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L1 XIÓN CATÓLICA, aquel patriotismo que inspira el amor catecismo, el cual dice que es cristiano nuestro dignisimo Prelado son, por al país. rcomunica el poder y la és aquel que ha sido bautizado qile craz lortuna, bien conocidos y apreciados abilidad al Estado. Cualquier cosa, profesa la religiór cristiana. Vien por todas las personas sensatas: su pues, que socare los fundamentos del tras el señor Redactor de El Impar nombre esclarecido es honra de Coshogar, quita per lo mismo toda solicial no nos cé otras pruebas de su ta Rica, de Centro América y del Edez la tierra que hollamos con nues cristiandad que sus apasionados 2r2. piscopado. Su caridad para con los tras plantas. Vesto precisamente es ques las doctrinas de la Iglesia, su pobres no conoce otro límite que el lo que está haciendo nuestro sistema oposición la enseñanza religiosa. su de los recursos de que puede dispode escuelas públicas, gracias a su or.
idolatría al liberalismo, su odio furi ner: las instituciones de caridad, por ganización y las leyes que lo go bundo al clero y los católicos, debe su ardoroso influjo y su auxilio se van biernan a la actualidad. Dos Platt, convenir el señor Gavidia en que teafortunadamente desarrollando en el en el Bedford Magazine. nemos razón en no aceptarlo en nues país; él contrībuyó eficazmente la. Una educación sin Dios es simple tra comunidad.
fundación del Hospicio de huérfanos, mente pagana, y toda educación que El señor Gavidia, como todos los al cual dispensa, su más inmediata no es cristiana, es esencialmente sin encubiertos enemigos de la Iglesia, a protección; en fin, puede decirse que Dios; es un mal, pues, y de ninguna parenta celo por la doctrina que no casi no hay obra de este género en manera un bien; Es una planta raquí sigue, y dirige sus dardos principal que el Ilustrísimo señor Thiel no tentica, falta de terreno fértil, y cuyo fru mente contra el dignísimo Prelado de ga parte. Ha contribuído con algo to está inevitablemente impregnado de la diócesis, cuyos méritos y virtudes el señor Redactor de El Imparcial veneno. Lo que pedimos, pues, no es desconoce.
estas cristianas obras? Nos holgariacualquier género de educación. Lejos Deje el Obispo su palacio, dice; mos de saberlo.
de nosotros aquella educación que no vayase recogiendo huérfanos como Los trabajos apostólicos de nuestro refleja la luz y la sonrisa del cielo: es San Vicente de Paúl; cuidando enfer dignísimo Prelado son también emiespuria, más aún, es mortífera.
No mos como San Carlos Borromeo; cla nentes. Estudie el señor Gavidia las es antorcha iluminadora, sino tea inve la vista en el cielo como Santa Teveintiuna pastorales, llenas de sabiducendiaria. Rev. Mr. Wilson. resa; conjure las tempestades popula ría y sólida enseñanza, que ha publiEstos testimonios son sobrado elo res como el Arzobispo Derboy; céda cado hasta ahora el Ilustrísimo señor cuentes para necesitemos añadir co les su palacio los inválidos, los an Obispo, y aprenderá mucho. Lea la mentario alguno.
cianos, los cojos; predique la verdad relación de sus penosos viajes las que ennoblece al ser humano; eleve, selvas y montañas habitadas por cada vez más al nivel moral del pue nuestros pobres indígenas, llevado de El Imparcial barrendero. blo; ponga su contingente en la obra su apostólico celo por atraer al seno de una ilustración sana y popular; ha de la Iglesia y la vida civilizada Gratuitamente se ha tomado el ofiga que su ejército de curas le imite, y estos infelices, sumidos en la más comcio de nuestro barrendero de telaraentonces nosotros no tendremos sinó pleta ignorancia, casi en la barbarie. ñas El Imparcial, insiste en creerse muy bajo el sombrero ante ese verdaen que ha tenido que andar pie por muy cristiano, aunque no hace más dero discípulo de Cristo.
varios días, unas veces bajo continua que dar pruebas de lo contrario. UlPero.
