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El hecho sucedió el 9 de setiembre, en un partido de la Selección Nacional fuera de Costa Rica. Aunque ya pasaron varios días, me parece conveniente referirme al total irrespeto que hubo al Himno Nacional, como se vio en la transmisión televisiva.
Antes de iniciar el juego amistoso entre Costa Rica y Honduras, en el estadio Rentschler Field, de East Hartford, en Connecticut, Estados Unidos, quedé indignado por lo que pasó en la entonación de los himnos de ambos países.
La organización del partido estuvo a cargo del empresario español Jesús Aranda, además del contratista colombiano Miguel Trujillo y de autoridades locales de la ciudad. Pero, en lugar de tratarse de un juego en campo neutral, más bien parecía que se jugaba en tierra hondureña, porque los actos de la ceremonia preliminar fueron desiguales en todo instante.
Como era de esperar, primero se oyó el Himno del país sede del encuentro, Estados Unidos. Luego se presentó el de Costa Rica y aquí volvió a ocurrir algo irregular: el Himno Nacional se interpretó en forma incompleta, pues se cortó casi a la mitad ante la sorpresa de los jugadores y aficionados ticos.
Lo que vino fue increíble. Se puso completo el Himno de Honduras y, para hacer más evidente el maltrato de los organizadores, un cantante, a viva voz, interpretó cada nota y estrofa del himno, como si el cuadro local del duelo fuera el catracho y no el estadounidense.
Ante este irrespeto al Himno Nacional de Costa Rica, ¿quién podrá defendernos? ¿Quién eleva la voz de protesta? ¿A quién culpar que no se quite el tiro? ¿A la Fedefutbol, al Ministerio de Relaciones Exteriores o al Consultado costarricense en Nueva York? ¿O a los tres juntos? ¿Qué pasó con el delegado presente en este partido para verificar esta situación, que ha sido constante en contra de los intereses ticos en partidos anteriores?
También se dio un irrespeto a la hora de cantar el Himno de Costa Rica. Los jugadores que lo interpretan con sentimiento se cuentan con los dedos de la mano, otros se quedan mudos y los menos mastican chicle a los ojos del mundo.
Muy diferente a cómo se vio la Selección Infantil en el Mundial de Corea del Sur, donde, por cierto, ganó un premio por respetar detalles como los himnos nacionales.
¡Por favor, señores de la Fedefutbol, que la Mayor dé el ejemplo a los equipos menores y no al revés! Ojalá este hecho bochornoso, en contra de un símbolo nacional, se corrija a tiempo para que no se repita en los amistosos y las eliminatorias al Mundial de Sudáfrica 2010, que se vienen para la Sele .
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