Guardar

Domingo, de Octubre de 1916.
EL IMPARCIAL Página cinco.
Selecciones de EL IMPARCIAL Página alemana PROBLEMAS 201 SELECCIONES SERIE 13. SUMARIO: HIMNOS LA NOCHE, por Federico von Hardenberg (Novalis. LOS TEJEDORES, por Gerardo Hauptmann.
SOBRE EL CAMPO DE TRIGO, por Oetley von Lilieneron.
SE PONE EL SOL, por Federico Nietzsche.
EL IDEAL, por Ricardo Dehmel.
AUTOBIOGRAFIA, por Peter Altenberg. DOLOR. por Walter de la Wogelweide.
PROBLEMAS, por Enrique Heine.
ANIVERSARIO, por Stefan George.
OID. por Peter Altenberg.
BALADA DE MIGNON, por Johan Wolfgang Goethe.
SUESO CREPUSCULAR, por Otto Julio Bierbaum.
En la desnuda arena, cabe la mar alborotada y sola, por acallar mis dudas y mi pena así le dije a la encrespada ola. Descúbreme el arcano que guarda los secretos de la Vida: el enigma que al genio soberano ofusca o deja con el alma herida. DE El Imparcial Aclárame el problema que agita mi razón eternamente: como una llama arrolladora quema al pensador la aridecida frente. Cuánta inmortal cabeza luchó tenaz por descifrarle en vano!
la que ostentó su divinal grandeza, de la tiara en el brillo sobrehumano; a mor.
imagens Autobiografía peregrinacions fatigo La que con nimbo de oro mitra o corona se ciñó potente, y robando a la ciencia su tesoro abrió surco de luz indeficiente.
si. Acálla, antes que muera, mi sórdida inquietud, ola espumante: dí. qué es el hombre que tu fallo espera. do lo mueve su planta vacilante?
60 Himnos a la noche Una vez en que yo derramaba amargo llanto, cuando se desvaneYa sé yo ahora cuándo será la úlcía mi esperanza disuelta en dolor, tima mañana, cuando la luz no y estaba solo en la árida colina, vuelva a espantar más a la noche en estrecho y oscuro ámbito, escon y al cuando sea día gen de mi vida. tan só eterno el a dorm ec imiento Se exista lo, como jamás lo fue solitario al. y el sol pone guno, abrumado por un miedo in ensueño. No me abandoinagotable decible, exámine, únicamente en: únicamente en: divino cansancio! Lar carnación de de la desventura. como sa fue la hasta el se mirara en torno mío buscando so pulcro santo, y abrumadora la Ya pronto apagarás tu sed ardiente, corro, sin poder avanzar ni retro cruz. Aquel, cuyos labios corazón abrasado.
ceder. asiendome con infinita nos do humedecidos por la cristalina En el arie hay promesas. Siento el soplo talgia a la fugitiva y extinguida onda, existencia de la azul lejanía, de lo sentir vulgar, inana en la imperceptible para el de bocas ignoradas, y se acerca el gran frío supremo.
alto de mis antiguas dichas, vino de la colibearmana en la entraña a mí una palpitación crepuscular, marcas terrestres; aquel que se ha Ardiente el sol está en mi medio día.
y de repente se desgarraron los na tivos lazos, cadenas de la luz, in: winsto sobre esta montaña, tér, hu del mundo Yo te saludo, inesperada brisa eron las magnificencjas terrenas columbrado las nuevas tierras en. que llegas hasta mí, tú de la tarde en un mundo nuevo no volverá a meterse en el tráfago refrigerante espíritu.
e insondable, tú viniste a mí, ex. del mundo, en la comarca donde om tasis nocturno, sopor del cielo La reina la luz y habita eterna inEl aire pasa extraño, fresco y puro.
comarca fue alzándose lentamen quietud.
La noche. no me envía oblicuamente, te. libre de lazos, flotaba sobre la Allá arriba levanta cabañas, altierra mi recién nacido espíritu. bergues de paz; añora y ama, conde través, sus miradas seductoras?
Trocóse la colina en nube de vapor, templa lo lejano, hasta que la más Sé fuerte corazón, y no vaciles, través de la cual descubrí el tran bendita de todas las horas lo arras ni preguntes ¿Por qué?
figurado semblante de la amada tra a lo profundo de la fuente. Lo la eterni II sus manos y las lágri terrestre queda flotando arriba y mas se convirtieron en centellean. es echado fuera por las tempestates e indestructibles lazos. Los mi des, pero lo santificado por el conDeclina el sol. oh día de mi vida!
lenarios, como tormentas, rodaron tacto del amor corre, libre, por esDe oro se tiñe el mar.
lejos. Sobre su pecho lloraba yo condidos conductos, hacia la re.
mas de arrobo por la vida nue gión ultramundana donde se mez El hálito del campo es caluroso.
