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LA REPUBLICA. Lunes 13 de octubre de 1986. 11 OPINION Una carrera de Relaciones Internacionales. Sí! 9 Dr. Farid Ayales Esna Director Escuela de Relaciones Internacionales Universidad Nacional respuesta a dos graduados de la Escuela de Relaciones Internacionales pretendió aclarar por qué se justifica una unidad académica destinada al estudio de esta disciplina y por qué no es responsabilidad de nuestra escuela, la colocación de egresados. Mis interlocutores se sintieron ofendidos con mi respuesta y en su réplica me endilgan gran cantidad de epitetos en lugar de razonar sobre nuestras discrepancias. Señalan que no cuestionan la existencia de la escuela, sino la colocación de los graduados. Aceptado ese primer punto, circunscribámonos entonces al segundo.
Para ir de lo superficial a lo medular, debo aclarar que el adverbio de marras se emplea frecuentemente cuando se escribe y tiene por objeto no estar repitiendo el nombre de la persona a la cual se está refiriendo. Si no encontraron el significado, fue porque su búsqueda fue superficial, toda vez que en la página 880 de la vigésima edición del mataburros de la Real Academia de la Lengua Española, aparece su significado.
Coherentes con su forma de pensar, consideran una falacia que la escuela ni la universidad, trabajen necesariamente en función del mercado laboral existente o potencial. En su cita no incluyeron, voluntaria o negligentemente, necesariamente, lo que les hubiera evitado parte de su largo discurso.
Señalaron que no cuestionan la existencia de la escuela. Sin embargo, para ellos, las únicas personas que pueden estudiar son aquellas que van a ser absorbidas por el mercado laboral.
La universidad está inmersa en la realidad de una sociedad, pero no necesariamente opera para repetir esa realidad, la cual puede modificar formando los profesionales necesarios para ello. No es el mercado laboral el que determina su funcionamiento. Los profesionales pueden ubicarse en él, o ser absorbidos por él, pero pueden no serlo y no por ello no se justifica su existencia ni deja la universidad de cumplir con su función primordial: ser un centro de estudios diversos donde se genera y transmite el conocimiento por encima de las exigencias concretas o las finalidades inmediatas, circunscritas a un tiempo y a un espacio. La universidad es un centro de estudios donde se generan procesos de enseñanza que concluyen con una mayor y mejor formación del ser humano.
No todos los que van a la universidad van en función de lograr una profesión que les permita subsistir. Ni la universidad existe, necesariamente, para satisfacer un mercado laboral actual o potencial. La universidad existe porque es una necesidad en la sociedad y a ella se va, fundamentalmente, a estudiar. Esta no es una afirmación temeraria, ni un juicio de valor reñido con la lógica, ni una concepción medieval de universidad, como afirman los articulistas de marras. Esta es una realidad para dicha de la humanidad.
Cuando los profesionales se gradúan, se agrupan en colegios profesionales, asociaciones o sindicatos y desde esas organizaciones trabajan en la búsqueda de un mayor beneficio de sus asociados. Realizan gestiones tendientes a mejorar el ejercicio de su profesión en cuanto a excelencia, ética y aspectos salariales, entre otros.
Incluso llegan a plantear el condicionamiento de ciertos nombramientos para profesionales afines a la disciplina que los reúne. Esa es tarea de esas organizaciones gremiales, no de la universidad. La responsabilidad de la universidad se agota, como decía, con la conclusión del programa de estudios, el cual existe porque se ha comprobado la necesidad de la formación de profes nales en esa saber y no necesariamente porque el mercado laboral haya pedido ese tipo de profesional.
La universidad da a conocer los resultados de sus investigaciones. Produce y transmite el conocimiento a través de diversos medios: cursos, charlas, publicaciones, seminarios, conferencias, por ejemplo. La sociedad se entera en esa forma sobre los resultados de la investigación realizada y sobre los avances logrados. No conozco promociones sobre carreras de reforestación, biología marina, genética, filología, danza, arte, conservación de alimentos y tantos y tantos estudios que se realizan en las universidades. sin embargo se forman esos profesionales, no porque vayan a ser absorbidos o no por el mercado laboral, sino porque la sociedad los necesita. Unos trabajarán en su disciplina, otros no. La mayor parte aplicará sus conocimientos en el ejercicio de sus actividades beneficiándose, en esa forma, la sociedad como un todo.
