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16 LA REPUBLICA. Miércoles 1º de febrero de 1989 COMENTARIO INTERNACIONAL Cuba Mucha gente para pocas viviendas OMO consecuencia, Teresa debe decidir si desea continuar viviendo con su propia familia o casarse y mudarse a la vivienda de la familia de su futuro esposo. Pero la decisión se complica, por el hecho de que la novia no se lleva bien con algunos miembros de la familia del novio.
Muchas viviendas aqui tienen 10 ocupantes, en un espacio que puede resultar mejor para tres o cuatro.
En la sección de El Nuevo Vedado, tres familias, todas relacionadas, comparten la misma casa de dos pisos, que alguna vez fuera la residencia de un oligarca prerrevolucionario. Debido a que todas desean llevar su propia vida, establecieron turnos para cenar. Eventualmente, cada familia podría encontrar una vivienda alterna y amenguar la dura experiencia.
El gobierno sostiene que cada cubano tiene un sitio para vivir y, en efecto, la escasez de vivienda es probablemente menos dura aqui que en la gran mayoría de otras naciones latinoamericanas, donde el desamparo y las casas subestandares aumentan alarmantemente.
Pero debido a que cuba tiene un sistema social diferente, los problemas de vivienda y la forma en que se los encara no son los mismo de otras naciones latinoamericanas.
Debido a que las parejas jóvenes frecuentemente no tienen privacidad por las condiciones de hacinamiento en casa, el gobierno administra una serie de posadas. La Habana (AP) Teresa, una profesional de 25 años de edad, ha postergado su decisión de casarse debido a que ello significaría dejar la casa de su familia.
Su decisión es sólo un síntoma de la severa escasez de viviendas en el país: simplemente no hay suficiente espacio como para que cada pareja de recien casados tenga su propio apartamento.
Por George Gedda Los trabajadores continúan recibiendo el salario de su trabajo normal y el estado proporciona el equipo y los materiales de construcción. La jornada normal de trabajo es de 10 horas diarias pero no es inusual, como parte del espíritu de autosacrificio que Castro trata de inculcar al pueblo, encontrarse con jóvenes que trabajan de 12 a 14 horas al día.
Para un tipico trabajador de 200 pesos al mes (unos 160 dólares al cambio oficial. las horas adicionales significan un ingreso de menos de un peso por hora. Pero la satisfacción ocurre cuando, luego de dos o más años, un Microbrigadista adquiere el derecho de mudarse a uno de los apartamentos que ha ayudado a construir y por el cual paga un costo mínimo mensual.
Rafael, un chofer de taxi, trabajó en una microbrigada en el complejo de apartamentos de Alamar, hace 12 años.
Luego de dos años, se le permitió mudarse a uno de los apartamentos pagando solo 21 pesos al mes. El apartamento le pertenecerá en un plazo de cuatro años más.
El complejo de Alamar ha crecido hasta unas 3D. DDD unidades. Dania, una de 18 mujeres de una brigada de 90 personas, ha pasado dos años como obrera de la construcción allí y las horas extras obviamente han tenido su costo. Luce ojerosa y cansada, y dice que espera volver pronto a su trabajo regular de ocho horas al día como obrera textil.
Pero tiene más suerte que sus similares en otros países comunistas, como Polonia y la Unión Soviética, donde la espera por un apartamento excede algunas veces los 20 años.
El gobierno cubano abolió por un tiempo el sistema de microbrigadas, pero lo resucitó hace dos años en un esfuerzo de satisfacer la creciente demanda no sólo de viviendas, sino de guarderías infantiles, así como de clínicas de salud.
En años previos, la vivienda era asignada sobre todo en base a la necesidad de los interesados, pero luego el gobierno ha cambiado su filosofia dando preferencia a los trabajadores que demuestran diligencia.
Así, en la competencia por una nueva vivienda, un padre de cinco hijos que es indolente puede perder ante un obrero ejemplar con sólo dos niños, una forma de premiación material en un país que usualmente confía en los incentivos morales, para obtener el trabajo duro de la gente.
Las microbrigadas se distribuyen la mitad de los apartamentos que construyen.
La otra mitad va a los ancianos y otros que no pueden realizar voluntariamente el trabajo.
En un discurso reciente, Castro dijo que la proporción de viviendas concedidas a los microbrigadistas podría incrementarse del 51 al 60 por ciento. Debido a que la mayor parte de quienes lo ocupan eran microbrigadistas, el ofrecimiento le mereció el mayor aplauso de su discurso de horas 45 minutos.
OCÉANO ATLÁNTICO La Habana Pinar del Rio Cienfuegos Camagüey CUBA Isla de la Juventud Holguin Manzanillo Santiago de Cuba MAR CARIBE soke donde pueden pasar una horas a solas en un cuarto por una tarifa módica.
En ocasiones, se puede ver que desde los balcones de edificios de apartamentos cuelgan carteles que dicen por Ello puede significar que la pareja alli busca el divorcio y desea cambiar su apartamento por otros dos más pequeños, uno para cada consorte.
Entretanto, hasta que se hayan hecho los arreglos alternos, esas parejas deben vivir bajo el mismo techo.
Rodolfo Davalos, Director Legal del Instituto Nacional de Vivienda, admite que esta triste situación es un suceso común en Cuba, pero dice que usualmente en casos de dificultades maritales, el esposo empaca y se marcha. Una alternativa es construir una división en la casa convirtiéndola, para efectos prácticos, en un albergue para dos familias.
En 1986, el Presidente Fidel Castro dijo que estuvo asombrado ante la evidencia de corrupción y lucro en el caso de las viviendas.
Descubrió que equipo de construcción, material y servicios del estado estaban siendo empleados ilegalmente para renovar casas existentes que daba a los dueños la posibilidad de venderlas con grandes ganancias. El gobierno prohibió de un plumazo la venta de todas las viviendas.
De esta manera, una familia cubana que deseaba mudarse no tenía opción sino la de permutar casas con otra familia. El mes pasado fueron puestas en vigencia nuevas regulaciones, que permiten la venta de las viviendas, una ves más; pero sólo si los inspectores estatales dan su aprobación. La preocupación principal es evitar el lucro de los vendedores.
Existen formas de escape de los jóvenes cubanos de esa situación en las viviendas. Una es la de convertirse en voluntario para una microbrigada. que es un grupo mayormente de jóvenes que dejan sus trabajos regulares para trabajar en un lugar de construcción de casas.

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