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Melancolía Hay una hora solemne en que, después de haber atravesado las primeras etapas de la vida. el hombre echia atrás una mirada y recoge en el prisma de sus ojos el liorizonte que dejó.
El alma recuerda. Es hora de melancolía. Dónde está ese horizonte? En el fondo obscuro de la memoria, envuelto en penumbra de crepúsculo.
Pósase la frente entre las manos; el espíritu se reconcentra en sí mismo y el rayo de luz del pensamiento desciende y rompe la tiniebla de simas profundas.
Bajar lo recóndito del alma.
es algo parecido visitar un cementerio en las horas calladas y melancólicas en que el día se va y la noche está próxima. Quién pudo definir esa visita al camposanto? Penetra uno en el recinto de la muerte, donde en cuentra apenas las señales del lugar en que reposan seres queridos. Hay allí una lápida con borroso letrero, tozca cruz que extiende sus brazos en los cuales se enredan flores de los sepulcros.
También lo pasado es sitio de muerte. También allí hay cadáveres. Como, al penetrar en mansión ruinosa. abandonada, despiertan los vampiros perezosos.
que aletean en el aire y en torno nuestro zumban tal surgen los Fot. Ruin PAISAJE recuerdos escondidos en un lúgubre rincón de la mente, doude negra araña se ha hospedado y tiends sus hilos invisibles.
Los recuerdos. ¿Qué es un recuerdo? Aletazo subito, fantasma que nos mira silencioso y que convoca otros y forma ronda funeral; murmullo de voces que vienen de ultratumba: alguna vez, pálida estrella en el fondo negro del cielo.
No sé si hay padecimiento o goce en redordar. No! sin duda es el dolor! más aún en hora de tristeza, cuando lo pasado fué mejor que lo presente; cuando el corazón encuentra su inocencia perdida y los labios 381 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregon Lisano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica

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