Los funcionarios de la cancillería sobrepasan ligeramente el centenar. los del servicio exterior, incluyendo el personal ad honorem, no llegan a ciento cincuenta personas. En total no sobrepasan los doscientos cincuenta funcionarios. El personal de la cancillería es nombrado a través del régimen de Servicio Civil. el de servicio exterior es de nombramiento del señor presidente de la República y el señor canciller. Eso no depende de que nuestra escuela lleve el nombre de diplomacia, o de las relaciones más o menos buenas que hayan existido o existen con funcionarios de la cancillería. Eso depende de un régimen de empleo como el Servicio Civil y de una tradición muy arraigada en nuestro país: el nombramiento del personal del servicio exterior lo hace el presidente de la República con su canciller. Para cambiar eso, hacen falta más que buenas intenciones. Hace falta voluntad política y eso no depende de la escuela.
No sé si por la escuela habrán pasado mejores profesores que aquellos que tenemos; entre los actuales contamos con personas de gran experiencia y con otros que se inician en el ejercicio de la profesión. Son personas que trabajan con responsabilidad. Profesionales distinguidos que han ocupado y ocupan altos cargos dentro de la administración pública y la empresa privada. Me parece injusto citar algunos nombres y dejar otros por fuera. Sin embargo, citamos algunos nombres a manera de ejemplo: Lic. Alfredo Vargas Fernández, excanciller de la República, el Lic. Danilo Chaverri Soto, exdiputado, el Dr. Edgar Ugalde Alvarez, representante de Costa Rica ante la Corte Internacional de Justicia, el Dr. Rodrigo Carreras, director general de política exterior de la cancillería y el Dr. Néstor Mourelo Aguilar, embajador de Costa Rica ante la UNESCO. ellos podemos sumar el nombre de otras diez personas que desempeñan con éxito sus tareas. pesar de contar con muy buenos profesores debo confesar que no todo el tiempo se logran los resultados esperados, no por culpa de los profesores sino porque en los procesos de enseñanza intervienen varios factores que no todo el tiempo es posible controlar en la forma que uno quisiera.
Comparto plenamente aquel juicio que sobre la educación emitió en su discurso al Congreso, el primero de mayo de 1913, el entonces presidente Ricardo Jiménez Oreamuno. para que una escuela dé fruto, ha de haber, por una parte, aptitud nativa de maestro para enseñar y voluntad suya para enseñar; y por otra parte aptitud nativa del niño para aprender y voluntad suya para aprender.
No es entonces un problema únicamente de excelentes profesores: lo que natura no da, Salamanca no lo presta.
Nuestra escuela tiene escasamente una década de estar funcionando. comenzó a graduar profesionales en el campo, hace unos seis años. Actualmente contamos con una veintena de licenciados y unos cien bachilleres. La mayor cantidad de graduados, lo han sido en los últimos tres años. Si señalé que no estamos seguros de cuál ha sido el impacto de nuestros graduados en la sociedad costarricense, fue conscientemente. Sabemos de sus éxitos y dificultades para trabajar. Sabemos que están haciendo y dónde trabajan. Lo que no podemos valorar aún es el impacto, a nivel nacional, que han tenido la creación de una institución y la incorporación de un centenar de profesionales durante los últimos cinco o seis años a su seno.
Existen universidades en América con casi quinientos años y en Costa Rica, facultades universitarias con casi ciento cincuenta años, que ha graduado miles de profesionales, como la Facultad de Derecho, por ejemplo. Profesionales que han ocupado diversos e importantes cargos en la administración pública y en la empresa privada. Profesionales que han intervenido directamente en la conducción del país. Cito nuevamente al más ilustre de los costarricenses, en mi concepto, don Ricardo Jiménez Oreamuno, tres veces presidente de la República, presidente de la Corte Suprema de Justicia y de la Asamblea Legislativa, quien fue abogado. Hemos contado con más de un centenar de abogados ilustres y cientos de distinguidos colegas en este país, que han dejado huella con sus acciones, para bien de nuestra nacionalidad. Ahí sí podemos hablar de impacto en la sociedad costarricense. Me parece pretensioso, para decir lo menos, pensar que nuestra escuela, con 10 años y cerca de 20 licenciados en relaciones internacionales y 100 bachilleres, pueda hablar de impacto en la sociedad costarricense. Eso no es una confesión de nuestra parte sobre un supuesto descuido, como alegan los recién graduados. Eso es tener los pies en la tierra y saber de que se está hablando!
