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2 Revista Dominical. LA REPUBLICA. Domingo 25 de octubre de 1987 CRITICA Coordinador: Orlando Garcia Valverde con su zapato, en las Naciones Unidas, o como con los antecedentes de actor de Hollywood en el presidente Reagan. Pero conviene también asomarse a su lado positivo Dr. Víctor Valembois Las críticas que aparecen en esta sección son publicadas sin alteración ni edición del contenido, tal como lo presentan sus autores y no representan, necesariamente, la opinión del editor o del coordinador de la sección.
Arte Vida Politica El modelo de democracia que vive Costa Rica mucho tiene que ver con la teatralidad: qué otra cosa son las reuniones de plaza pública, por ejemplo, sino la actuación directa frente al espectador elector potencial. Por mucho que hayan avanzado las posibilidades de comunicación por medio de la tecnología, éstas mantienen sin embargo el inconveniente de lo no presencial, cosa que la plaza pública, el apretón de manos personal, etc. en auténtica comunicación teatral y directa, felizmente evitan. En lo protocolar visual, en el ceremonial de Estado, en tantos ritos hay buena parte de imagen teatral que el buen gobernante sabe explotar. Claro que se corre el riesgo de que esta dimensión espectacular adquiera un valor en si, sin estar supeditada al bien común, como en el trágico hitleriano o el circo romano. con motivo del otorgamiento del Premio Nobel de la Paz al presidente Arias. OMO hombre dedicado al estudio de las letras y como docente en Estudios Generales. verdadera escuela de humanismo me gusta comentar con estudiantes y amigos el orgullo que significa para Costa Rica volver a tener un Presidente humanista, sensible al valor de la poesía y el arte en general en medio de sus ingentes esfuerzos para conseguir la paz en Centroamérica.
En el caso concreto del Presidente de Costa Rica, sin necesidad de teatralidad vacía ni vedetismo personalista, reconozcamos que don Oscar ha sabido explotar teatralmente la elección de escenarios para la alta defensa de sus ambiciones de paz regional. En el plano nacional pienso en el recurso visual de las gradas de la Catedral de San José, para explicitar y reafirmar allí mismo sus compromisos de campaña. Pienso también que no será mera casualidad que la reunión final de febrero de 1987, con los presidentes centroamericanos, a excepción del presidente Ortega, para encauzar el Plan de Paz, ocurriera en nuestro máximo coliseo.
En el plano internacional, don Oscar Arias, sin histrionismo barato, pero con la acertada palabra tanto en inglés como en español, supo granjearse interés y hasta simpatia mundial por su mesurada actuación en los parlamentos europeos, en el Congreso en Washington y hace poco en las Naciones Unidas. Este para bien o para mal, es el nuevo gran teatro del mundo.
En su mensaje de toma de posesión, como en el Acuerdo de Paz de los cinco presidentes del área, como hace poquitos días todavía en su discurso ante el foro de las Naciones Unidas, uno percibe la exquisita sensibilidad artística y particularmente poética del señor Presidente a través de los versos de Machado, Debravo, Azofeifa y otros.
Ignoro cuál es la afinidad de don Oscar para con lo teatral. Pero a manera a penas de esbozo periodístico quisiera reflexionar en voz alta acerca de la teatralidad en lo político y su aplicación positiva en el caso de nuestro Nobel. Que el teatro tiene mucho de politico se sabe desde los clásicos griegos y lo percibe cualquier dictadorzuelo, por muy insensible que sea el arte. Que lo político tiene también mucho de teatralidad es algo que, generalmente sólo se ve en lo anecdótico negativo, como el famoso caso de Krustov golpeando espectacularmente Ojalá, en bien de Costa Rica y de la convulsionada región, sepa el Presidente de la República aprovechar ahora más todavía la imagen y la teatralidad intrínsecas al Premio Nobel de la Paz, primero en el escenario de Estocolmo, al recibir el galardón y luego en todas partes donde le tocará todavía actuar teatralmente en función de sus encomiables objetivos políticos.
Galaxia Literaria Ma. Cecilia Molina ERARDO Campos Gamboa, filólogo, habitante de la capital costarricense por razones laborales y de estudio, pero sancarleño por nacimiento y de corazón, y escamotea momentos a su brevisimo descanso para escribir cuentos.
En 1984, ganó el Premio Roberto Brenes Mesén, concurso que anualmente organiza la Asociación de Estudiantes de Filología de la Universidad de Costa Rica. Su creativa pluma ha sido premiada tres veces consecutivas en Chile, mediante menciones epeciales otorgadas por el consurso Laboral Iberoamericano de Cuento y Poesia Javiera Carrera.
Para que los lectores de Galaxia conozcan algo de su estilo literario, analizaré, aunque sea superficialmente, la técnica narrativa empleada por este escritor en el cuento La fiesta de graduación.
El hilo narrativo en este cuento, se sostiene en la voz de tres personajes: un sacerdote, Rocío y el personaje principal: el amigo del joven a quien están enterrando.
Se aprovecha el tiempo que dura el entierro para desarrollar la narración. De los personajes, el único discurso acorde con las circunstancias y percibido por todos los presentes es el del sacerdote, que dirige la ceremonia y hace un panegirico del difunto.
Enlazadas a las palabras del clérigo, se van hilvanando las de los demás personajes, quienes están inmersos en sus propios pensamientos, los cuales conforman la mayor parte de la narración. ratos oyen y ven lo que está sucediendo, pero, de inmediato, regresan a las profundidades de su mente, trayendo a colación un pasado cercano, con las vivencias en las que ha participado el ahora muerto.
El amigo medita sobre el papel de secundón que le ha tocado desempeñar en la sociedad por culpa del que yace en el féretro: Fue cuando me desarticulé; se me metió el carajillo, el que más se le esconde a alguien como yo y empecé a lorar sobre tu hombro, pidiéndote perdón una y otra vez y te contaba mi intención de matarte y te dije, entre borbollones de incoherencias que tú eras y seguirías siendo el primero y yo el segundo, pero que yo te necesitaba para seguir siendo el segundo. Rocío, novia del difunto, piensa en detalles de su relación amorosa: Rompi con el mundo y me entregué a ti, a tus manías, a tus secretos raros, a tu ritmo calmado y poderoso.
Primero tú y depués yo; primero túy después el colegio y mi casa; primero túy después nacía la mañana y la noche; y el tiempo no me alcanzaba para amarte.
Los pensamientos de estos personajes contradicen lo que se afirma del finado:. Una vida dedicada al esfuerzo y sobre todo, una persona incapaz de hacerle daño a nadie. porque tanto el amigo como la novia, en las respectivas historias, en las que todos están presentes, van presentando un cuadro que ese como el resultado final de un rompecabezas: infinidad de datos atados por sus cabos y que pintan un carácter egoísta y plagado de narcisismo. ese, realmente, es al que están enterrando.
Revista Cúpula, Año X, Nº 20, julio 1986 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

    DemocracyRoberto Brenes Mesén
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