Fue el primero, único sueño.
La dicha quizá duerme al mediodía Se disipó. Pero su resplandor que cla, como vapor, con los adormecila siesta?
do en mi alma la fe inconmovible dos amores.
Todavía a los reflejos y eterna en el cielo de la noche de luz verdose, sobre el negro abismo y en su luz, la amada.
NOVALIS la dicha juguetea.
la melancolia. En dónde están los nidos do lo arrullara paternal desvelo?
más allá de los astros encendidos, decid, olas, que guarda el combo cielo?
su hijo!
La mar embravecida agita sus legiones de colosos; la nube por el viento sacudida rueda sobre los tumbos procelosos; dadus ojos se pintaba lil Los astros desde el cielo. viajeros del espacio tristemente muestran la faz y su fulgor de hielo derraman sobre el mundo indiferente; lágrimas va Y en la desnuda arena, cabe la mar alborotada y sola, un loco aguarda con amarga pena que le conteste la enerespada ola.
ENRIQUE HEINE que Los Tejedores prochas presenta ANIVERSARIO Nací en 1862, mi padre es comerciante. Tiene una particularidad: no lee libros franceses desde hace cuarenta años. Sobre su cama está colocado un maravilloso re trato de su dios, Víctor Hugo. Se sienta por la noche en su silla de color rojo des Deux Mondes cubierto con 11obscuro, lee la Revue na bata azul de anchos paños de terciopelo, a la Víctor Hugo. No, un idealista como éste ya no hay en el mundo. Le preguntaron una vez. No está usted orgulloso de Respondió.
me molesté mucho al ver que durante treinta años fue azotacalles; ahora no me siento muy honrado porque haya resulta do poeta. Le dí libertad, sabía que era un juego de ba banque. Contaba con su alma.
Sí, verdad. De la libertad que me diste tú, el más noble y más raro de los padres, de esa dádiva divina he hecho mal uso durante mucho tiempo. He amado ardien temente nobles mujeres e innobles: me he paseado por los bosques sin objeto; fui jurista sin estudiar derecho; fui médico sin sin estudiar me Lisins dicina. librero sin tener libros vender; amante que no se ha casa al fin de cuentas poeta que do, y Porque, son poesías estas gún modo. Son extractos. Extrae tos de la vida. La vida del alma y del dia fortuito disecada purga da de lo superfluo, como la car ne de las vacas en las latas de Liebig. Pertenece al lector la tarea de disolver estos extractos con su propia fuerza, convertirlos en caldos sabrosos, hacer los hervir de nuevo con su propio espíritu; en una palabra: hacerlos digestivos y fluidos. Pero hay estómagos espirituales que no toleran el extracto.
Se les hace pesado y Necesitan noventa por ciento de caldo y de materia fluida Con qué habían de disolver estos extractos. Con sus propias fuerzas, acaso?
muchos contradic.
tores. Dispépticos del alma, sencillamente malas digestiones. Ten que es más artístico lo que uno calla sabiamente que lo que expresa con intemperancia. No Me gusta el procedimiento abreviado, el estilo telegráfico del alma.
Quisiera pintar un hombre en una frase, un suceso del alma en una página, un paisaje en una palabra. Tiende al arma, artista; apunta, tira al negro. Basta. ante todo, escúchate a ti mismo.
Da oídos en ti a tu propia voz. No tengas vergüenzas de ti mismo.
Xo te dejes asustar por tus mis.
mos sonidos, aunque sean des acostumbrados, con tal que sean tuyos. Ten valor para tus desnudeces.
No fuí nada, nada soy, nada se sé. Pero vivo en libertad y hago que las naturalezas nobles e indulgentes participen de los suce.
sos de esta vida interior, poniéndolos sobre el papel en la forma más concentrada.
Soy pobre, pero soy yo mismo.
El hombre sin concesiones. De lo cual resultancien florines al mes y algunos admiradores vehe.
mentes. Porque los tengo.
carga de los misileae aprieta con Hermana, toma el cántaro de tierra gris; no olvides la costumbre, y vente luego en pos de mí: Hoy há siete veranos que lo vimos recuérda. en tanto que El hablaba, nosotras en el pozo hundíamos risueñas nuestros cántaros!