Nadie quiere ver profesionales vendiendo tiliches en lugar de verlos plenamente realizados. Yo afirmé y aquí reitero, que espero que exista la voluntad política para que nuestros graduados tengan la oportunidad de ocupar aquellos puestos donde se requiere la formación profesional que ellos poseen. Mientras tanto, prefiero mil veces profesionales en la rama del saber que hayan escogido libremente, trabajando en actividades que les permita subsistir porque el mercado laboral profesional no los ha podido absorber, que tener únicamente los profesionales que el Estado o el partido haya decidido que deben existir en una sociedad, porque así lo determinó la planificación o la mano invisible del mercado. Eso fue lo que afirmé y repito, reitero. No encuentro por qué entendieron o les hicieron entender que los califique de comunistas. Si fue por lo del Estado y el partido, quiero recordarles que el totalitarismo no es, ni ha sido, monopolio del marxismo leninismo. 2 e ES O os Jr, je Antes que ecologistas.
LGUNA gente ha dicho que somos ecologistas a ultranza, que lo único que nos importa es proteger los árboles y los animales y que estamos opuestos al progreso. Qué equivocados que están! Lo primero que está para nosotros es el hombre, es su salud, es propiciar un entorno adecuado en donde pueda convivir él, su familia, y otros miembros de la naturaleza. El hombre tiene derecho a vivir en la naturaleza, pero igual drecho tienen los animales o vegetales, que son los dueños de la casa. El hombre ha sido un usurpador que no ha sabido comportarse cuando ha entrado a la casa que le han ofrecido para pernoctar.
También se nos ha querido poner una etiqueta política, de izquierda o derecha, socialcemócrata o socialcristiana, como si tener derecho a un ambiente puro y a mantener recursos naturales para beneficio de las presentes y futuras generaciones es un patrimonio de un determinado grupo político o personas. Lo ideal es que todos los ciudadanos, que todos los partidos políticos, comprendieran y fueran consecuentes con lo que pregonan y propiciaran un uso racional de los recursos naturales y el ambiente. pero desgraciadamente eso no es así y es de esta manera como surgen grupos de ciudadanos que levantan movimientos, de ideas. El día que el germen ecologista penetre en todos los costarricenses, en los diferentes partidos políticos, ese día nos sentiremos satisfechos, habremos cumplido una Por Alexander Bonilla misión. Ese día un partido ecologista sería simplemente el contralor de la política ecologista nacional. Ese día no sabemos si llegará, dado los intereses mezquinos, personales, económicos y polotiqueros que prevalecen en algupolíticos o no, a favor del ambiente, a favor de todos. No a nos sectores politicos y económicos de nuestro país. Mienfavor de un determinado grupo o para buscar beneficios tras. adelante de todos, por encima de todos debe gespersonales, sino para contribuir en la búsqueda de soluciones viables que permita una mejor relación entre el bio, que promueva la salvación de la herencia natural tarse una fuerza que llame a la reflexión, que llame al camhombre la naturaleza; es decir, buscando lo mejor para costarricense, que piense no en el ahora sino en el mañana.
todos los costarricenses.
El ecologismo es una nueva manera de vivir, es prediAntes que ecologistas somos costarricenses, somos realistas. Ser costarricense es sinónimo de paz, de democar amor y respeto entre los semejantes (como lo hacen cracia y este es el principal recurso natural que hemos varias religiones, principalmente la cristiana. El ecologismo tomado prestado de las generaciones futuras. Ser realista no puede pretender llegar como única furerza a gobernar un es comprender que no se puede predicar de conservación y país, pues estaria contradiciendo un principio de la propia pensar en tener éxito cuando un pueblo, un ciudadano naturaleza cual es el de la diversidad. La diversidad fatenga el estómago vacío. Que no podemos hablar de un amvorece y fortalece a los ecosistemas, a las especies. La biente en equilibrio mientras exista pobreza y miseria, pluralidad de partidos en consecuencia debe prevalecer mientras hayan tugurios, tierras ociosas, corruptos y ladropara fortalecer y mantener el sistema democrático. Eso es nes, mientras las distancias entre los de arriba, los de abajo ecologismo: democracia, pluralidad de partidos, diversidad y los de al lado se sigan haciendo más grandes.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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