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La República Jueves de Julio de 1993 Gentes y Paisajes sy Leyendas del Cedral BONDEN Firections p BIBLIOTECA NACIONAL El dueño e Monte General otecas San Josi. co tica María Mayela Padilla quién es el Dueño e Monte?
Cuéntelos, agüelo Pancho, que a nosotros los encanta oyillo a usté platicando. El Dueño e Monte. No saben?
Sí qu están mal informaos: pos un carajo que jue a montiar un Viernes Santo porqu era un gran cabezón y no hizo caso al tata que le decía que montiar es malo en Semana Santa. Agüelo. qué pasó entonces. Que Dios se puso muy bravo y lo dejó para siempre por las montañas penando.
Si no cren contales vos a estos güilillas, Fernando, el susto que te llevaste hace ya yo no sé cuanto. Ah sí hombre, claro que sí, no faltaba más, ñor Pancho, aunque al acordame eso se me frunza el espinazo. Estaba yo tan chichoso y aburrido un día de tantos que me jui de cacería a los cerros del TABLAZO.
Me jui bien de mañanita con el Pintillo y la Mosca a esos cerros, los más altos de todo el cantón de Acosta.
Subí allá por onde Chepe y cogí al Caragral.
Los perros a cada rato se metían por el charral persiguiendo mariposas buscando la juellilla di un conejo, di un pisote, di un zorro o di alguna ardilla. yo qu estaba cogiendo unas moras grandototas di una mata que tenía más espinas qui otra cosa, cuando me quedo escuchando una voz muy misteriosa, así como di otro mundo, así como temblorosa, una voz como de espanto, una voz como di asuste que gritaba desde un bajo. CUJE. CUJE. CUJEEEE!
Se me pararon los pelos, la lengua se me trabó, y hasta una caraja bala del rifle se me zafó.
Los perrillos se vinieron en carrera onde yo con el rabo entre las patas y gime y gime los dos.
Jalémolos pa la casa le dije yo a los perrillos y salimos en carrera como esbocaos por el trillo.
Seguro es el Dueño e Monte y quién quita los alcance. Ah Virgen de los Milagros, salvalos este percance!
Como a los quince minutos llegamos a un chorro di agua, me hinqué en carrera y me eché un poco di agua en la cara y yo que me paro y oigo aquella voz misteriosa, así como di otro mundo, así como temblorosa, una voz como de espanto, una voz como di asuste que gritaba cerquitica. CUJE. CUJE. CUJEEEE!
Pegué un brinco así este alto recé un Ave María que del puritico miedo total ni me la sabía.
Al Pintillo y a la Mosca les agarró tembladera y pelaban los colmillos ispiando pa la ladera, y entonces me quedé viendo parao a la par de yo un cristiano así tan raro que me jeló el corazón: grandote, juerte y con barba, y el pelo todo enredao, descalzo, casi sin ropa y ojos de amariguanao.
Yo sentía como en el aire algo que no sé decir ni yo ni los perrillos acatamos a juyir.
Entonces el Dueño e Monte se arrimó muy seriamente y con una sola mano me levantó de repente; después me metió debajo di un sobaco y jue mascando bote y bote así salivas mientras iba caminando.
Yo no diría que salivas, salivas no, eran cuechas, y yo debajo el sobaco me sobaba la cabeza, y me tapaba la ñata con esta mano derecha mientras pensaba que ya se me había llegao la fecha.
Me dolía por los chiquillos, por los perros y la Vieja que iban a quedar solos desamparaos en la Tierra.
Pero Dios que lo ve todo me iluminó la sesera y yo ni lerdo ni flojo puse en práctica la idea: saqué la cajilla e fósferos y unque un poquito aturdido le prendí fuego al sobaco del Dueño e Monte bandido.
Apeniticas sintió olor a pelo quemao me tiró lijero al suelo y quedó como asustao. Paticas pa qué las quiero!
dije yo y salí corriendo junto con los dos perrillos que me habían ido siguiendo. entonces saqué el tabaco que llevaba en la chaqueta y jui dejando pedazos prensados en las orquetas.
Pos claro que el Dueño e Monte onde le güelía a tabaco a si li olvidaba que yo li había quemao el sobaco y se paraba a buscar los tucos en las orquetas, se los echaba a la boca, después botaba la cuecha; y así lo jui entreteniendo hasta que me le zafé y pude llegar jadiando a la casa y les conté casi mudo del espanto el susto que me llevé por ime par esos cerros a montiar un día de tantos.
com tshirt hewan ahtomme borrvio zon 292u:4 19 sfiv Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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