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Pasos de animal...

Buenos Días

Hace diez meses estaba anunciada la posible visita del Dalái Lama para setiembre de este año. Ahora, el Gobierno le pide posponerla a una fecha no definida, pues el presidente Óscar Arias va de viaje a Europa.
Sin embargo, se hace muy difícil creer que no hay de por medio alguna presión de China para ahuyentar al líder espiritual tibetano de estas tierras, cuando ya otros países han sufrido los "pasos de animal grande".
Hace casi un año, en Barcelona, el presidente de la Generalitat se excusó por no recibir al Dalái y mandó al segundo de a bordo a atenderlo. Hace casi un año también, George W. Bush desafió a China al recibir al Dalái en Washington, donde, incluso, el Congreso le dio un gran reconocimiento: la Medalla de Oro.
Allí, los “pasos de animal grande” dejaron huella porque, aunque, para bajar los ánimos de los chinos, Bush desistió de atender al líder espiritual en el salón oval, eso de nada sirvió. Vino la protesta: “China siente un profundo resentimiento y se opone terminantemente, y ha presentado una queja formal a Estados Unidos (por la visita del Dalái”, advirtió la queja oficial.
Hace unos días, Francia vivió la misma sacudida: el presidente Nicolás Sarkozy y el canciller Bernard Kouchner se disculparon por no recibir al Dalái. Uno de los alegatos fue la “crisis georgiana”. Tanto presionó la crítica, más que todo de la oposición, que al final Kouchner aceptó verlo mañana.
En fin, no es nuevo que China presione a un país, grande o pequeño, que se atreva a recibir al maestro espiritual, máxime si dentro de poco vendrá a Costa Rica, en visita oficial, el presidente chino, Hu Jintao, además de que hay un estadio nacional en construcción, 200 patrullas donadas en camino y mucho más dinero por entrar.
Si desde el 10 de noviembre del año pasado se había anunciado que el Dalái Lama vendría en setiembre próximo, ¿por qué el Presidente no pospuso el viaje a Europa? ¿Por qué no cambió las fechas? Por Jintao, de seguro, se habría modificado un viaje o cualquier situación en contra.
Evidentemente, los argumentos que da hoy el mandatario, de que tiene un viaje de por medio, son políticamente correctos, pero nada más. Lo penoso es el trato que se da a un líder político, un líder espiritual, al Premio Nobel de la Paz 1989.
Como escribió León Gieco, “solo le pido a Dios que el dolor no me sea indiferente ”... que no le sea indiferente a mi país.

  • POR Armando Mayorga / amayorga@nacion.com
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France
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