lluvia, otras bajo un sol abrasador, y timamente nos ha presentado una nue Mientras todo sea latín macarroniatravesar, con peligro de la salud de va muestra de su lógica sui géneris. co, buen vino, buenos pavos, y José la vida, los ríos; para llegar al anochevenga no cuento, los curas, cuan María Sanchez la puerta adulando cer, él y sus pocos compañeros, calado no los obispos, tienen la culpa de servilmente al príncipe de la Iglesia, dos de agua los vestidos y muertos de todo; y hasta lo que sucede en Lima sirviendo intereses políticos de quien hambre y de cansancio, un palenque le sirve de pretexto contra nosotros. debía orar por la paz, por el progreso de indios, donde no se les aguarda ni ¿Verdad que es rara manía?
de un pueblo; en pocas palabras mien tienen estos pobres hijos del desierto Nada le diremos al colega de la tras solo se trate de buenos pavos, que ofrecerles más que chicha y pláque dice es distinguidísima doña Clo buen vino y latín macarrónico, noso tanos; esto cuando no se han visto rinda, ni de su obra, pues no tenemos tros. tenemos fundado temor de obligados acampar orillas de los el gusto de conocer ni una ni otra; escribir. riéndonos.
ríos, de donde han tenido que huir pero sí nos llama la atención él que Este sí que podría llamarse lenguaje precipitadamente para escapar al fudiga que dicha escritora sometió sus macarrónico. Cómo se ve aquí el ror de una creciente, y pasar la noescritos la censura del señor Arzo odio farisaico que inspira al señor re che en campo raso, bajo la incesante bispo de Lima, pero que no ha admiti: dactor de El Inuparcial! La residen lluvia, sin más techo que la bóveda do que la pluma del iletrado. Príncia del Prelado le causa envidia; qui celeste. Estudie todo esto el Sr. Gacipe de la Iglesia ponga sus manos siera que éste vistiese andrajos y que vidia, y tenga todavía la audacia de sobre escritos que nada tenían que mendigase para alimentarse. Dios, negar al Ilustrísimo Sr. Thiel su ilusver con el dogma. Sin duda lo tensin embargo, no lo quiere así, su mis tración y sus eximias cualidades y virdrían con la moral; pero de todos ma gloria exige que sea de otro mo tudes, que hacen de él un verdadero modos, si doña Clorinda es buena cris do. Desde que la Iglesia obtuvo su apóstol de Jesucristo. Acérquese caciana, aunque no fuera buena moza completo triunfo, Dios quiso que ocu da domingo misa de y de 12 la esto no puede añadir mérito su pase en el mundo el rango que le co Catedral, escuche la palabra del Prelibro, si alguno tiene no nos parece responde y que no cáreciese de los lado, y atrevase negar luego que él que haya sometido su obra la censu medios materiales necesarios para des predica la verdad y la moral evangéra del Prelado sino con la intención arrollarse y llenar cumplidamente su lica, y que da el ejemplo sus sacerde someterse dicha censura, la cual misión. La piedad de los fieles ha sub dotes; vaya nuestras misas parroel señor Arzobispo habrá ejercido en venido siempre los gastos del culto quiales, y verá si nuestros curas lo selo que le corresponde, sin que por na y al mantenimiento del clero, y donde cundan; y despojado de toda preocudie pueda negársele competencia para quiera se ha de procurar naturalmen pación y prevención, convencido de te, para la gloria de Dios, que los tem que en sus escritos ha pecado contra Por lo que nosotros respecta, de plos que se le dedican no sean inferio la verdad y contra la justicia, arrebemos decir El Imparcial que ja res a la morada de los hombres. La pentido, con humildad confiéselo, abmás contestamos insultos, y que le ha residencia del Papa y de los obispos jure de toda secta, y éntre resueltacemos gracia de los que nos dirige. forma parte de la Iglesia. San Vi.
mente en la práctica de la vida crisEn cuanto a que pesar de cuanto cente de Paúl y San Carlos Borromeo tiana.
il dice en pro del cristianismo nosotros habitaron palacios, sin que no queremos aceptarlo en nuestra 10 desciga en nada de su virtud y santimunidad, le advertiremos al colega, en dad.