Después. un mismo día nuestro novio perdimos: Hoy, hermana.
iremos a buscar en la llanura la fuente que sombrean dos álamos y un haya, para que allí llenemos en silencio nuestros cántaros de tierra gris.
STEFAN GEORGE corrosivo.
Padre ce Padre Tengo, pues go para mí ventana OID Viene tu noche; oh dia de mi vida!
Medio entornados ya brillan tus ojos. Escena final)
matar a mi mujer. Eso jamás!
y se esparcen las gotas del rocío Se lanza hacia fuera. Camacomo si fueran lágrimas.
LA MADRE HILSE. Sin radas camaradas, voy con usteSe extiende querer, con gesto involuntario, des. Sale. de tu amor sobre el mar la ardiente púrpura, EL VIEJO HILSE. Gojunta las manos. Señor, Dios mío, protege a los pobres tejedo ttlieb. Gottlieb!
el éxtasis postrero, tembloroso.
LA MADRE HILSE. Dón III res, citida de mis pobres hermanos. Un breve silencio. El viejo de está Gottlieb?
Ven, áurea alegría, de la muerte EL VIEJO HILSE. Se lo lle Hilse tiembla y escucha. y la.
anticipado goce, intimo y dulce.
sangre corre entretanto.
vó el demonio GOTTLIEB. Ha temblado VOCES. En la casa. RetiTal vez he recorrido mi camino en el instante ha oido la des rese de la ventana, padre Hilse, demasiado de prisa?
EL VIEJO HILSE. JaY ahora, cuando el pie ya se cansaba, vulsivamente el hacha en su ma más! Cuando todos ustedes estén tu mirada me busca, no; se desnuda y, conteniéndose en medio. la madre Hilse, coy se acerca tu dicha a reogerme.
apenas, presa de una angustia pro mo en éxtasis. Aquí está el sitio funda. SAh, están batiendo! que me ha indicado el LA HIJA DE UN TEJE, lestial y aquí debo permanecer Solo hay en torno mío DOR. Que está en el fondo del cumplir con mi deber, suceda lo el juego de las olas.
cuarto, le grita al viejo Ililse. que suceda y aunque la nieve se lo que fue penoso Hilse. Padre Hilse, reti ponga a arder. Velve a trabajar.
en un olvido azul se ha sumergido.
rese de la ventana! Aquí acaba de En ese instante resuena una nueOciosa está mi barea.
un ladrillo. Desaparece. caer una bala que ha perforado va descarga. El viejo IIilse, herido mortalmente, se endereza con ¡Qué lejanos los viajes y tormentas!
MILIANA. somándose a la un movimiento violento y vuelve Deseos y esperanzas se han ahogado.
Abuelo, abuelo: están a caer. Al mismo tiempo estallan disparando. Han muerto a dos: afuera Liso está el mar y el alma.
uno de elos ha dado vueltas como que nurras. Todos los quedado en la anteun trompo, y luego otro se convul cámara de la casa se precipitan ¡Septima soledad. siona como un corderillo degolla entonces hacia afuera, lanzando Nunca he sentido do. Cómo corría la sangre. Des. hurrasDRE HILSE. Paaparece, más cerca a mi seguridad tan dulce LA MUJER DE UN TEJE dre. Padre. Qué sucede? dime, ni del sol la mirada DOR. Han muerto a dos. padre, que sucede. El eco de UN VIEJO TEJEDOR. los hurras afuera se va alejando.
más cálida. Desde el fondo de la sala. Mi De pronto Miliana entra corrienNo brillan todavía ra un instante cómo están atacan do al cuarto. do los soldados.
MILIANA. Abuelo, los solda OTRO TEJEDOR ¡Ay, dos han sido arrojados de la aldea los hielos de mi cumbre?
Ar! Miren cómo las mujeres se y se han tomado la casa Dietrich Rápido, un pez de plata se desliza les van encima y les escupen las hicieron lo mismo donde Dreissinadando por debajo de mi barca.
ger. Abuelo. sustada MiliaLA MUJER DE UN TEJE na, mira atentamente y con un DOR. Gritando desde la ca dedo sobre los labios se acerca NIETZSCHE sa. Gottlieb, mira a tu mujer, muy quedo al muerto. Abuelo!
que es más valiente que tú y que LA MADRE HILSE. Pero se ha echado encima de las bayo habla, habla, hombre. Di al EL IDEAL netas, como si estuviese delante go! Acabaremos por tener miede violines que invitasen al baile. do. Cuatro hombres traen a un he Gerardo Hauptmann.
