Abrir Noticia Guardar

Un llamado a la libertad

Con creciente preocupación miro los acontecimientos de mi país y, aún así, con gran orgullo, la decisión de los gobernantes de permitir a todos y cada uno de los costarricenses el decidir el destino de la nación. Pero, de nuevo, entristecen antiguas voces del pasado que, en la desesperación por figurar, tergiversan y ponen en peligro nuestra madura democracia.
Costa Rica es una estando allá... y otra muy diferente cuando se mira desde fuera. Internacionalmente nos ven como el centro de negocios de Centroamérica, una de las democracias más maduras y consolidadas del mundo, creciente destino seguro y sereno del turismo mundial debido a las bellezas naturales y el trato amable de nuestra gente.
Historia repetida. La relativa seguridad de caminar por las calles o simplemente de salir sin preocuparse por riesgos o amenazas se está perdiendo lentamente... Grupos infiltrados de extranjeros y nacionales marchitan nuestro ser, destruyen el medio, acechan y perpetúan crímenes, dejando una huella desestabilizadora y desmoralizante. La misma historia de otras latitudes se repite para mi tristeza: pueblos serenos de gente pacífica fueron corroídos desde lo interno... lenta pero firmemente...
Insospechadamente, nuestro camino de paz y democracia también esta amenazado. Un grupo irreconocible de ciudadanos, movidos por ideales anarquistas de caos, zozobra, irrespeto a la dignidad humana y las instituciones democráticas y de derecho, avanza inadvertidamente, lanza su manto de desdicha y pone en entredicho un sistema lento pero seguro, viejo pero maduro, apelando a falsos conceptos, utilizando triquiñuelas, amenazas y prepotencia, desinformando a la población, moviendo sentimientos insustanciales, aglomerando sectores engañados, ocasionando disturbios y lamentables manifestaciones.
No aportan nada. Ese grupo que atenta contra nuestra democracia no aporta ideas o estrategias alternas... mienten y sobre sus mentiras critican... no existe mejor crítica que la que ayuda a construir una mejor estrategia, mejor enemigo que el que debate con ideas... mejor contendiente que el que demuestra y sostiene sus argumentos.
Por eso mirar al pequeño terruño, oasis de paz y tranquilidad, expuesto y sin velo, desde fuera, me impulsa hoy al llamado por la paz, a replicar las palabras del Himno Patriótico al 15 de Septiembre: "Sepamos ser libres, no siervos menguados, derechos sagrados la patria nos da...", a pedir a cada costarricense que sepa apreciar la bendición de Dios por donde vive, que analice por sus propios medios y sin nadie hablando en su oído la decisión al votar, que piense y razone su voto, y no que lo deje a la voluntad e intereses de unos pocos.

  • POR Luis Esteban Amador
  • Opinión
Democracy
Notas

Este documento no posee notas.