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Asilo político para Chere Lyn Tomayko

La violencia doméstica es un asunto crítico para los Estados modernos

El origen del asilo político data de las religiones de los pueblos antiguos. Nació como una oportunidad para salvarse de la venganza de la sangre: la ley común era la ley del talión, cuya sentencia era "ojo por ojo y diente por diente". Todo aquel que había matado a otro sin dolo, podía refugiarse en el altar. Pasajes enteros de la Biblia, de los libros de Números y Deuteronomio relatan detenidamente el tema del asilo.
El asilo se mantuvo luego en el Imperio Romano y se ha conservado hasta el día de hoy en Iglesias de los EE. UU., y es conocida como la ‘práctica del santuario’. Según los diccionarios jurídicos el “asylum” es un término tomado del griego y del latín y significa ‘seguridad e inmunidad’. Actualmente, el concepto ha evolucionado y se consideran criterios mucho más amplios, fundamentos y nexos causales que emanan de la Convención de Ginebra.
Violencia doméstica. En el año 2001 hubo una reunión de expertos en San Remo, convocada por el Acnur, cuya finalidad fue emanar directrices en relación con la protección internacional por “pertenencia a un determinado grupo social”. El asunto, para las víctimas de violencia doméstica, no es fácil, porque tendrá que probarse que se sufre persecución precisamente por ser mujer. “La violencia por motivos de sexo constituye una violación del derecho internacional, en particular el derecho fundamental a la seguridad personal, incluido el derecho a no ser sometido a torturas o tratos crueles, inhumanos o degradantes” (Directrices, Acnur 2002).
En la última década conceptos de sexo-género han avanzado sustancialmente en la jurisprudencia internacional. Ejemplo de esto lo constituyen los tribunales penales internacionales para Ruanda y de la antigua Yugoslavia, así como el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, que han marcado hitos importantes en este reconocimiento.
Por eso, señora Tomayko, porque la tutela de los derechos humanos avanza, esta noble tierra costarricense será desde el día de hoy su lugar sagrado, su hogar inviolable, a pesar de todos los esfuerzos de una potencia mundial contra usted, y contra el Estado que le dio refugio, a pesar de la vanidad y de la prepotencia. Los derechos humanos de las mujeres están por encima de la cooperación bilateral, del chantaje, de las amenazas y de la lucha desigual.
Pero ¿sabe qué, señora Tomayko? Su caso ha puesto en evidencia que la violencia doméstica es un tema crítico para los Estados modernos porque pone de manifiesto que el maltrato hacia las mujeres es también un asunto político, como un asunto político fue la lucha de las mujeres para votar, como es todavía un asunto político los derechos reproductivos de las mujeres. Para las mujeres, nuestras luchas son políticas pues nos ponen frente a todos los poderes de la tierra.
Por eso estamos usando el término ‘asilo político’, porque no vamos a entrar en discusiones semánticas sobre si es correcto o no utilizar el término ‘asilo político’ o el de ‘refugio’. Aunque suena fuerte a los oídos de la diplomacia, las mujeres huyen de sus países de origen porque sus vidas y las de la prole corren peligro; es asunto de supervivencia humana.
Otros países. Estados como México otorgaron asilo político a una mujer costarricense y a sus hijos por causa de la violencia doméstica. Estados Unidos ha otorgado varios asilos políticos a mujeres costarricenses y a sus hijas por causa de la violencia doméstica. Nueva Zelanda, Australia y Gran Bretaña han sido hasta ahora los países que han utilizado esta herramienta del derecho internacional. Costa Rica no podía hacer menos.
Nos hemos puesto entre los Estados que bajan la teoría a la práctica y formalmente usan los más avanzados preceptos del derecho humanitario internacional.
Felicitaciones a las instituciones y personas que se sumaron a este importante esfuerzo. A la víctima y a su familia –revictimizadas por el sistema judicial–, que son sujetos de un suceso histórico en la lucha de los derechos humanos de las mujeres, “porque el nexo causal –ser mujer– es de carácter inmutable”, aseveró una jueza norteamericana, quien otorgó el asilo a una mujer costarricense y además constituye una de las mayores muestras humanitarias del derecho. Porque el asilo político sigue siendo una muestra de solidaridad humana y de generosidad entre los pueblos.

  • POR Yolanda Bertozzi Barrantes
  • Opinión
Violence
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