosalra la maestra, los niños penetraAcompañados de una joven equien después de haber sufrido, tenga valor para ani. quellos zanjones infestados para con pinceladas bermejas. En estoi entramos sedientos de venganza en luchas fratricimarlo con santas expresiones de fuerza, de luz y de ir al encuentro de nuevos peligros, ca quietud, deja pasar los minu blancas, pensamientos y claveles ron al camposanto. Llevaban rosas das, dispuestos no a hacer el bien sino a devolver mal a un oficial joven y valiente que tos. El cristal de la fuerte ya rojos. Se detuvieron ante la tumesperanza. Será entonces cuando la sociedad experi sale a la cabeza de un destaca vuelve a trasparentar su fondo, el ba del hijo del pintor, y sobre epor mal, sin reflexionar quizá que a cada paso, des mentará una transformación completa, porque la mumento de soldados, codo a codo surtidor murmura su eterno can la derramaron muchas plegarias, cendemos un esealón en nuestra marcha hacia un esjer, esa mitad del género humano que tiene entre sus con sus compañeros de armas en to, todo torna a quedar en apa lágrimas y flores. La niña era su busca de la deseada fuente. cible tranquilidad tado sociat doloroso, huyendo atormentados del biemanos los hilos con que ha de tejer el manto de paz y de Su rumbo es un brazo del mar maestra, los muchachitos sus comEntonces, con lenta vacilación pañeros.
nestar que podría reservarnos el futuro.
justicia y por misión realizar en todos los momentos el Egeo en donde bien pronto navega se levanta: ni una herida, ni un Cuando el traabjador volvió a La juventud no es la llamada a cultivar en su alma estos bien, llevando en su alma el amor y la alegría y en en una pequeña fragata que ocul leve rasguño hay en su cuerpo.
mirar la tumba querida la contándose con sigilo en la oscuridad Solitario, ejecuta maquinalmen templo cubierta de flores y rodea sentimientos profundos de desunión y antipatía. Ella, su cerebro nobles ideas para triunfar del destino, se de la noche, logra arribar a una te el trabajo de muchos brazos, y da de chiquillos con las carillas ensenada de la isla de Rodas, la cuando regresa a la embarcación tristes, al lado de la maestra que por el contrario, entusiasta y amable, debe acoger Tá la voluntad única llamada a levantar al mundo de histórica isla aprisionó antaño y desde la playa lanza una última horaba. Gruesas lágrimas rodaron placentera la admiración y el respeto por todo lo bue este aniquilamiento moral en que yace, marcándole entre sus costas El Coloso, mara mirada al lugar del siniestro, se por sus mejillas demacradas, láno, y cultivarlos con amor, como únicos elementos el fin elevado de una existencia mejor, sabedora de villa de Oriente, bajo cuyas gigan pregunta asombrado: grimas de dolor mezcladas con el tescas plantas, se deslizaban las Por capaces de devolver a las sociedades su salud moral, antemano de que no hay armas de perversión que se velas fenicias con sus trofeos y al mío que me salvé, oh, Dios llanto de consuelo que brota del y su voluntad agotada a fuerza de tanta lucha oscura corazón agradecido, cuando hay resistan a esos atributos excelsos.
guerridas multitudes. el hálito delicioso de un per seres caritativos que comparten Cuauta abnegación la de aquel fume, aroma de esencias de rosas nuestra pena. Quiso unirse al gruAngela ACUÑA.
reducido convoy!
le responde boqsuejando la visión No es tarde aún para corregir este grave mal que nos aque.
po, pero no tuvo valor. ArrodillaOctubre, 26 de 1915.
El mar, la tierra, el aire, todo bendita de su feliz hogar, allá e do en la parte superior de la escaestá plagado de enemigos, en ace America formado por su amante lera, juntó sus manos y elevó al cho. Mas, qué importa? Rodas o compañera y grupo de las cielo una plegaria. Sus lágrimas culta en sus márgenes surtidores cabecitas que elevan al cio na caían sobre los tarros de pintura de fácil acceso y fuerza es arros. plegria por el ausente.
trarlo todo, palpar de cerca la esSaturado con este dulce cener esparcidos en el suelo.
peranza, y recoger el líquido de do, cerró us ojos dejando al pilo ANGELA BALDARES pia!
vando desde ei trágico mananti Mayo de 1915.
