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La depresión la llevó a Atenas

Grettel Barboza aumentó sus horas de práctica en el Polígono de Tiro a ocho horas diarias; su especialidad es la pistola de aire

Grettel Barboza aumentó sus horas de práctica en el Polígono de Tiro a ocho horas diarias; su especialidad es la pistola de aire
A Grettel Barboza Salazar se le vino el mundo encima hace nueve años; murió su esposo Fernando Jiménez y su vida se quedó vacía, con tres hijos muy jóvenes, Mariano, Alexandra y Paola.

Como a muchas mujeres, se le zafó el piso del universo y su cuerpo dio paso a la depresión, compañera durante mucho más de un año, hasta que un amigo la invitó a «ir a tirar».

«Siempre me gustaron las armas», dijo Grettel a UNIVERSIDAD; «a mi papá le gustaban mucho y me prestaba un rifle con el que aprendí la sabia frase de que a las armas no hay que temerlas, sino respetarlas. Así tuve armas pequeñas para defensa personal y mi esposo también me regaló unas de calibre 22 y calibre 25; de ahí nunca pasé y jamás las tuve ni en mi auto, ni las llevaba conmigo, algo curioso si eran para defensa. La verdad era que me agradaba tenerlas y quizá por eso acepté la invitación de visitar el polígono de tiro en La Sabana, al que entré por primera vez en 1997 y desde que empecé a competir, me gustó la cosa.

Empecé con pistola 22 y pistola de aire y me quedé en esta especialidad, que, aparte de que me sirvió para desprenderme y alejarme de la depresión, hoy me clasifica y selecciona como parte de la delegación de Costa Rica a los Juegos Olímpicos en Atenas», recordó Barboza.



TOTAL CONCENTRACIÓN



El rifle de aire tiene su blanco a diez metros y poner la «copita», que es lo que se dispara -no son balas-, en el mero centro del blanco da al tirador diez puntos. Luego siguen los circulitos con 9,8,7 puntos en forma descendente.

Cada competencia es de 40 blancos o disparos para mujeres y de 60 para varones y el tiempo que se otorga a las damas es de una hora 15 minutos.

«Prefiero tirar de 10 en 10 y luego paso las tarjetas a los jueces para que vayan sumando», relató la tiradora olímpica, que cada vez que se instala en la zona de tiro sabe que la lucha es contra ella misma.

«El tiro exige una concentración total; no puedo darme el lujo de enojarme si no logro un buen puntaje en una de las rondas de tiro y menos estar tirando y pensar durante esos momentos en problemas personales ajenos a la competencia.

La tiradora debe estar metida solo en ese instante máximo de control de apretar el gatillo; no hay espacio, ni siquiera de segundos para reclamarse los malos disparos anteriores y menos estar en la zona de tiro, pensando en los exámenes universitarios de los hijos o en que falta leche en la casa», agregó Grettel.

«Eso de tener que vencerme a mi misma, esa plena y total concentración a la hora de tirar, mi orden y disciplina en los entrenamientos, fue lo que más me ayudó a salirme definitivamente de la depresión y a ver esta disciplina deportiva ya con un sentido de competencia que me ha llevado a Juegos Centroamericanos,  a Centroamericanos y del Caribe, a una Copa del Mundo y ahora a los Olímpicos. Solo me falta estar en unos Panamericanos para completar el ciclo», afirma orgullosa esta mujer de 47 años de edad.



MARCA OLÍMPICA



Barboza viajó en 2001 a la Copa del Mundo en Atlanta, Georgia y ahí tiró para sumar 367 puntos, superando por dos la marca mínima olímpica que es de 365 puntos, oficializada por la Federación Internacional de Tiro (ISSF).

«Sabía que había superado la marca mínima para optar a una Olimpiada y ahora era cuestión de esperar que la ISSF hiciera los registros necesarios de todas sus asociaciones y federaciones afiliadas para saber si mi marca alcanzaba para ser escogida. Son miles de tiradoras las que compiten y pocas las privilegiadas», expresó Barboza, quien nos narra como reaccionó el día que recibió la noticia.

«Yo vivo en Guachipelín de Escazú, vine acá por La Sabana a hacer compras y conducía de regreso a Ia casa cuando sonó el timbre de mi celular. Escuché una voz que decía.

‘Me tenés que llevar, me tenés que llevar, me vas a llevar, vamos para Atenas’. «Era Alejandro Fernández, gran amigo y presidente de la Federación Costarricense de Tiro, a quien el Comité Olímpico Nacional (CON) le había comunicado que por superar la marca mínima en Atlanta había sido seleccionada para representar a Costa Rica en los Juegos Olímpicos.

-«No me des bromas, por favor, no me des bromas», le respondí y le dije a Alejandro que yo solo iba a Atenas, en Alajuela, porque mi hija Paola estudia en la Escuela de Ganadería en ese cantón.

‘Bueno, allá vos si no me crees, pero aquí tengo el fax con tu nombramiento», me dijo Alejandro y ahí empecé a creer. Llamé a mis hijos, a mi madre Iris, preparé una reunión familiar y llamamos a los Estados Unidos para comprobar que ellos habían comunicado al CON la escogencia. Todo estaba correcto».



ÚLTIMOS DÍAS



La tiradora olímpica, desde luego que reactivó los entrenamientos; mucha natación, caminatas, y de 6 a 8 horas diarias en el polígono de tiro.

«Estoy totalmente segura de que voy a superar mi marca, me toca tirar un único día, el 15 de agosto, Día de la Madre y voy a superar los 367 puntos. ¡Escríbalo!», afirmó Grettel, quien reconoce la superioridad de las grandes tiradoras del mundo como son las chinas y las japonesas quienes gozan de gran concentración.

«Son favoritas también las tiradoras de Cuba, Estados Unidos, Venezuela y Colombia. De América Central solo voy yo; ahora estoy tirando para 374 y voy a tratar de superar ese puntaje», agregó.

A Barboza la fama le llegó de repente; ahora es figura pública; la requieren los medios de comunicación que la entrevistan y retratan.

«Me gusta lo que estoy viviendo, lo estoy asimilando, me llena de confianza; no deja de ser extraño pasar de ser una ama de casa común, que gusta de las manualidades, de cenar en familia, de trabajar la madera y coser, a recibir periodistas, hacer los trámites administrativos del viaje a Grecia, estar metida en el CON y sobre todo, imaginarme en Atenas, la cuna del olimpismo con el uniforme nacional.

«Demasiadas emociones, por eso es que quiero triunfar, para devolverle a mi país algo de lo que hoy me atribuye», concluyó Barboza.

  • Gaetano Pandolfo Rímolo 
  • Deportes
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