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LA REPUBLICA. Vlemes de mayo de 1989 17 OPINION Bederal de Bibliotecas.
Bireccles Concuerdo plenamente con el comentario del Lic.
Juan Diego Castro publicado en La República, de que no es aumentando las penas como únicamente puede o debe tratarse el problema de la delincuencia para atenuar el crecimento cuantitativo y cualitativo de ésta. Muchas veces y en foros distintos, tanto dentro como fuera del país, he señalado que el peor error que podemos cometer, quienes tenemos participación en el manejo de estos temas, es creer lo anterior.
CIRCULACION PRESTAMO ikica dos Prevención del delito y política criminal Lic.
Gerardo Villalobos Durán, director general de Adaptación Social. delicuente que comete un delito generalmente no conoce un Código Penal ni sabe la pena que se le impondrá por cometerlo. No será entonces, creando penas más altas como se podrá prevenir el delito. Analicemos y ataquemos sus causas.
Por ello y otras razones que no vienen al caso comentar, es que considero que la mejor forma de hacerle frente al problema del incremento de la criminalidad es haciendo prevención del delito; es generando conjuntamente con la escuela, la familia y la comunidad, acciones encaminadas a hacer de nuestra niñez y de nuestra juventud, una juventud sana, conocedora de sus responsabilidades cívicas y sociales, capaz de defender y preservar los valores del ser costarricense y dotada de una serie de elementos mínimos para hacer un uso positivo de su formación y de su tiempo libre.
Así, a partir de 1985 he venido impulsando desde la Dirección General de Adaptación Social, como dependencia del Ministerio de Justicia, un intenso y ambicioso programa de prevención del delito que a la fecha ha cumplido entre otras, con las metas siguientes: a. En enero de 1985 creamos dentro de la estructura organizativa de la Dirección General de Adaptación Social un Departamento y un Consejo Institución de Prevención del Delito, con el objeto de ir fortaleciendo este campo de nuestro quehacer, al tiempo que especializamos parte de nuestro personal en esta materia. Incrementamos y reforzamos dentro de este departamento, el programa de atención al menor en comunidad como una forma de darle orientación y atención no institucionalizada a menores en riesgo social, con la esperanza de que por medio de ese trato evitáramos el que se convirtieran en menores infractores. Hoy día, además de Puntarenas, Ciudad Neily y Guadalupe, donde junto a estos programas también existen Asociaciones de Prevención del Delito de carácter voluntario, tenemos solicitudes de muy diversos lugares del país tales como Alajuelita, Alajuela Centro, Desamparados, Los Hatillos, Los Chiles de Alajuela y otras muchas que demandan nuestra presencia para estos fines. En 1986 organizamos y realizamos la Primera Conferencia Nacional sobre Prevención del Delito en la que estuvieron representadas más de veintisiete instituciones de los sectores público y privado de este país que tiene relación directa con este tema. Como producto, entre otros, de esta actividad, se constituyó en forma ad honoren un motivadísimo grupo de trabajo, el cual trabaja desde esa fecha como Comisión Asesora de Prevención del Delito en la que están representadas instituciones tales como el IMAS, el PANI, el IAFA, el Ministerio de Salud, UNIPRIM, el Coelgio de Periodistas y otras más. Se le solicitó a esta Comisión, asesoría específica en una serie de áreas, entre otras el análisis a la posibilidad propuesta por esta Dirección General de crear un Consejo Nacional de Prevención del Delito. Hoy día, esta Comisión ya presentó dicho proyecto el cual ha sido analizado por las instancias superiores del Ministerio de Justicia y está pronto a ser firmado por el señor Presidente de la República y el señor Ministro de Justicia. Se espera que éste sea un instrumento que fije políticas en este campo y que aglutine, oriente y coordine los esfuerzos que en este sentido debamos desarrollar todas las instituciones involucradas en esta problemática con ayuda de la escuela, la familia y de la comunidad organizada.
Pretendemos también crear consejos provinciales y cantonales de prevención del delito con una participación comunitaria que facilite una atención preventiva de carácter regional según la problemática que la caracterice, y en la que también tengan participación los mismos jóvenes de las comunidades, ya que las experiencias mundiales en este campo nos dicen que un elemento primordial para el buen éxito de programas de este tipo consiste, precisamente, en lograr la participación de los mismos jóvenes.
ch. También, y con la cooperación de otras instituciones entre las que están el PANI, y el Ministerio de Seguridad se creó en 1986, el Centro de Referencia y Diagnóstico del Menor Infractory en Riesgo Social, dirigido por una Comisión Interinstitucional del Menor Infractor, creada tiempo atrás mediante decreto ejecutivo, administrado por esta Dirección General, que vino a llenar la gran necesidad de disponer de un local adecuado, aunque no suficiente, para recibir a todos aquellos menores que, siendo detenidos por las autoridades eran enviados a detenciones u otros sitios destinados para adultos con las graves consecuencias que eso significaba. Hoy día, pretendemos instalar centros de esta naturaleza en otras regiones del país que refuercen este programa y que sean parte de toda una red nacional que asegure la protección a los derechos de los menores.