En toda mujer existe una chis sino que se ha descubierto en la Una y otra vez triunfa el grupo y a través de las ondas aquella pa de belleza en estado latente. mujer mal dotada de belleza vul de valerosos exploradores. Los mo suave fragancia de las rosas de Las que parecen peor dotadas sue gar otra bellaza superior que la ribundos humedecen en agua sus Rodas.
len suplir la falta de armonía con transfigura.
secos labios, los heridos mejoran una dulzura atrayente, con la mi Teniendo talento no hay muje ila mayor vigor para la lucha, ben del campo que inundas la isla de al apurarla y los sanos beben en e on, Rosa de Oriente. florecilla según los japoneses rada, con la sonrisa, con algo que res que puedan considerarse feas. diciendo a sus heroicos compatrio Rodas, qué misterio ocultas en tu Los nipones estiman que la mues como una oculta belleza, que Ellas sabrán huir de las coquete tas.
amoroso seno?
hace renacer la otra.
jer ideal, debe ser: rías, que resultarían ridículas; Un amanecer, se acercaron coQué pies benditos hollaron los Una mujer bella puede deslum cultivar su espíritu, su inteligen mo siempre al manantial. arenales donde tú hoy creces? Aquella que baja los ojos y brar, sin ser amada. Una dulce cia, dominar el arte de la elegan Sobre los legendarios rofiles Qué mágicos poderes ha dejado se tiñe las mejillas de púrpura, mujer que atrae con su encanto, cia en movimientos y pala que han dado su nombre a Rodas y al correr de los siglos, el roce del como los arces de otoño, cuando es amada siempre. El que llega a bras: cautivar con el arte de con que bordean el agua, parecía que saval del Maestro, que el joven los hombres la dirigen la palabra. La que nunca en ninguna enamorarse de una fea no la ol versar, y hasta llegar a la belleza de brillantes recamado de esmeral acoge en tus zarzales, precabe la forma contradice a sus padres, el rocío hubiese tendido su manto oficial de este sencillo episodio se vida jamás. No quiere esto decir física con la gracia de la sonrisa, da con cambiantes Dácar, como los muerte, y bendice reverente la Pro hermanos, parientes y amigos.
que es la fealdad la que enamora. la viveza, la melancolía o la dul plumones qu irizaban el espacio. videncia que lo ampara? La que, sin ser hermosa tieNo puede enamorar lo negativo, zura.
La Naturaleza esplendorosa y APAIKAN ne un no se qué, que la hace en 00000000000000000000000000000 2000 cantadora y arranca suspiros de quienes la contemplan.
Dichoso el corazón enamorado La que no cuelga su saber El mundo no ha podido explicarse todavía el prodigiode las narices para exihibirlo.
Dichoso el corazón enamorado La que nunca deja ver su so destino de la Doneella de Orleans, nacida en una pobre que en solo Dios ha puesto el pensamiento, ira y cuando ríe, no lo hace a carcabaña de la aldea de Domremy. Escuchó mandatos divi Presto se alejará la noche triste, cajadas.
por El renunci todo lo criado, nos y, fue la redentora de su patria. La universal admira6. La que tiene menor cantiy el alba matinal y en El halla su gloria y su contento.
dad de vanidad y el espíritu limción ha querido elevarla beatificada a los altares. Qué en su ropaje de color de rosa, Aun en sí mismo vive descuidado, pio.
más altar que aquella cabaña consorvada con amor por las al mundo envolverá; La no derrama a cada pa porque en su Dios está todo su intento, generaciones, templo humilde y a la vez grandioso, donde el sol glorioso de los rayos de oro so abundantes lágrimas.
y así alegre pasa y muy gozoso su nombre recibe el culto que le rinde la humanidad a tra8. La que es poco celosa y desbesará el loto azul, las hondas deste mar tempestuoso.
confiada.
vés de los tiempos?
y la nivia corola de los lirios La que tiene rostro sedoso inundará de luz.
Santa TERESA DE JESUS. y ovalado, de perfil correcto, contorno pleno y miradas que derraman amorosa ternura.
20400040000000000440 04:00 04:00 Tal clamó en sueños la feliz abeja.
10. La que se viste sin petudormida en una flor, LA PENA DE MUERTE lancia.
dominio de su marido. Dalila hi Por fortuna hay modernas Dacuando con tosea pata un elefante 11. La que no pronuncia más zo muy mal en cortarle a Sansón lilas que son menos radicales. No al pasar, la aplastó.
Il espectáculo de la ejecución mo drama. Al refinado le da de cien palabras por minuto.
capital influye en cada espectador grima. Al bondadoso le conmue 12. La que no emplea las hola cabellera, privándole así de su le cortan el pelo a sus esposos. Se Laura Méndez de CUENCA.
de distinto modo. Al hombre per ve. De edificación y escarmien ras en arreglarse el peinados fuerza, que era el secreto de su contentan con tomárselo de vez verso acaso le enea yezca más el to. sospecho que no sirve a na 13. La que prefiere su casa a grandeza.
en cuando.
alma. Al inteligente le hace me. die.
la calle. ditar. Al apasinado le interesa coCondesc de Pardo Bazán y estéril.
La casa donde nació Juana de Arco En cada mujer una chispa de belleza la La mujer ideal El sueño de la abeja Dominio femenino Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica.

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