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En el número especial de la Revista Comunicación, correspondiente al año 2009 y dedicado a Carlos Luis Fallas por el centenario de su nacimiento, figura un artículo del investigador literario Fernando Herrera, titulado “Arquitectura de una novela política”, referido a Mamita Yunai.
Herrera señala, en la primera nota de su trabajo, lo siguiente: “este centenario [el de Fallas] trajo un artículo descosido y tendencioso de Iván Molina, ‘Construir un escritor’, La Nación, 18 de enero del 2009. Afortunadamente recibió la respuesta adecuada de Gerardo Trejos, ‘El centenario de Carlos Luis Fallas”, La Nación, 20 de enero del 2009”.
Con respecto a esta nota, sorprende, ante todo, la actitud del Consejo Editorial de la Revista Comunicación, que aceptó publicar un ataque personal de esta índole sin exigirle a Herrera que, por lo menos, expusiera cuál era mi argumento y por qué razones lo descalificaba.
Igualmente, llama la atención que dicho Consejo aceptara publicar ese ataque sin que en la nota de Herrera se señale que el comentario de Trejos (quien propuso construirle un panteón de lujo a Fallas) recibió una amplia y detallada respuesta de mi parte (“Equivocaciones sobre Calufa”, La Nación, 22 de enero del 2009). En otras palabras, el Consejo permitió que Hererra diera una versión incompleta y sesgada del debate que provocó mi artículo.
La gravedad del proceder del Consejo se aprecia mejor a partir de una lectura del trabajo de Herrera, cuyo análisis de las razones que llevaron a la descalificación de Mamita Yunai del concurso de novela latinoamericano convocado por Farrar & Rinehart, sigue en lo esencial lo planteado en “Construir un escritor”.
El Consejo Editorial de la Revista Comunicación, publicada por la Escuela de Ciencias del Lenguaje del Instituto Tecnológico de Costa Rica, no debe olvidar que esta es una revista académica, por lo que está obligada a ajustarse a normas mínimas de objetividad y rigor. Publicar ataques personales, como el de Herrera, en nada contribuye a su prestigio.
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