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El Juego de la Política

La política costarricense, no solo porque ahora los partidos se financian con dineros de los casinos y sportbook, parece un juego de ruleta; en que el inocente apostador reta a la banca, sin saber que los dados están cargados; decimos esto, con base en lo siguiente.

La política costarricense, no solo porque ahora los partidos se financian con dineros de los casinos y sportbook, parece un juego de ruleta; en que el inocente apostador reta a la banca, sin saber que los dados están cargados; decimos esto, con base en lo siguiente.

Hace justamente veinte años, en 1985, escribí un artículo que se llamó «La Estrategia Política de los Liberales» en que señalé, entre otras cosas, que este grupo ideológico había penetrado las filas del PLN y el PUSC para dominarlos, e imponer su orientación filosófico -política al país; y casi como una premonición señalé: «Así, no importa quién gane los procesos electorales, los planteamientos en definitiva ser*n los mismos, cambiar* únicamente el nombre de las personas que se acercan al calor del poder político, para imponer su ideología……»; cuánto me hubiera gustado equivocarme!. De inmediato Don Jorge Guardia, vocero salió al paso y, tratándome casi de ingenuo, confirmó mis apreciaciones y hasta escribió otra perla de realidad política: » Oscar Arias triunfó en la reciente carrera preelectoral ( 1985 ) porque representa un cambio dentro de liberación hacia el liberalismo…» .  Veinte años después, ni el ni yo nos equivocamos; lo grave es que el país creé que el juego político es limpio, y que hay opciones diferentes, aparentemente.

En primer termino, una vez que Don Oscar Arias terminó su gestión en 1990; empezó la apuesta por la reelección presidencial. A veces si, a veces no; Arias primero, Calderón después y Rodríguez más tarde, pasaron por las reuniones de los grupos oligárquicos que, cambiando de criterio, se volvieron  defensores de la reelección presidencial.  La casa de don Rodolfo Jiménez Borbón, por publicaciones de su propio periódico La Nación, fue centro casi oficial de la campaña reeleccionaria que, al fin, culminó con éxito. Recordemos que fué la Asamblea Legislativa quién nombró los nuevos magistrados de la Sala Constitucional, que hicieron variar la votación de un NO inicial, a un SI triunfante; cuando, ya era un organismo dominado por el PLUSC, consolidado con el Pacto Figueres – Calderón de 1995, que fue  redactado por La Nación, con la pluma de don Julio Rodríguez.

Esta estrategia de dominación política, que apenas esbozamos por ahora, ya que es parte de un libro en preparación; fue exitosa para los liberales. Ellos tuvieron la paciencia de desarrollarla durante veinte años, jugando cartas por debajo de la mesa, con la complacencia de los políticos  entregados a los intereses de un pequeño círculo empresarial, pero determinante en la vida político – económica del país.

Pero ahora las elecciones del 2006, en un momento dado, se tornaron peligrosas para el cumplimiento de estos objetivos. – Oscar Arias, su mascarón de proa  dentro del PLN, podría no salir electo en una primera ronda electoral. De ser así, quién podría ser el segundo?; el socio en aquel negocio político, el PUSC, se encuentra desgastado por el pésimo gobierno de Pacheco, los problemas jurídico penales de los expresidentes y un mal candidato como Toledo, que aleja toda posibilidad de éxito, demostrado además, por las encuestas. Sin embargo, este cuadro puede cambiar un poco, con las recientes declaraciones del Ex Presidente Calderón.
 

Álvarez Desanti; sin despegar con fuerza, no crea una verdadera opción y  los otros candidatos no lo son tampoco. Por su parte, solo Ottón Solís mantiene  fuerza electoral para optar al segundo lugar, pero sus planteamientos, especialmente contra el TLC, lo hacen inviable para la nueva oligarquía mediática del país y los neoliberales.

Además, con catorce candidato en la brega, es posible que se produzca alguna  recuperación electoral que baje el abstencionismo, y eso hace más difícil  obtener el 40% en la primera vuelta electoral.

Había que abrir una nueva mesa en el juego, con opciones importantes para la banca de ese casino político. Solo quedaba el Movimiento Libertario, al que habían apoyado un poco en la campaña del 2002 con dinero, espacios y  encuestas.



*Historiador

  • Dr. Oscar Aguilar Bulgarelli
  • Opinión
Liberalism
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