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Lunes 17 de octubre de 1994 LA REPUBLICA 13C Deportiva 66 66 Así juegan los Quirós. Velocidad, pique, agresividad, gol. Heriberto supera a Reynaldo Parks, algo normal en el futbol de esta familia.
Marcos Monge La República titud, hacia el albañil que los seguía en bicicleta hasta Cervantes y atravesaba toda la geografia del país para verlos jugar.
El se encargó de ponerles un mote cariñoso para identificarlos: Caíto a Carlos, Chimy a Heriberto y Macoy a Marcos. Su madre, en tanto, veló por la casa y cultivó con esmerado cariño el calor de un hogar unido por las mismas pasiones.
Carlos, con sus 20 años, sentado casi en los regazos de doña Irma, le estampa un beso. Este me quiere mucho y a cada rato solo besos. dice mientras señala a Luis como el más calmado de todos. le sigo yo. sonríe Chimy.
Sí, también es tranquilo, pero Luis es como el pan. vuelve a decir ella. yo como el vino. bromea Macoy. forzando la carcajada común. Es el más charlatán e inquieto de todos.
Carlos y Chimy viven en esa casa con olor a mamá. El primero tiene 20 años, aspecto de intelectual estudia Ingeniería Industrial. con un hablar pausado y elegante que provoca bromas en los demás. El otro llegó a los 22 años y tiene un brillo vivaz en los ojos que retrata su forma alegre de jugar al futbol Caíto es romántico y le gusta recibir el día en medio de melosas baladas. Pero Chimy se irrita porque quiere despertarse con buenas rancheras.
Por las mañanas mientras uno oye a Antonio Aguilar el otro pide algo de Renato Baglioni.
Luis vive con su familia en Alajuela y Macoy hace lo propio en el centro de Cartago. El mayor de todos tiene el sabor caribeño por dentro, pues adora el reggae, la socca y es un buen bailarín, mientras que Marcos no le hace al baile y vive para compartir el tiempo con sus dos hijas.
Donde no hay muchas diferencias es en la forma de jugar al futbol. Todos salieron veloces y con vocación ofensiva, aunque salvo Heriberto, no son grandes definidores y como nota común tienen la de ser buenos asistentes en jugadas de gol.
Casi que como una broma agridulce, la madre recuerda el famoso partido en que Luis metió cuatro goles a Cartago, mientras jugaba en la Liga Deportiva Alajuelense y con Marco enfrente. Macoy llegó casi llorando y yo no sabía qué hacer, porque Luis estaba muy contento. recordó doña Irma casi que con un nudo en la garganta.
Para ella el futbol ha tenido esa mezcla extraña de sentimientos, pues a pesar de que todos pasaron por el equipo de su afición, Cartago, solo Chimy permanece allí y algunas veces han tenido que enfrentarse, aunque por los puestos que juegan casi no se topan. Con Heriberto me vila cara solo una vez, cuando yo estaba en Heredia. Quise hacerle una perrita pero no cayó en la trampa. evocó Luis, mientras su madre dejó escapar un suspiro antes de decir que lo más lindo en su vida sería verlos jugar a todos juntos. Es difícil, habría que ponerle el nombre de la familia. señaló Chimy. Bueno, por lo menos dos y dos. Dos en Cartago y dos en Belén. acentúo ella, seguida de una pausa donde confesó todo el dolor que siente porque Luis no está jugando en primera, sino con el Carmen de Alajuela. Yo estoy contento porque está jugando, desearía que fuera en el campeonato mayor pero no le faltará la oportunidad apuntó Macoy. mientras Chimy elogió el futbol del hermano mayor, a quien augura una mejor suerte en el futuro. Luis ha sido el camino que nosotros seguimos y es un motivo de orgullo porque nos inspira. Sin él no hubiéramos logrado todo esto. dice Carlos.
lante en las propias bodegas de Isaac Sasso, hasta que llegaron los buenos años y pasó a ser figura en la Liga. En cambio estos solo futbol, escuela y colegio recordó doña Irma, mientras Macoy hizo ver que el trabajo del menor, Rogelio, es mejenguear desde las ocho de la mañana hasta las seis de la tarde. Luis era buen cogedor de café y Chimy también. volvió a decir ella. En cambio Macoy se iba a peinar la melena y Caíto a dormir debajo de la mata de café.
Pero inevitablemente volvió el tema del futbol y Luis, generosamente, apuntó que de los cuatro el de mejor técnica y un poquito más bueno es Heriberto. No crea que yo le voy a dar el voto. sonrío Macoy. para después señalar que Luis es quien más curriculum tiene y alcanzó metas más altas. Macoy no seáis serrucho. dijo Chimy imitando a Juan Luis Hernández, para después tener una salida diplomática, reafirmada por Carlos. Admiro a los tres, son los mejores.
La tarde terminó de oscurecer en el Barrio Fátima, mientras doña Irma repartía pedazos de pan con jalea y paté, para deleite de sus consentidos, quienes se prometieron goles entre sí en el próximo encuentro donde se enfrentarán Cartago y Belén. Yo quiero un gol de Caíto. otro de Macoy y uno o dos de Chimy. para que todos queden contentos. fue la voz conciliadora de la madre, quien se convierte en una fanática cuando está en las gradas del Fello Meza. El otro día que perdió Cartago con San Carlos yo estaba allí, se me subió la presión y fui a dar cuatro días al Hospital. El doctor dijo que no vaya más al estadio porque se me riegan las bilis. Macoy reafirmó lo dicho por su madre y hasta le sumó. También brinca y pelea. Es que dicen. quiébreme a ese y yo no voy a aguantar que digan eso de mis hijos. Yo peleo con esas viejas. dice entre carcajadas y con su acento de buena limonense.
La tarde se diluyó entre sorbos de café y té. Llegó del trabajo Heriberto padre, también Rogelio el menor y la plática tomó el camino largo de los buenos ratos que no se quiere terminar.
En la cara de todos brillo de nuevo la de aquellos niños que brotaban de las cuatro paredes y se perdían entre los zacatales, para cumplir la cita de siempre con la pelota agradecida que un día los sacó del anonimato.
17 Un voto familiar 17 אתאמין Hablaron de los tiempos en que Luis quería ser jugador de primera, pero a la vez estaba obligado a trabajar en una librería en Guadalupe y más adeinnan Luis, Carlos, Chimy y Macoy. como muchos deportistas, han vivido triunfales momentos.
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