VARIEDADES, primer lugar, que no hemos visto sus En cuanto Monseñor Thiel no trabajos en pro del cristianismo, sino queremos decir, este respecto, sino que al contrario, desde su primer nú que ojalá hubiese tanta frugalidad y a 95é.
mero nos dejó conocer su filiación an humilde sencillez en las costumbres ticlericai. que después ha confesado del señor Gavidia como en el Palacio José, Santo cicioso; claramente: y respecto su cristianis. Episcopal.
José, mártir de amor con misterioso Vartirio nunca visto: 20. res guianos por la sencilia pero Los sentimientos caritativos y rer.
José, que ante las plantas de Maria imecuiroca definición que nos da el dadera:nente erangélicos que adornan Inmolaste el nocor de ru memoria, oculcaste tu orie Ea a Sagrado Corazia č: Cuso; José, que ez tu agonia, Trciirado hacia T1, junto lecho, Jiraste un Dios en lágrimas babacio, Tespirasie abrasado Es el volcán ardezit de su pecho: Como el iris de luz, zu vida pura Se compone de encantos y amargura, De pene goces, áchas y desvelos. Cómo poder nombrarte sin ternura. Cómo mirznie sin tenerte celos?
Quién espíritu y vida Prestar pudiera la insensible piedra, la choza desierta y escondida, á la graciosa y solitaria yedra. Cuántas cosas diría aquella gruta Tan misera y tan bella, Do te abrigaste tras penosa ruta, Do reposó de Balaam la estrella, Do vibraron celestes armonías, Mientras, débil mortal, al poderoso Dios de Abrahán en brazos sostenías!
Qué celestes misterios contaría De Egipto el sicomoro, Que al caer de la tarde recogía, Con tus caricias, del Infante el lloro el maternal acento de María. Fué aquel árbol amado, El que vió cuál tus lágrimas corrieron, escuchó de tu pecho los latidos, Cuando al nombre de padre que te dieron Del Salvador los labios bendecidos, Tus entrañas de amor se derritieron. Oh! Si Belén, Egipto y la graciosa Mansión de Nazaret hablar pudieran nuestra edad atea y orgullosa. Cuál reviviera su alma desolada, Que de la duda hundida en el abismo, La antorcha de la fé tiene apagada Al hálito del frío escepticismo. Cuántas veces, aun Infante tierno, Corría Tí con inseguro paso El Hijo del Eterno: al verte trabajar, pobre y hambriento, Por darle aquel escaso Pan robado tal vez tu sustento, Conmovido tu afán, tu desvelo. Cuánto me ama José! decía acaso los absortos Angeles del cielo; terdiendo sus candidas manitas, Cual la flor del almendro sonrosadas, Enjugaba lloroso tus benditas Pálidas sienes, de sudor bañadas. Oh! Siempre que contemplo aquel intenso Mirar del Niño en tu mirada fijo, Con el cariño inmenso, Con el afán dulcísimo del hijo: miro sus bracitos de azucena En torno de tu cuello, Formando suave celestial cadena; Sintiéndose cual tú de amor herida, Tal vez, Padre, atrevida, Tal vez celosa de ello, Duda la mente, aunque al dudarlo yerra, Que te haya dado Dios cielo tan bello, Como el cielo que hallaste aquí en la tierra.
Dulce trabajo el tuyo, y recompensa Más dulce aún, ganarle con tu mano Al Dios Niño el sustento cotidiano, Que tus solos afanes deber quiso; Vida, fuerza y salud sacrificarle en medio de las penas abrasarle Del amor con el férvido delirio. Vale tanto el gozar del Paraíso, Como el dulce sufrir de ese martirio?
Has halló aún tal recompensa poca La gratitud de un Dios: sobre la roca Del Calvario, extendiendo sus raíces; Vive y reina la Cruz que el mundo adora; Jesús, el Jesús que en los felices Prados de Nazaret jugó contigo, Al alborear su infancia encantadora; El que un tono te dió de blancas nubes, Volviéndose de nuevo los Querubes. Ved cuanto amo José! les dice ahora; hoy que su Corazón canta victoria, Hoy que del triunfo ostenta ya la palma, Con su padre del alma Parte su herencia y su infinita gloria.
esto.
esto TRINIDAD ALDRICH.
maraque de los Arigos del Papa. El martillo de San José.
Contemplando yo cierto día, mientras rezaba unas oracioncillas. una bendita imagen de San José, en ademán de dar Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregon Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
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