Además de lo expuesto existen alrededor de nuestro programa de prevención, grupos voluntarios organizados que tratan de ayudarnos no sólo a obtener recursos para ofrecer a los menores recluidos mejores condiciones de vida, sino también llevándoles ese calor humano del que están tan necesitados. Esas son, a título de referencia, sólo algunas de las tareas que estamos realizando para hacerle frente al problema del incremento de la criminalidad en nuestro país, ya que como también lo he señalado en otras oportunidades, más vale prevenir la enfermedad que curar al enfermo. Será ésta una tarea titánica que no podrá cumplirla solo un ministerio como el de Justicia. Se requiere, necesariamente, al lado del trabajo ordenado, dirigido y sistematizado de todas la otras instituciones públicas y privadas con responsabilidad en este campo, del trabajo tesonero y responsable de la familia, la escuela y la comunidad. Sólo con esos frentes de batalla, fortalecidos y seguros de lo que debemos ofrecer a nuestra juventud, podremos hacer de la prevención del delito un factor positivo en la lucha contra la delincuencia en nuestro país. Es todo un reto y necesitamos del esfuerzo de todos.
Sólo pensemos que si hubiéramos hecho prevención del delito muchos años atrás, tal vez muchas personas que hoy son habitantes de nuestras prisiones nunca hubieran llegado a serlo.
He señalado también con mucha frecuencia y acompañado a otros profesionales que también lo han expuesto, que en nuestro país necesitamos con urgencia integrar a los distintos elementos que contituyen el sistema de justicia de modo que todos trabajemos según una línea de política criminal definida para toda la nación en la que cada uno de sus compontentes cumpla con su función como parte integrante de un todo.
Necesitamos integrar la función policial, la función judicial y la función penitenciaria de modo que éstas caminen en una sola dirección y no en direcciones opuestas como a veces, y con graves consecuencias parece suceder. No tengo la menor duda de que si exitiera voluntad para ello y con la participación de distinguidos profesionales de todas las disciplinas intervinientes en este campo, podríamos lograr a corto plazo un programa integrado de política criminal al lado de un programa integrado de prevención del delito que le faciliten a este país atender con más prontitud y justicia todas las situaciones derivadas de la aplicación de justicia. Temas como los que el Lic. Castro expone serían, entre otros muchos y de gran trascendencia, motivo de análisis por una comisión nacional que al efecto podría integrarse, constituida no sólo en forma interdisciplinaria sino también interinstitucional. Estoy plenamente seguro de que los colegios profesionales estarán dispuestos a ofrecer su aporte en la solución de esta necesidad.
Así, haciendo política criminal que sirva de base y de marco de referencia a una política policial, a una política penal y a una política penitenciaria acordes con las necesidades de nuestro país en estos campos, podríamos también ofrecer otro esfuerzo que signifique y provoque nuevas alternativas frente al flagelo creciente de la criminalidad.
Para finalizar debo recalcar que la actitud preventiva frente al delito, así como la humanización de la estancia carcelaria y resocialización del interno deben ser, como lo son en esta oportunidad, prioridades muy claramente definidas por nuestros gobiernos, ya que el prevenir el delito impide una serie de consecuencias, desde el hecho de que no existan víctimas del delito hasta el que no hayan o se reduzcan personas privadas de su libertad. Sanciones que también afectan a sus muchos familiares de los que provienen.
En lo referido a la humanización y a la resocialización del interno, estas tienen una gran importancia ya que contribuyen a evitar en forma mediata y veces eficaz, que continúe con su carrera delictiva, sobre todo, si se llevan adelante acciones concomitantes con buenos programas de prevención social. No debe pensarse en resocialización aislada, sino dentro del contexto de una política criminal de carácter social preventiva.
En forma concreta recomiendo la constitución de una gran comisión con participación de los colegios profesionales que preparen un proyecto de política criminal integrado a la planificación nacional, para que posteriormente las autoridades policiales, judiciales y penitenciarias puedan utilizarse como base para constituir todo un marco de política criminal en este país.
En ello ofrezco mis servicios e invito a profesionales interesados a unirnos en esta causa común que el país demanda. Por ello me ofrezco a iniciar y coordinar un movimiento nacional en este sentido.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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