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Es que al principio la voz misteriosa tenía un tono agrillo como un hilo de vinagre de Orleans; se diría el órgano diabólico de uno de esos gnomos que pululan en los cuentos y narraciones de los antiguos bardos del país del Amor, en las leyendas de las viejas Ordennes; pero hoy Pitou y Dumanet no son sino excepciones muy raras. ellos saben leer correctamente y para firmar la ingenua carta escrita la adorada prometida á la suegra sin un colega íntimo, representante de las letras, no se necesita más que una simple cruz. puesto que el fonógrafo se ha perfeccionado, la voz extraña ha tomado extensión y no tartajea más; breve, no es un rechino horrible de pigmeo, es verdaderamente una voz humana. Habría terminado el suplicio de las noches de estío en que abiertas las grandes ventanas se sueña escuchando Un cuarto de hora en casa de Bruant, el Valse de las Roses, la Cabaña Volviendo de la Revista, con saltillos desagradables, con un murmullo semejante una gargarización asquerosa. Ah! maldito fonógrafo de 25 o 30 francos, cuántas jaquer y furores nos ha valido! Pues la moda da estos golpes él había de estar el pistón que llora en la tarde, todas las tardes, el mismo inevitable troz de ópera; había arrojado un sensible descrédito sobre la vieja occarina que gorgoreaba una marsellesa nada heroica, una marsellesa de troquer, de bistro; y él mismo había hecho palidecer la estrella de los órganos automáticos que, sin plazo, recortaban los romances lloricones de antaño y torturaban los valses de Strauss.
Bah; no habíamos ganado mucho con el cambio. casi un poco menos de algazara.
Muy felizmente, el fonógrafo se ha perfeccionado y conforme derecho los primeros aparatos malignos van a ser echados un lado sin demora: quedará sino el maravilloso juguete capaz de imitar al mismo ruiseñor, capaz de conservar por siempre la voz de oro de Sarah Berhnard la voz encantadora de Álvarez. esto es suficiente para hacernos olvidar las horas detestables del estreno.
no El fonógrafo fué inventado por Edison; el origen es bien sencillo.
Se sabe que el sonido se propaga por movimientos oscilatorios de partidas de aire que forman las ondas sonoras. Es todo.
La parte esencial del fonógrafo es una membrana elástica que cubre uno de los orificios de una embocadura delante de la cual se producen los sonidos que se quieren inscribir y reproducir.
La membrana vibra al unísono de las ondas sonoras.
Una punta implantada normalmente en la membrana, apoyada en un cilindro de cera.
Cuando la punta está inmóvil y el cilindro impulsado por un movimiento de relojería vuelve al mismo tiempo que se muda de izquierda derecha en un tornillo, traza en la cera una raya en espiral de uniforme profundidad. Mas si la membrana vibra, imprime un empuje más o menos vivo la punta que penetra más o menos en la cera inscribe allí, en profundidad, sinuosidades cuyo número y forma corresponden la altura y al timbre de los sonidos emitidos.
Este trazado constituye el fonograma.
1881

    France
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