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Şábado 20 de mayo de 1995 La República un cuento Deja que te cuente blareikali Baina arte del NOCHE ía venir el viento. Desde dormido; porque hacía rato todos nos muy lejos venía: rumor sor habíamos acostado y desde mi casa do de río en creciente; luego, yo escuchaba el ir y venir del magníruido sonoro palpitando en las fico viento del campo.
hojas desgarradas de los plá En el cuerpo de aquel viento, tanos; y al fin, su oleada inmenso, flotante, puro, se iba mi code pecho rompiendo razón hacia el hogar entonces tan discontra la casa, ha tante, como que estaba al otro lado ciéndola crujir de del océano de la noche.
arriba a abajo. Pasa Allí, en la casa de la hacienda ba el viento y rena del Pedregal. alzada entre cafetales cía el silencio de la y potreros. huésped de mis primos, noche pendiente se me iban unos cuantos día de mis del hilo de plata lindas vacaciones veraneras.
del canto del grillo. Los días eran sol, hierbas; reUna oleada y mansos en sombra, agua de cataratas otra oleada y otra. salpicando pedrones enmusgados; becomo el mar.
gonias de hojas frescas en grutas con. Si pudiéramos helechos; amistad de bueyes sueltos y el viento! de terneritos mamones; crepúsculos Bueno, sí lo ve lentos, con nubes de cristales y de comos en las nu lores, camino al mar, y nosotros, sibes que van, en lenciosos, de pie en la cumbre de la las copas de colina más alta.
los árboles, Las noches eran viento, viento, en las olas viento. y la pena de sentirme ausendel pasto. te, como si nunca hubiese de regresar soñando casi al lado de mamá ver Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juve mud Costa Rica.

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