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Cuando Montserrat Hidalgo presentó su renuncia en la Oficina de Recursos Humanos de la empresa Intel, muchos creyeron que ya no trabajaría más. Gran error, porque se dedicó sin tardanzas a su nueva profesión: madre a tiempo completo.
Montserrat era una pequeña muy enfermiza, así que los doctores le recomendaron practicar natación para levantar sus defensas, sin pensar que, más bien, la acercaban a un deporte apasionante.
Aunque compitió en los estilos dorso, combinado y mariposa, su especialidad eran los 100 y 200 metros estilo pecho.
Montserrat ganó medallas de oro en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 1981, 1983 y 1985, así como la presea de bronce en los Juegos Panamericanos de Indianápolis 87.
Además, participó en el Campeonato Mundial España 86 y los Juegos Olímpicos Seúl 88, antes de iniciarse como entrenadora.
En su nueva faceta fue parte del máximo logro de la natación nacional: la medalla de oro lograda por Claudia Poll en las Olimpiadas de Atlanta 96.
En 1997, se alejó de la piscina para laborar como consultora y el nacimiento del pequeño Johannes, hace cinco meses, la hizo dedicarse al hogar, para atender a su esposo Sebastián Buchheim y su otra hija Christiane, de dos años.
Ahora pasa la mayor parte del día en su casa, en San Antonio de Belén. Cumplió 34 años y piensa desarrollar un pequeño negocio con su madre.
Si a mis hijos les llegara a gustar la natación, no sé si algún día podré separar el papel de madre y entrenadora"
Montserrat Hidalgo
Exnadadora nacional
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