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Tegucigalpa (AFP). El gobierno de facto y los empresarios hondureños estructurarán un plan de "emergencia" para afrontar la crisis que se avecina por la suspensión de la ayuda de Estados Unidos, al tiempo que marcharán contra la "injerencia" de Hugo Chávez.
"Tenemos que ser cautelosos y estructurar un plan de emergencia que permita crear empleos en forma masiva, aunque sea en forma temporal", anunció en declaraciones a la prensa el empresario y ex ministro de Industria y Comercio, Norman García.
Precisó que la primera reunión para diseñar el plan será el viernes, con participación de las 62 organizaciones del Consejo Hondureño de la Empresa Privada.
Estados Unidos suspendió el jueves su ayuda económica a Honduras, dirigida por el gobierno de facto de Roberto Micheletti desde el golpe de Estado contra Zelaya el 28 de junio, por negarse a restaurar al presidente depuesto.
Desde el golpe, Honduras ha sido aislada por la comunidad internacional, pero sus autoridades la han desafiado, a pesar de su alta dependencia de la asistencia externa, que financia un tercio del presupusto anual de gastos.
La ministra de Finanzas del gobierno golpista, Gabriela Núñez, estimó que con la decisión de Washington, Honduras dejará de recibir unos 200 millones de dólares, parte de ellos correspondientes a los 215 millones de la Cuenta del Milenio.
Por otro lado, Estados Unidos consideró que las elecciones previstas para noviembre deben ser organizadas de manera "libre, justa y transparente" y "permitir a todos los hondureños ejercer sus derechos".
"En la situación actual no podremos respaldar el resultado de las elecciones previstas", advierte Washington, llamando a una "conclusión positiva" de las gestiones del mediador en la crisis hondureña y presidente de Costa Rica, Oscar Arias.
El gobierno de Micheletti rechaza el punto central del Acuerdo de San José, la reinstalación de Zelaya, y anhela que toda la presión internacional, incluyendo la expulsión de la OEA, finalice después de las elecciones, aunque de todas formas desafió la decisión de Estados Unidos.
El ministro de la Presidencia, Rafael Pineda Ponce, respondió que Estados Unidos se alió con el presidente venezolano, Hugo Chávez, quien ha estado apoyando a Zelaya y fue depuesto entre otros motivos por el acercamiento con él en el marco de la Alternativa Bolivariana de las Américas (ALBA).
Los diputados también reaccionaron contra Washington y aprobaron una moción reprochando que la suspensión de fondos "sólo hará daño al pueblo hondureño, cuyos hospitales, escuelas, carreteras e infraestructura dependen en parte de la generosa ayuda de los Estados Unidos".
La llamada Unidad Cívica por la Democracia (UCD), que integran empresarios y sectores de derecha, convocó a manifestaciones el viernes contra lo que consideran "injerencia" de Chávez.
Las marchas se llevarán a cabo en Tegucigalpa (centro), San Pedro Sula, La Ceiba (norte), la isla de Roatán (Caribe) y Choluteca (sur).
Los sectores conservadores de Honduras culpan de la crisis política a Chávez porque, a su juicio, indujo a Zelaya a pretender redactar una nueva Constitución que le permitiera perpetuarse en el poder para implantar el llamado socialismo del siglo XXI.
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