la sala del forido. Un silenY siempre mis deseos expié; cio. busqué al amor por todos los caminos, en todos los caminos lo encontré, do. Es tejedor Ulbrich. Nuero silencio. No tiene para y siempre mis deseos expié.
mucho tiempo; le han dado un ba En el jardín de magia un arbol ví, lazo en al oreja. Se sienten papor flo mil estaba perfumado, de hombres que suben la escalera. En el campo de trigo, sobre esuna entre todas dulce para mí; NUMEROSAS VOCES. pigas y amapolas, yace un soldado en el jardín de magia un arbol ví.
fuera. que no han podido encontrar aún VOCES. En la casa. De sus camaradas. Hace dos días y Cogí entre tantas una sola flor, dras. Han desempedrado! Llue mente herido, con sus llagas aánde han sacado todas estas pie dos noches que está allí gravela flor, que fue en mis manos más hermosa. ven piedras. Algunos soldados es bier as.
de rodillas, dí gracias con fervor, tán heridos (Gritos de Devorado por la sed, enloquecogí entre tantas una sola flor.
que llegan hasta la cido por la fiebre, permanece, sin la puerta al arbol prodigioso me volví, casa. Los que la habitan cie embargo, con la cabeza erguida Tran la puerta, tanzando gritos de en lucha con la Muerte. mieny otra flor, entre tantas, era hermosa, terror. Van a disparar todavía tras sus ojos empañados. mienmustia la mía gracias ya no dí. Padre Hilse, quítese de la venta. cielo, tiene este delirio supremo, na!
GOTTLIEB. Tomando de lleno de supremas visiones.
y al árbol prodigioso me volví.
En el nunca más deseos desdeñé; campo de trigo silba la nuevo el hacha. y bien. qué pa hoz, vuelve a ver su aldea, donde sa! Se han empeeinado Dar. reinan la paz y el trabajo. Adiós, busqué al amor por todos los caminos, nos de comer pólvora ysbalas en adiós mi patria.
en todos los caminos lo encontré vez de pan. Facila un instante. el soldado abate la frente, nunca mis deseos desdeñé; con el hacha en la mano y diri tlespués deja volar el alma.
giéndose a su padre. Dejarles Detler ron Lilieneron RICARDO DEHMEL Perdono al hombre todo, imenos la lucha estéril! En silencio cúbre tu faz;oh César de la vida; cuando ese Bruto pálido la Suerteentre tu corazón hunda tl acero.
ágil, feroz, certero, Quedad, esfuerzos vanos, para la hembra, esclava de la vida, que si rompe la tabla carcomida y se despeña, en negro paroxismo crispa sus manos débiles ¡como para agarrarse del abismo!
PETER ALTENBERG cars.
Balada de Mignon rido a UNA VOZ. Corea del heri Sobre el campo de trigo ¿Conoces tú la tierra que el azahar perfuma, do en verde obscuro brillan naranjas de oro y miel, donde no empaña el cielo caliginosa bruma y entrelazados crecen el mirto yel laurel. No lo conoces? Dime. Es allí, es allí donde anhelo ir contigo a vivir junto a tí.
PETER ALTENBERG 808 Dolor!
Hurra. Conoces tú el palacio que un rey pomposo habita con pórtico y salones que alumbra tánta luz, y príncipes de mármol, que al verme. Pobrecita, diránme ¡qué te has hecho. De dónde vienes tú. No lo conoces? Dime. Es allí, es allí do quiero estar contigo y vivir junto a ti.
angustia afuera, Dolor! Hacia dónde se han fugado todos mis años? He soñado mi vida o la he vivido?
caso lo que he tomado por real no sería más que un sueño! Me he dormido tal vez perdiendo el hilo del recuerdo! Ahora me encuen tro despierto y me es desconocido lo que antes me era familiar como mi propia mano. Todo es tristeza en le mundo y cuando pien soe los dorados días de antaño q?
los dorados días de antaño que en mí han dejado menos huella que una piedra arrojada al mar no hago más que lamentarme.
Dolor! Siempre eterno dolor!
Jalter de la Wogelweide ¿Conoces tú aquel monte que une al abismo un puente, que escalan las acémilas en lenta procesión, donde retumba el trueno e hidrópico el torrente se precipita altísimo con resonante son. Conóceslo, oh Maestro! Por ahí, por ahí anhelo irme contigo a vivir junto a tí.
JOHAN WOLFGANG GOETHE Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

    Notas

    Este documento no posee notas.