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10 LA REPUBLICA, lunes de noviembre de 1975 LA REPUBLICA Do Re Mi Rodrigo Madrigal Nieto, Director Julio Rodriguez Bolaños, Subdirector Yehudi Monestel Arce, Jefe de Redacción Alvaro Cedeño Gómez, Gerente General o EDITORIAL Los gobernantes de El Salvador y Honduras Molina y Melgarparecen gemelos.
Siguen las peticiones alocadas Se pelan al huacal, a contrapelo de la moda. Ambos son rechonchos, fuertes, de mirada melancólica y apagada, ojos caídos, orejas en bandera y nariz aplastada. Más que militares parecen guardaespaldas.
El Presidente de Guatemala no escribimos su nombre porque no sabemos cómo se pronuncia es, en cambio, espigado, elegante, entrecano y de mirada suave. No parece militar centroamericano, sino miembro del Parlamento inglés.
Viene después el General Torrijos. Gato, inquieto, en permanente movimiento, de mirada perdida en el Canal, aparentemente inofensivo.
También se encuentra en Guatemala el General Somoza. Grandote, descomunal, de vestido claro, con blanco perfecto, con guardaespaldas que nos recuerdan a Gulliver en el país de los enanos, de mirada baja.
firme en el saludo y sonriente con el interlocutor.
en No describimos a don Daniel Oduber porque todos lo conocemos. En medio de tantos militares parece una monjita en el Mercado Borbón.
Nuestro Presidente se ve en buena forma. diferencia de otros gobernantes, se ha rejuvenecido en el ejercicio del poder. Más alto que bajo, más ancho que flaco, más amigo de Torrijos que de Somoza, menos amigo de Figueres que de Carlos Andrés Pérez, equidistante de Molina y de Melgar, pero más cercano al de Guatemala que a estos dos. Después.
de su triunfo contra un gobierno a punta de decretos, se siente más seguro.
normas SU Decíamos que Melgar y Molina parecen gemelos. Se diferencian en el mostacho.
Nuevamente, se anuncian ciertos movimientos en el seno de algunas instituciones del Estado sobre aumentos de salarios y de otros beneficios sociales.
Según informaciones publicadas, las peticiones desbordan con mucho las posibilidades financieras de las instituciones y del Estado, así como todo sentido de justicia social y de solidaridad.
Tres causas se combinan para producir estos efectos. En primer lugar, los antecedentes habidos en esta materia. La debilidad con que el Gobierno de la República les hizo frente, en años anteriores y en este, a las peticiones exageradas de los sindicatos de los grupos de presión rompió los diques. Ahora, los mismos dirigentes que, en años pasados, estimularon a los grupos de presión con engañifas políticas y financieras. ahora se dan cuenta de la magnitud del error cometido y se rasgan sus vestiduras ante la aproximación del caos y de la bancarrota. Ojalá su tardío arrepentimiento pueda producir algún beneficio al país y detener esta ola de demandas y exigencias, formuladas con imperio y propotencia: En segundo lugar, ha contribuido al afianzamiento de estos grupos la excesiva burocracia. Si, como lo denunció el Presidente de la República, sobra la mitad de los empleados públicos, esto quiere decir que su nombramiento no se llevó a cabo sobre bases técnicas, conforme a la necesidad de la función por realizar sino con fines eminentemente politiqueros electorales. La conclusión salta a la vista: si estos nombramientos se han llevado a cabo como favor político, lógico es que esta tendencia peternalista se explote hasta el infinito.
En tercer lugar, la política nacional ha exaltado las virtudes del trabajo personal, del esfuerzo propio, del ahorro, de la austeridad y de la solidaridad, sino todo lo contrario: el consumo frenético, el regalo, la vida muelle, el favor estatal, la eliminación del esfuerzo, la reducción de la jornada de trabajo.
La última generación de costarricenses se ha creado y formado conforme a estas normas. Por ello, cuando observamos las peticiones irracionales de los grupos de presión, que sólo atinan a pedir en forma alocada, sin meditar las posibilidades financieras del Estado y, mucho menos, en las condiciones infrahumanas de un grueso sector de la población, si bien criticamos esta actitud egoísta, nos preguntamos si, en el fondo, quienes asi proceden no son sino resultado de los ejemplos que han visto y ven a diario, así como fiel expresión de los principios y que han modelado carácter, y que arranca en el hogar para culminar en nuestro sistema educativo.
Por otra parte, estos grupos, que sin consideración ni respeto alguno, presentan pliegos saturados de peticiones de todo tipo y alcance, han estado viendo, en estos años, el derroche la Administración Pública, la irresponsabilidad en las decisiones políticas, el mal ejemplo y el divorcio permanente entre las promesas y los hechos diarios. Como el Gobierno no ha dado ejemplo de austeridad, de sobriedad y de entrega al trabajo, es casi natural que los grupos de presión traten de imponerse y de recibir para sí todos los beneficios sociales. El egoísmo y el interés personal han sustituido a la solidaridad y el espíritu de trabajo.
Los beneficios sociales que otros pueblos han conquistado después de una labor tesonera y permanente, nosotros los pretendemos antes de iniciar la marcha del progreso. este punto se reduce la política nacional.
Pese a estos antecedentes y malos ejemplos, el Gobierno no debe ceder un ápice. No es honesto ni decente llorar sobre la miseria del campesino y del marginado y llenar de beneficios y granjerías a los grupos de presión.
en Además, se ven en varias partes, se saludan, brindan y se abrazan con efusión centroamericana. Sin embargo, sus pueblos siguen peleados, las relaciones diplomáticas rotas y, de vez en cuando, como quien no quiere la cosa, sus militares disparan unos cuantos tiros en la frontera.
Al asomo de cualquier escaramuza, de inmediato se conmueven los cimientos militares, periodísticos, lingüísticos y políticos, de ambas naciones. Los reservistas son llamados a filas, los militares y políticos de ambos países intercambian unos cuantos insultos y, al final, los mandatarios de Honduras y El Salvador deciden, en aras de la paz, reunirse en la frontera. Allí vuelven a brindar y a abrazarse.
Pero, de la firmita en un tratado de paz. mirala. Hay gente que negocia con la guerra fria y con la coexistencia pacífica.
Cuando Honduras y El Salvador firmen algún acuerdo de paz, de inmediato muchos militares y políticos de ambos países tendrán que ponerse a trabajar para ganarse la vida.
Además, cuando El Salvador y Honduras decidan poner fin al ridículo inmenso que están haciendo, los mandatarios centroamericanos no encontrarán otro pretexto para reunirse.
no Cuando dos presidentes de dos países en conflicto se abrazan, señal de que está pronto la paz. Cuando la paloma retomó al Arca de Noé con un ramito de olivo en el pico, Noé vio que el diluvio había terminado y que era hora de salir. NO DICE EL CAFÉ SI, PERO EL AZÚCAR NO ALLÍ QUE ES GRATIS?
DISFRUTA DE NUESTRO Pero, en Centro América ocurre lo contrario. Los abrazos presidenciales sólo sirven, al parecer, para prolongar el conflicto. 45 Excepto, claro está, que los mandatarios militares de Honduras y El Salvador tengan en cuenta la sentencia de Bacon, en sus Ensayos de Moral y de Política. Una paz prolongada acaba con el vigor y corrompe las costumbres.
CAFÉ GRATIS Thu labor Seguirán Melgar y Molina, tan parecidos y erguidos, con su pelado al huacal, dándose abrazos en todas las reuniones de Centro América, mientras sus ejércitos se enseñan los dientes en la frontera.
Centro América: una zona de sainete.
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