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ENED licho y Víspera de la batalla de Austerlitz lograr edidas vendré misa cantos ue me 2tilena ma de había re qué Recornabían decir: acha.
e tocaes que (DICIEMBRE DE 1805)
Nadie mostró jamás más prudencia, habilidad y circunspección qu Napoleón antes de la batalla de Auterlitz. pues con sólo 80, 000 francese tenía que com balir 123, 000 rusos y austriacos, con dos Emperadores s frente. Queriendo atraer al enemigo un campo de batalla que había esti diado por sí mismo de antemano y cuya ventaja reconoció, fingió temer con la esperanza de hacerle ci meter faltas de que se aprov charía para llevarles aquel pi raje.
Dió. pues, su ejército la ñal de la retirada, la efectuó. noche, como si hubiese sido vei cido, tomó una buena posición tres leguas hacia atrás hizo e ella con mucha ostentación tri bajos de fortificación para esti blecer baterías. Enseguida env dos veces pedir al Emperado de Rusia una entrevista.
El Emperador Alejandro le ei vió en comisión su primer ayi dante Dolgorouki. Este milita pudo notar que el aspecto ejército francés respiraba la serva y la timidez. La colocació de las avanzadas, las fortificaci nes que se hacían toda pris todo presagiaba los ojos oficial ruso, un ejército medio tido.
El mismo Napoleón fué l avanzadas y recibió en pie al e viado de Alejandro en el viv de su guardia, colmándole de nezas y elogios personales.
Fot. Rudin Tarjeta Postal gorouki creyó que estas señal de benevolencia eran efecto miedo y habló con mucha arrogancia; pero el Emperador contuvo indignación y el ruso se alejó con la idea de que el ejército francés esta en vísperas de su perdición. Al ausentarse echó nna cariñosa ojeada sol las tropas que maniobraban aún tristes y silenciosas, para hacer un vimiento retrógrado, atrincherándose detrás de muros elevados: su actit y las apreiniantes diligencias de Napoleón para obtener una entrevis parecían indicar una situación difícil. Trasmitidos todos estos detalles Alejandro por su ayudante Dolgorouki, se enardeció la esperanza de enemigos de los franceses y resolvieron ir batir éstos, quienes sur nían enteramente desanimados.
Esta batalla, que Napoleón deseaba ardientemente, era una inmer falta que cometían los austriacos rusos, porque para ellos todo era vent: aguardando tiempo, colocados como estaban en una fuerte posición, re 777 Santis y las e en el en la sabreen el ira oh zistrar rte de de un que se día de s, con Padre, cibirá IS esta á es

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