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NUESTRO agro LA REPUBLICA DE NOVIEMBRE PAG.
ACG rede amor al destino que estaba marcado, por hombres de casta henchidos de amor; por hombres sencillos, que orgullo sintieron de ser hijos tuyos, y te defendieron, de propios y extraños con hondo fer¿Recuerdas en las plazas y fiestas domingueras cuando en las manos recias, bandera de alegría, flameaste orgullosa sobre las astas fieras Los más destacados poetas guanacastecos le han cantado al sabanero y a la llanura vor.
luciendo tu donaire, tu arrojo y bizarría?
Pero no se debe llorar ante ruinas, ni hay campo al milagro de un bello avatar, y aunque a ratos siento gotas cristalinas, de honda rebeldía, sobre mis mejillas lentas resbalar, Oh. Mi Guanacaste! con orgullo santo dejo que en mi pecho se ahogue ese llanto, para prometerte, con este cantar: Guardar tu pasado, quererlo, vivirlo, con una noble y santa, filial devoción; porque todo cuanto formó la grandeza de tus tiempos idos, aquí yo lo llevo por siempre esculpi¡Bajo las piernas fuertes del bravo sabanero sentiste los esfuerzos del hombre sobre el toro y oíste los relinchos del potro compañero como un canto salvaje, sobre la tarde de oro!
Sobresalen, entre otros, Ofelia Gamboa, Rodolfo Salazar Solórzano; Antonio Obando Espinoza; Medardo Guido Acevedo; Eulogio Porras; Hernán Elizondo Arce; José Ramírez Saizar y muchos otros que conocen, porque la han vivido, cuál es la historia del sabanero, cuya figura hoy se exalta oficialmente al declararse el segundo domingo de noviembre el Día Nacional de El Sabanero. Hemos extraído de ese bagaje de poesía vernácula, algunas relacionadas con el sabanero guanacasteco, en las que se describen sus dichos, retahilas, bombas, penurias y en fin, algo de su vida. Así. unas veces fuiste alegre castañuela; sonar de panderetas, rincón de enamorados; pañales de algún niño, bufanda de la abuela y pródigo consuelo de los desamparados!
do, en el mármol vivo de mi corazón.
Vaquetas de mi tierra ¡Vaquetas de mi tierra. Vaqueta campesina que cruzas por las pampas soleadas y bravías. Qué nunca cese el vuelo de tu alma peregrina. Qué sigas amparando dolores y aleLos sabaneros Rodolfo Salazar Solórzano José Ramírez Saizar de este hombre noble y bravío.
Luego. en el zaguán sillero, ya listos los parejeros de todos a cual mejordesfilan los sabaneros: alegres, dicharacheros, dispuestos cual caballeros a demostrar su valor.
Entonando alguna copla y aspirando el aire que sopla como caricia del llanose adentran en la llanura, donde destreza y bravura demuestran la soga en mano. Allá van! cual torbellino, se pierden por el camino, el llano o el matorral, y en una infernal carrera, lanzan la vaca matrera que han de llevar al corral. Helo allí. la vaca ya enfurecida, lanza fuertes embestidas, que él sabe bien esquivar, porque nuestro sabanero, también sabe ser torero frente a cualquier animal. Qué destreza. Oh valentía. con qué singular valor, de la bestia desafía, el diabólico furor. El zig zag de las cornadasque son como puñaladas de las que pende su vida esquiva tan hábilmente, con tal destreza y donaire, que al mirarlo pareciera que más que ser en el suelo, se sostuviera en el aire.
Por fin. cuando ya cansada, la vaca cede vencida, lanza él una carcajada y un grito de victoria, porque para él es la gloria jugarse, a diario, la vida. cuando al verse triunfante, piensa en la amada distante, que acaso aguarda intranquila, con un acento arrogante, desdobla esta retahila. Uyu. yuií, mamita. lo que me mata no son los cuernos del toro, sino el amor de una ingrata. Así es el guanacasteco: hombre sincero y bravío; por eso este canto mío que con cariño tejíes mi ofrenda al sabanero!
iporque ufano llevo en mí, la sangre de ese llanero de la tierra en que nací! así tu pasado se ha ido perdiendo entre extrañas voces y otros atuendos que en nada a lo nuestro parecen mejor; tú, pueblo mío. Noble Guanacaste!
en manos extrañas tu riqueza echaste, porque a nuestros hijos, les ha faltado amor.
Amor al terruño, amor al pasado, grías!
Toda la fuerza de una raza viva trasunto del ensueño chorotega, vive entre gozos de ilusión altiva.
de trabajo tenaz y ambición ciega.
Sabanero ¡Vaquetas de mi tierra. Vaqueta campesina que cruzas por las pampas soleadas y bravías, llevando entre tus pliegues como una flor divinala fiesta de su risa, sus cantos y alegrías!
Rodolfo Salazar Solórzano Centauros pobres son los sabaneros que prisioneros viven la llanura; tienen sólo un haber, en sus aperos, y un problema, su fiel cabalgadura. Sabanero. Sabanero. De un enero a otro enero la remonta ibas a arrear en las plazuelas de grama, y en tus caballos de fama madrugabas a montar!
Saben ellos del odio y del cariño cuando aguaitan traición de su cahavala, o saber acallar un desaliño. Del niño fuiste cuna, hamaca y fiel abrigo. Bebiste las fatigas, sufriste las pobrezas. Naciste como el sol, por el sendero amigo, y a nadie le envidiaste ni gloria, ni riquezas!
evitando o cruzándose una bala.
Sabanero, eso eres. tibio niño a veces hecho tigre de Bengala. Desde el risco a la bajura siempre estuvo la figura en el rudo trajinar, y tu grito de alegría, anunciaba cada día tu misión de trabajar!
El sabanero ¡Tú fuiste por las noches sin sueño de la abuela la mano protectora que la salvó del frío, y sobre el tosco lecho dejaste una estela de calma en plenitud, de amor y señorío!
Antonio Obando Espinoza ¡Hoy estás en el recuerdo. Recuerdo que nunca pierdo pues nadie debe olvidar, tu celo en cuidar la Hacienda, cual si ella fuera una prenda que debías de guardar!
Sus primeros resplandores irradiaba la alborada y al anunciar la vaquiada el grito del sabanerose oyó cantar el jilguero, medio oculto en la enramada.
Grito de fe y esperanza, cual vibrante desafío, porque el temor nunca alcanza, a tronchar una esperanza ¡Tú guardas los desvelos y cantos de los mozos cuando en la madrugada, regresan a la Hacienda; y cuántas veces, cuántas, regada de sollozos para el herido fuiste improvisada venda. Sabanero. Sabanero. Duermes ya tu sueño entero sin trajín ni despertar!
Más tu esfuerzo decidido, como tú está en el olvido. hoy te vengo a rescatar!
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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