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Beirut. Reuters. Odiado o adorado por los libaneses, el líder de Hezbolá, Hasán Nasralá, ha surgido como ídolo tras la guerra de la guerrilla contra Israel.
En un intento de forzar la negociación de los prisioneros de guerra libaneses en Israel, el 12 de julio, el grupo capturó a dos soldados en una operación transfronteriza, desatando una guerra de 34 días que costó la vida de unos 1.200 libaneses y de 157 israelíes.
Pero a pesar del costo humano y la devastación multimillonaria, Nasralá ha subido notablemente en la estima de sus seguidores.
Se ha convertido en un ícono político árabe y musulmán que ha logrado cumplir su palabra de enfrentarse a Israel, una promesa que muchos árabes desencantados han aprendido a ignorar cuando la han hecho sus dirigentes, la mayoría de ellos proestadounidenses.
Antes del último conflicto, el grupo que dirige Nasralá desde 1992 había logrado echar a las tropas libanesas del sur del país en el 2000 tras años de sangrienta guerra de guerrillas.
Cientos de miles de personas abarrotaron el viernes los suburbios del sur de Beirut solo para ver a un hombre bajo , zopetas, con gafas y barba, y al que no habían visto en persona desde la guerra.
"Verlo fue una sensación que garantizó al mundo que Israel, que es imbatible, ha sido derrotada", dijo Loritta Nasreldin, de 37 años, al concluir la manifestación.
En el exterior de las tiendas en Damasco su imagen aparece con frecuencia junto a la de Gamal Abdel Nasser, el expresidente de Egipto que luchó por el nacionalismo árabe y que ha pasado a la historia árabe como el líder más carismático de la región en este siglo.
“He venido desde Siria solo para verlo. Es el único que nos ha devuelto nuestro orgullo. Sin él no somos nada”, afirmó el día de la manifestación Mohamed Mahmud, un sirio de 26 años.
“Es como si uno viera al profeta Mahoma”, dijo una empleada de 39 años en la defensa civil que dijo que su nombre era Sayeda.
Incluso los políticos libaneses reconocen que no se puede ignorar a Nasralá. El ministro de Telecomunicaciones, Marwan Hamadeh, quien lo ha criticado por sumergir al país en una guerra no deseada, declaró a un diario que respetan una manifestación del tamaño de la del viernes y un líder tan importante como él.
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